"El amor es la respuesta, pero mientras espera, el sexo le plantea algunas preguntas interesantes"
Woody Allen
El sitio Catholic.net señala en uno de sus artículos que si la masturbación no es corregida a tiempo se corre el riesgo de que "se convierta en un vicio obsesivo que esclaviza a la persona y le desinteresa por todo lo demás: como le pasa al drogadicto".
André Léonard, profesor de la Universidad de Lovaina, asegura que la masturbación contradice el sentido cristiano de la sexualidad, que se vive como la alianza del amor.
Aunque muchos sexólogos recomiendan esta práctica incluso como un acto sexual seguro, en el portal católico dirigido a jóvenes se asegura que quien la realiza a menudo queda insatisfecho, lo que conduce al vacío y al disgusto. "La masturbación es un mal", sentencia.
Para convencer más a los feligreses de lo "terrible" de esta práctica, mencionan un presunto caso en el que un matrimonio arruinó su armonía sexual porque el hombre prefería masturbarse en lugar de tener relaciones con su esposa.
"Los médicos americanos que habían tratado a muchachas que se masturbaban, descubrieron que después de casarse resultaban esposas frígidas"
Una más de la larguísima lista de inexactitudes (para decirlo de la manera más amable posible) que la Iglesia Católica enseña a sus ovejas. En vez de tratar a la masturbación como un acto sexual seguro, lo presentan como una aberración de la naturaleza, un acto impuro y un mal social, espiritual y personal.
Raúl Vera, obispo de Saltillo, consideró que la “cultura de la liberación sexual” ha llegado a este sector fomentado “en las canciones, en las telenovelas y con las películas”. Aseguró que ese ambiente ha provocado que muchachas de 18 años “estén abortando” y no puedan seguir sus carreras, “se quedan solas como madres solteras”.
Roberto Domínguez, obispo de Tlapa, dijo que la Iglesia no apoya el uso del condón porque considera que es abrir la puerta a vivir “en libertinaje, no una libertad y el matrimonio es libertad”.
"En el artículo del vespertino, el español José María Simón Castellví, presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), asegura que los anticonceptivos orales, que comúnmente se conocen como "la píldora", pueden tener efectos abortivos y son devastadores para el medioambiente, ya que a través de la orina se liberan toneladas de hormonas.
Estoy de acuerdo que muchísimas personas no están listas para tener sexo. Estoy de acuerdo que el sexo se ha venido infravalorando cada vez más. Estoy de acuerdo que el sexo puede legar a ser un arma tan poderosa y peligrosa como una bomba atómica, capaz de destruir vidas en un parpadeo y arruinar a millones de personas.
Lo que no estoy de acuerdo es que se utilice la desinformación como un método de promoción. Precisamente por ser un tema tan delicado y peligroso (en cuanto a repercusiones, complicaciones y demás acompañantes), debería darse información verídica, exacta, objetiva y sobre todo sin los tintes infernales que la ICAR suele acomodarle.
¿De qué sirven las campañas a favor de los métodos anticonceptivos si cada domingo (o a través de los medios de comunicación) escuchan a los sacerdotes decir que dios desaprueba éstos métodos?
¿Qué los hijos "son los que dios manda"?¿Qué la masturbación es un pecado y no una forma de autoerotismo que te permite ejercer tu propia sexualidad de forma segura?¿Qué tener pensamientos sexuales con alguien del sexo opuesto (o incluso de tu propio sexo) es sinónimo de enfermedad mental?¿Qué es culpa de las mujeres que éstas sean violadas?
Dar información incorrecta, parcial sesgada, sólo para estar de acuerdo a los viejos dogmas religiosos se me antoja un retroceso de, mínimo, unos cuantos cientos de años.
Para bien o para mal nuestra sociedad ha evolucionado, la apertura sexual le llega a los más pequeños a través de los medios de comunicación, lo que nos obliga a atacar el tema de frente y sin pelos en la lengua (interesante selección de palabras). Claro que con los niños más pequeños la información no será la misma que, digamos, para un adolescente de 14 o 15 años que posiblemente incluso ya tuvo su primera relación. Sea como sea que manejemos el tema, lo importante es darle su lugar al sexo como el acto mágico, carnal, apasionado, apasionante, divertido, peligroso, mortal, exaltante, amoroso, animal y humanizador que es. Darles una visión adecuada, demostrarles que sin importar lo poco valorable que parezca según los estándares actuales, el sexo con amor es una experiencia inigualable, y que se debería probar por lo menos una vez en la vida. Y demostrar ése amor practicando el sexo seguro, usando un método confiable, protegiendo a su pareja y a ellos mismos.
Sin tabúes, sin tapujos, sin mentiras.
Así es, no me cae bien la ICAR, y ésta es sólo una de las razones.
¿Cómo se supone que debe ser la ideología de una institución de mas de 2 mil años de existencia? He oído que si algo le ha permitido a la Iglesia sobrevivir a todos los cambios ha sido precisamente el no generar cambios.
Hay pocas cosas que me sorprenden de la conducción y opiniones de la Iglesia Católica. Y hay muchas más con las cuáles no estoy de acuerdo. Existe una especie de rechazo a toda costa a la expresión de la sexualidad, una clase de represión que en éstas épocas parece infundado. Claro que hay maniáticos que pueden volverse obsesos y adictos a la masturbación y al sexo, digo, es verdad. Pero hay muchas otras cosas que hacer en este mundo y no creo que la población mundial se avocara a realizar coitos a diestra y siniestra si la Iglesia levantara su prohibición.
Pero sí debemos entender que está dirigida -la Iglesia- por hombres, con prejuicios, fallas, etc.
Yo no soy Católico por seguir a un papa o a un obispo, sino porque hay algo mas sublime en su doctrina que siento que me puede ayudar a ser mejor persona. Yo soy Católico y critico mucho a la jerarquía, pero sé que la Iglesia no la hacen los sacerdotes nada más, sino muchos feligreses que realmente se esfuerzan diario -no como yo- para ser buenas personas.
En fin, la verdad en general tienes toda la razón en que es una sinrazón los argumentos anti-sexo.
Feco
29 de enero de 2009, 13:04