197 Final de año.

Acabo de llegar después de estar abordo por 24 días y viajando 2. Cabe decir que estoy molido, hambriento, desvelado y si, necesitado por escribir algo en éste espacio.

Los tres días extra que me quedé abordo fueron los mortales. Me quedé una semana más por gusto, como quien dice, pero la mentalidad de "me voy a quedar por gusto" a la de "me quedo porque no podemos bajar" es muy diferente. En éste contexto, tres días son una eternidad ante una semana.

Los dos días de viaje fueron horribles, también. Por lo regular me gusta viajar. Disfruto viajar en algunas ocasiones, pero viajar en fin de año es cuando se junta todo lo que odio de viajar en transportes públicos: horas de espera en terminales, dormir en hoteles de mala muerte, gastar dinero innecesario, mala comida, autobuses abarrotados, películas dobladas.

Un consejo: si viajan a Tabasco, no pidan tacos de surtida. Es una glándula, creo, pero aún no sé cual.

Para rematar la recta final del año: el 27, después de 42 días hospitalizado, murió un tío. Ingresó por problemas cardíacos, pero murió por una infección generalizada, secundaria a herida quirúrgica. La herida no cerró por culpa de la diabetes. Las bacterias que infectaron fueron las nosocomiales, es decir, las que dan en los hospitales y son multirresistentes a todoslospinchesantibióticosdelmundo. De esos casos donde todo parece medio componerse y de repente todo se va para abajo.

Amiguitos: un hospital es el lugar por excelencia para enfermarse. Si creen que estando en un hospital (el más limpio, desinfectado, antiséptico hospital del mundo) están a salvo de los peores microbios, están equivocados. Todo lo contrario pues.

Obviamente, no pude llegar ni al velorio ni a la cremación. Vida de marino, ya saben, siempre un día tarde. O cuatro, en éste caso.

Así que termino el año mal, en mal estado físico y emocional. Esperemos que el que venga sea mejor.

196 Navidad abordo.

Por motivos personales, me quedé una semana extra abordo. Hoy no toca cena en casa ni demás tradiciones navideñas. Aunque los que me conocen, saben que después de la cena me subo a mi cuarto a jugar videojuegos o leer, ya que no suelo ser demasiado sociable.


Abordo la Navidad se celebra con una pequeña fiesta: las decoraciones en el área de canchas, la comida sobre la parrilla que se suele usar los domingos, mesas y sillas, música y hasta un Santa Claus con su duende para que la gente se tomara fotos (me habían ofrecido el puesto [el de Santa] pero por un problema con el overol, no pude hacerlo). La cena, como suelen hacer las comidas abordo, fue suntuosa: pavo con su respectivo relleno, lechón, camarones empanizados ensaladas, pastas, diversos postres y la respectiva lata de Coca-Cola.


Como médico, la celebración terminó temprano. De las 2:00 am a las 4 am la música me mantuvo en un descanso sobresaltado, y a las 4 am llegó la comisaria (la comida) y la decargada duró hasta la 7 am. A partir de las 9:30, las llamadas y consultas que nunca faltan. Así que pasé la Navidad despierto y trabajando, pero, de alguna forma, estoy consciente que vale la pena pasar la Navidad así.


En casa me espera mi familia, Zab, mis amigos y lo que verdaderamente representa el espíritu Navideño: mis regalos debajo de árbol.


Año Nuevo si lo pasaré en casa, al igual que Día de Reyes. Estaré más o menos tres semanas de descanso, para descansar de las festividades.


¡Felices fiestas, a todos!

195 Winter is coming.

Aprovechando las buenas críticias que ha recibido Game of Thrones (serie de HBO basada en la serie Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martin) empecé a leer el primer libro de la saga.




De inmediato quedé atrapado. R.R. Martin crea un mundo fantástico supremo, lleno de conflictos y personajes basados en la Edad Media pero adaptados a un mundo donde los portentos y la magia son reales. Así, tenemos a las grandes casa (Los Stark, Los Lannister, Los Tully, Los Baratheon, todas ellas relacionadas entre sí) jugando el Juego de Tronos: las intrigas, las traiciones, las alianzas y todo lo que conlleva el poder monárquico para sentar a un heredero en el Trono de Hierro de los Siete Reinos.




La trama se cuenta a través de varios puntos de vista, pero centrándose en la familia Stark, Señores del Norte, y en el líder de ésta, Eddard (Ned) Stark, hombre de honor, padre de familia y el mejor amigo del Rey, quien entra al Juego cuando éste lo convierte en su Mano (el encargado de hacer cumplir las leyes del Rey).


Durante la historia conocemos El Muro (pared gigantesca que separaa Winterfall de los territorios del norte, donde se dice, habitan seres mágicos y renegados que buscan la destrucción de los Reinos) desde el punto de vista de Jon Nieve, hijo bastardo de Ned Stark; somos partícipes de las intrigas de la corte, desde el punto de vista de Ned y dos de sus hijas; seguimos las aventuras de uno de los Lannister, quien aún no sabemos de qué lado terminará; y conocemos la subtrama de los últimos Targaryen, los Señores de los Dragones y casa caída en desgracia cuando un Lannister mató al Rey previo y forzó a los hijos sobrevivientes al exilio, quienes buscan la forma de regresar al juego.




Los personajes son verosímiles, están bien trazados y definidos y por momentos nuestra simpatía hacia ellos se ve modificada conforme avanza la historia. R.R. Martin también describe una geografía muy original, con fortalezas enclavadas en montañas, castillos que protegen ambos lados de un puente, un infierno helado con un Muro que trata de mantenerlo a raya y decenas de pueblos y ciudades desperdigados a lo largo de los Reinos y más allá de sus fronteras.




Donde termina el primer libro es una de los cliffhangers más sorpresivos que he leído hasta ahora. Los fans de la serie saben a qué me refiero.




Aunque sólo he leído el primer tomo, la Canción de Hielo y Fuego es una saga recomendada para los fans del género de capa y espada, y aunque el componente mágico existe dentro de la serie, al parecer no tomará un rol tan importante como en otras historias.




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Como nota aparte: durante mucho tiempo, uno de mis temores literarios era que Stephen King muriera sin terminar su Torre Oscura (y vamos, estuvo a punto en un par de ocasiones de hacerlo). Hoy, no sólo ha regresado ése temor (puesto que ya anunció la publicación de The Wind Throught the Keyhole, octavo título de la saga, aunque al parecer sería el sexto, cronológicamente hablando) sino que se agrega a que George R.R. Martin tiene dos libros de la Canción de Hielo y Fuego sin publicar. Esperemos los Dioses Antiguos lo protejan.




Por cierto, además del título de la Torre Oscura, Stephen King también publicará en meses próximo Dr. Sleep, una continuación de The Shining, o por lo menos, retomará la vida de Danny Torrance.