186.4 Realidad Alterna (12)

Las olas alzan y hunden al barco en cada golpe. Mientras escucho al sobrestante gritar para que traigan los sacos de arena y los esparzan en cubierta no dejo de pensar en dos cosas: en la fiebre amarilla y que en cinco días es mi cumpleaños.


Si no hubiera sido por la fiebre amarilla estos niños no estarían abordo. Una cosa es mandar soldados entrenados a la guerra y otra traer niños y ancianos y mendigos y escoria a pelear por España. Los veo y noto que no saben ni usar un fusil. O acarrear los sacos de arena de forma adecuada. Les grito órdenes claras y concisas y veo el terror y la confusión en su mirada. Los ingleses vuelan hacia nosotros, los cañones se aprestan y la sangre correrá como agua.


La arena es para absorber la sangre de éstos pobres diablos.


Mis instrumentos están listos. ¿Cuántos brazos y piernas serán ésta vez?, ¿cuántos ojos se perderán por las astillas y la pólvora?, ¿cuántas vidas, cuántas almas?


Es mediodía. Escucho a los oficiales gritar. Después de las primeras maniobras, la retaguarda dispara sobre la Royal Sovereign. Nos desplegamos, la combinada está lista. Nelson se lanzó al contra-ataque. La Invencible abre las alas, como un águila. Nelson ataca el centro. Audaz, cruel, quirúrgico. El tiempo se detiene cuando los cañones truenan. La sangre se desborda. Los gritos permanecen acallados por el estruendo. Los gritos poco a poco suben de volumen. Algunos imploran a Dios. Otros al Rey. Otros a su madre. De pronto, uno pide un médico.


Es 21 de octubre en el Cabo Trafalgar. Faltan cinco días para mi cumpleaños. Pero ni yo ni la Santísima Trinidad ni el mismísimo Horacio Nelson llegaremos a ése día.

186.3 Uno de ésos días...

...donde quieres escribir un post de lo que sea.


Pero descubres que alguien dejó un emulador de Nintendo 64 y un rom de Majora´s Mask en la computadora.

186.2 Yo, contra Lisbeth Salander

Actualmente me encuentro leyendo "La reina en el palacio de las corrientes de aire", tercer tomo de la trilogía Millenium de Stieg Larsson. Pese a los títulos en español, que en un principio me desanimaron a leer estos libros ("Los hombres que no amaban a las mujeres" y "La chica que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina" no son títulos que reflejen la trama de los libros), descubrí que la inteligente trama del primer tomo iniciaba una odisea destinada a pardurar en la literatura: misterios de hace varios años, posibles asesinatos, una investigación periodística que busca redimir el nombre de Mikael "Kalle" Blomkvist y la peculiar ayuda de la hacker Lisbeth Salander, quien, pese a todo, no es la protagonista del libro.


El primer tomo cierra de forma sorprendente y deja al lector con las ganas de continuar la lectura. Para el segundo tomo, Larsson se enfoca desde un principio de Lisbeth, y pasa a contar su historia, tomando los escabrosos detalles que conocemos de ella desde el primer volumen.


Para mí, aquí hay un problema: Lisbeth Salander no es un buen personaje principal. Como apoyo de Mikael Blomkvist en el primer libro es excelente. Lo que sabemos de su historia y las situaciones en las que se ve comprometida inspiran sentimientos de simpatía hacia ella. Pero no es un buen personaje protagónico.

Sin embargo, el segundo libro avanza. Se mueve en una dirección determinada y da nuevos giros, con Lisbeth en el centro. A pesar de la aparente inmovilidad de su protagonista (inmovilidad relativa, ya que el personaje viaja alrededor del mundo) que no crece, no aprende, no tiene personalidad ni mayor profundidad, la trama por sí sola mantiene el interés.

En el tercer libro, del que voy a la mitad, sucede algo parecido. Lisbeth no se mueve (ahora si), y apenas aparece durante las primeras 300 páginas. Y sin embargo el libro habla de ella, los personajes de mueven por ella y la trama se mantiene por ella.


Por eso es que estoy en conflicto. No entiendo como un personaje tan nulo, más pensado como un "Deus Ex-Machina" secundario que como un protagonista serio, del que sólo sus antecedentes son interesantes, que parece no aportar y sin embargo se mantenga en el centro sea el eje de dos libros tan buenos (tomando en cuenta que apenas llevo 300 páginas del tercero, el cual no e parece del nivel de los otros dos hasta el momento).


Lisbeth Salander no me agrada, en lo más mínimo. Pero sus aventuras son imperdibles.

186.1 Oftalmología a la de a huevo.

Todos tenemos materias favoritas y materias que odiamos. Los médicos, en particular, tenemos especialidades que amamos y especialidades que aborrecemos por distintas razones: mientras algunos aman la pediatría por el hecho de ayudar a los más pequeños, hay quienes la odian precisamente porque odian ver sufrir a los más pequeños.


¿Yo?, bueno, me encanta la Medicina Interna y la Infectología. No soy tan fan de la Neurología, Cardiología y alguna que otra más, y hasta el fondo, donde está la Oftalmología (el estudio de los ojos) bien plantada. ¿Porqué?, porque odio todo lo relacionado con insertar objetos, remover objetos o ver objetos cerca de un globo ocular. Dalí y Buñuel se ríen de mí en el más allá cada vez que alguien hace referencia a la mítica escena de la navaja de afeitar en el ojo de "El perro andaluz".


Hace unos años fuí sometido a cirugía láser para corrección de miopía. Tuve el cuidado de no ver fotografías ni estudios ni nada parecido de dicha operación. Cuando me insertaron los separadores dentro de los párpados, estuve a punto de salir corriendo. A la fecha, si me ofrecieran cualquier cosa por volverme a someter a una cirugía así lo negaría ferviertemente. He visto videos, y no dejo de sentirme ligeramente mareado de recordar que yo estuve ahí, debajo del láser, con las córneas rebanadas.


Uno de los padecimientos más comunes en barcos de éste tipo es, muy lamentablemente, los cuerpos extraños en ojos. Los soldadores, tuberos, gente de máquinas que trabaja en torno y uno que otro que nada más caminó por el lugar equivocado en el momento equivocado vienen con rebabas o astillas que deben ser removidas. Ahí es donde entro yo.


La curiosa empatía de hacer una de mis actividades médicas menos favoritas (junto con sacar uñas enterradas y desimpactar pacientes) provoca que yo sufra más que mis pacientes mientras estoy realizando el procedimiento. Por suerte, hasta ahora no hemos tenido complicaciones y espero sigamos así.


Alabadas sean esas situaciones donde a la de a fuerzas debes realizar algo que constituye un miedo o desafío. Supongo es el primer paso para vencerlo y para mejorar personalmente.

186 Reportándome

Menos de 24 hrs en el barco "Océanic" (que al igual que el vuelo 815, de LOST, de la aerolínea homónima, me transportó a otra vida, totalmente nueva) y me mandaron aquí.




Han sido dos semanas bastante agitadas, llenas de trabajo y de muchísimos giros.




Llegué al Tolteca alrededor del 08 de junio, cuando lo peor del brote ya había pasado. Y no, no es cólera, como algunos sediciosos y poco éticos "periodistas" aseguran, ¿verdad, Joaquín Vargas?




No crean todo lo que lean. Sobre todo, que no parezca que el brote se dio en 334 trabajadores en un sólo día y que la enfermedad les duró todos los 15 días.




Supongo no estoy autorizado para decir gran cosa (y de momento no me apetece decir mucho) hasta que la situación haya pasado. Sólo les puedo decir que las cosas no son tan feas como aparecen en las noticias, que las medidas para combatir el brote se tomaron desde el día uno, los trabajadores aguantaron como los guerreros que son, la mayoría de ellos tuvo molestias menores, se les dio un tratamiento adecuado y que la situación siempre estuvo controlada. Pero nunca falta el malintencionado que quiere hacer leña del árbol caído.




Y más cuando el árbol es la compañía que mejor paga de la zona, la que obtiene los mejores contratos y la que más se preocupa por el bienestar de sus empleados. Lamentablemente, hay quien tiene envidia de eso.




Mientras, hay trabajo por hacer.

185.2 X-Men: First Class

El primer y más grande problema de ésta película es el título. X-Men: First Class (o "Primera Generación", como le pusieron en español), donde "X-Men" nos remite a los cómics y películas de los mutantes que conocemos y amamos. Siendo honestos, fuera de aquellos que hemos leído cómics, ¿quién conoce a Banshee o a Havoc (quienes tuvieran discretas apariciones en la serie animada de los noventa, que es el referente de la población en general)?, o mucho menos, ¿a Angel (New X-Men, de Morrison) o Darwin (a quien conocí en Deadly Genesis)?

"First Class" se aleja desde el principio de la fórmula tradicional de los X-Men en cine: el conflicto principal no son los mutantes, sino que toman los elementos del conflicto de los misiles en Cuba como transfondo para contar la historia de la presentación y participación mutante en los eventos mundiales, la fundación de los X-Men y el origen de la relación entre Charles Xavier y Erik Lansherr.

Xavier/Erik (McAvoy y Fassbender) están magníficos, tanto los actores como la relación entre personajes. McAvoy nos presenta a un Xavier jovial, encantador, líder natural y creyente de la co-existencia entre mutantes y humanos. Si Patrick Stewart era la apariencia física de Charles Xavier, James McAvoy logró darle la personalidad que tanto necesitaba el Profesor X. Michael Fassbender nos presenta a un Magneto que se siente más como un antihéroe que como un antagonista o villano.

Kevin Bacon es un Sebastian Shaw que no sorprende. Un villano Bond muy deslavado, cuyo mayor mérito es portar el casco de Magneto antes que él y ser el causante del peculiar monstruo de Frankenstein.

El resto de las actuaciones no sobresalen en nada, pero tampoco deslucen gran cosa. He escuchado muchas quejas sobre January Jones como Emma Frost, que no supo darle profundidad o un enfoque adecuado a su personaje, pero yo culpo más a la dirección que a la señorita Jones. Simplemente no me pareció una película donde la White Queen pudiera lucirse por completo.

Muy por fuera de la trama principal, que retoma por momentos elementos de las películas de James Bond de la postguerra con el sentido del antihéroe buscando venganza, son las tramas secundarias hacen referencia a la idea general de los cómics de los X-Men: los mutantes ante un mundo que les teme y odia, representado en la subtrama entre Hank McCoy y Raven.

Los efectos especiales no son lo más sorprendente. El vestuario está basado en los orígenes de los X-Men, el viejo chiste del spandex amarillo de la primera película de los mutantes.

Aunque se podría situar dentro de la continuidad de las primeras películas, existen pequeños detalles que deberían ser suprimidos o explicados, como el Charles Xavier calvo y caminando en Wolverine: Origins o el mismo Xavier en casa de Jean Grey.

Dos cameos muy buenos completan la experiencia: el primero es casi obligatorio, con uno de los mejores chistes y one-liners de la película. El otro está un tanto oculto, y es un guiño a los fans de la primera Mystique.

En resumen, la película es buena. Fantástica, estoy tentado a escribir. Para que los fans de Marvel la disfruten tienen que olvidar el "X-Men" del título y recordarlo unos minutos antes de que termine. No traten de buscar errores ni faltas de continuidad, solo disfruten una historia muy bien contada que conserva, a lo mucho, los nombres originales de los personajes, que fue lo poco que respetaron. Los que no leen cómics vayan sin miedo, vale la pena el boleto del cine.

185.1 Professor Layton & The Diabolical Box



Cuando el professor Schrader, amigo y mentor del Hershel Layton es encontrado muerto por éste y su aprendiz Luke, la búsqueda por el asesino se torna en la búsqueda por el misterioso artefacto conocido como la Elysian Box, que al parecer mata a aquellos que logran abrirla
La búsqueda de la caja guiará a los dos personajes a través de un pueblo en celebración, un tren sin destino particular y un misterioso pueblo donde nada parece haber cambiado en cincuenta años.

Segundo capítulo de la serie de "Professor Layton" para DS, es el primero que he podido jugar, por recomendación de un amigo.
La trama parece sacada de un libro de Sherlock Holmes: un asesinato improbable, un misterio aún mayor ligado al crimen y una investigación de campo lleno de múltiples pistas que llevan a un final inesperado.

El juego en sí se compone de puzzles, acertijos, preguntas capciosas y minijuegos de destreza mental que nos permiten avanzar en la trama. No todos los puzzles son obligatorios, aunque hay algunos claves que si lo son, y en algunas partes nos piden un mínimo para seguir avanzando. Estos puzzles tienen diferentes grados de dificultad, desde los extremadamente simples hasta algunos que pueden ser algo desquiciantes. Para avanzar contamos con las "Hint coins", monedas que encontramos buscando por los escenarios y que nos permiten desbloquear consejos para resolver éstos misterios. Para ayudarnos en nuestra búsqueda también podemos participar en minijuegos, como la reconstrucción de una cámara fotográfica o poner un hámster en forma para que encuentre las monedas por nosotros. O la preparación de té, para ayudar de un modo peculiar a los personajes que nos encontremos por el camino.


La historia se va desenvolviendo de una manera similar a las novelas de misterios: nos encontramos con personajes que no son quienes dicen ser, pistas falsas, caminos cerrados y un enfrentamiento final donde conoceremos los últimos detalles de la historia.


"Professor Layton & The Diabolical Box" es un juego para aquellos que disfrutan los puzzles y acertijos, más del estilo Brain Age que cualquier otro tipo de juego. Muy bueno para quitarse el estrés y como ejercicio mental.
Aquí en México éstos juegos al parecer casi no se vendieron: los adultos pensaban que eran juegos exclusivamente para niños (cosa que no es cierta, considerando el nivel de los puzzles y el tema del asesinato) y a los niños no les gustan los juegos que los pongan a pensar demasiado (no todos, aclaro, pero es lo que me decían los vendedores).

4 de 5 Humbert-gamer-points.

185 De ida y vuelta en dos días.

Por razones de trabajo he realizado un viaje completo de ida y vuelta en tres transportes distintos.

Salí el jueves en la noche de Veracruz en autobús. Llegué a Ciudad del Carmen y tomé otro autobús para llegar a Seybaplaya (también en Campeche), ahí me embarqué, salimos y navegamos dos días hasta llegar a la plataforma Centenario, en costas de Veracruz, donde me transportaron al Puerto vía helicóptero. Así que hoy estoy de vuelta por poco más de un día, ya que debo embarcarme a otro navío.



La buena noticia, dentro de todo, es el restablecimiento del PlayStation Network, al que llegué a tiempo para recibir y descargar el paquete "Welcome Back".
Ahora soy el feliz poseedor de Little Big Planet y Dead Nation, así como una subscripción por 30 días a PS+, la cual no disfrutaré porque me marcho en unas horas.

Y pues ni modo, así es esto.

¡Excélsior!

184.18 Dos semanas de descanso.

Estuve fuera más de dos meses. Tuve un descanso de dos semanas. En unas horas tomo el camión de vuelta al barco.
Sobra decir que el descanso fue más que bienvenido. Pasar tanto tiempo fuera de casa siempre te pone a pensar.

Visitar el extranjero fue una gran experiencia, y espero que se repita más seguido.

Ahora, si me disculpan, debo prepararme para el resto del día: comer pasta con mi novia, preparar mi maleta y comprar algún material de distracción para esas guardias afortunadamente tranquilas.

Los que me siguen en Twitter, nos vemos por allá. Alabados sean los smartphones. Los que no, nos vemos en aproximadamente un mes. Espero.

184.17 Un Viaje de Ida y de Regreso - Quinta Parte - Lo que fuimos a hacer.

Fuimos a colocar los ocho propulsores de la plataforma Bicentenario, actualmente situada frente a costas de Poza Rica, Veracruz. Es decir, de no haber puesto esos propulsores, aún seguiría en Curazao.








Los koreanos querían colocarlos en 15 días. ¿15 días?, solo que estuvieran mancos y tuertos. Nosotros lo hicimos en ocho (día más, día menos por algunos detalles de los materiales y horario).

184.16 Las voces en la caja: Descansen en Paz, Juan Ramón Sáenz y Abel Membrillo

Cuando iba en secundaria, allá en Chetumal, Quintana Roo y hace varios años, por las noches, justo antes de dormir ponía la radio. Por fortuna, sólo un programa solía escucharse a la perfección en aquellas latitudes. Era un programa fascinante (a mis catorce años muchas cosas eran fascinantes), donde los radioescuchas llamaban a la cabina y contaban sus historias. No eran historias de amor, o sobre si difícil vida, o de adolescentes difíciles: eran historias de fantasmas, donde las mismas personas que llamaban eran los protagonistas de dichas historias. Las historias eran buenas, mitad buen relato mitad sugestión (y es que a los catorce años, uno es sugestionable). El conductor era excelentísimo, haciendo preguntas pertinentes y no permitiendo que las historias se estancaran. El nombre del creador de éste programa (o por lo menos uno de ellos) era Juan Ramón Sáenz, y el programa era "La Mano Peluda", un programa clásico del radio mexicano. Incluso, Juan Ramón llegó a ser el conductor, en el mejor momento de éste programa en niveles de audiencia.

Dejando a un lado si creo o no en fantasma, o si creía o no creía, el programa me encantaba: más de una vez mi piel se puso de gallina, de sólo imaginar las situaciones descritas y escuchar la angustia de los que hablaban. Que si eran actores contratados, o gente irracional dejándose llevar por el miedo era lo de menos: la sugestión creada por estar a oscuras escuchando "La Mano Peluda" era única.

Años después, ya en el internado, por cortesía de un amigo (el buen @Baglietto) comencé a escuchar podcasts. Uno de los primeros que escuché, fue el del buen Abel Membrillo, a quien sólo conocía como "La Voz" de Otro Rollo. Grave Error. El podcast de Abel Membrillo fue lo mejor de Dixo por mucho tiempo. Su estilo era único, la forma en que abordaba los temas era original, con una mente clara y siempre dejando espacio a la reflexión.

Hoy, 1 de junio, falleció Abel Membrillo.

Dos grandes conductores, que sabían hacer muy bien lo que se le pide a los conductores de radio: entretener a la gente.





Aquí podrán escuchar algunos de los podcast de Abel Membrillo, en Dixo. Lamentablemente, el archivo no parece completo.

Qué gran programa han de estar produciendo en estos momentos, donde sea que estén.