175.2 The other life (2) De guardia en la noche

Hoy, y también mañana y pasado mañana, me toca quedarme de guardia toda la noche. De 7 pm a 7 am estaré solo en el Puente del Mando del barco donde estoy. No hay mucho que hacer por las noches, así que sólo estoy para cubrir la posición faltante y ya (el motivo es algo de lo que no hablará aquí, porque es confidencial de la empresa para la que trabajo).
Tendré horas y horas de no hacer nada en la noche, eso se sobreentiende. Pues bien, en el PdM está la televisión principal, con SKY y el verdadero tesoro de la embarcación: una colección de más de 100 videos en VHS, que van desde Pulp Fiction hasta El Señor de los Anillos. En mi corta pero fructífera revisión encontré también Hannibal, Contacto, Los Rios de Color Púrpura y hasta Años Dorados (no recuerdo el nombre en inglés, supongo que es Golden Years, pero fue una película basada en un cuento de Stephen King).
Tres noches para mi sólo y más de cien películas de dónde escoger. Suena bien, ¿no?
Las películas estan, todas, en noruego.

175.1 The other life (1)

Este post iba a ser otra Realidad Alterna. Pero esto no es ficción.
La otra vida comenzó con un viaje a Ciudad del Carmen. Ciudad pequeña, pero próspera por la cantidad de empresas dedicadas a la rama petrolera. Ahora trabajo para una de ésas compañías, afortunadamente como médico. El primer día se me fue juntando algunos documentos que me hicieron falta y dando vueltas por la ciudad (lo cual sería otra historia), el día de hoy se resolvió todo, y me dieron las indicaciones para llegar a la que será mi estación de trabajo: el barco Oceanic.

He dejado la bata blanca a un lado. Me entregaron mi uniforme: un overol de color estridente, un par de botas, lentes de seguridad y casco reglamentario.
Me explicaron en que consistiría parte de mi trabajo, además de dar consultas. Esa parte de mi trabajo es un proyecto bastante interesante, y que representa un reto. De salir bien incluso podría considerar Medicina del Trabajo como especialidad para el próximo año.

Mañana reanuda la aventura, ya que tengo que viajar cerca de tres horas hasta el barco. Y no, no es el barco de Penny.
Salgo a primera hora, así que no me extiendo más.

Namaste, y buena suerte.

175 See you in the other life

Ésta es, tentativamente, la última entrada de este blog por unos días. No puedo definir por cuantos, pero espero que no pasen de 15. El motivo es porque obtuve trabajo en otro estado, y aún ignoro las facilidades con las que contaré, si podré conseguir señal de internet o tendré tiempo para postear. Tampoco me han definido muy bien el tiempo que pasaré por allá. Inicialmente me dijeron que 15 días, y espero así sea.

Lo que si intentaré con más ganas es mantener actualizados mis estados, tanto de Twitter como de Facebook así que será un poco más sencillo localizarme a través de esas redes sociales.

¿El trabajo? Bueno, seré médico a bordo de un barco, es lo que puedo decir por el momento. Me parece irónico, puesto que uno de mis principales motivos para no seguir los pasos de mi padre en las Fuerzas Armadas era precisamente que no quería vestir de blanco todos los días y trabajar en un barco, pero mírenme ahora, emulando al Dr. Harry Goodsir. Claro, no iré a ninguna expedición al Polo, pero ustedes me entienden.

Una nueva etapa de mi vida comienza. Deseénme suerte.

Namaste, y buena suerte.

174.3 Pesadillas, de Katsuhiro Otomo



Del maestro creador de Akira, "Pesadillas" fue publicada en 1980. Historia de fantasmas y niños con poderes psíquicos, "Pesadillas" (o Domu) tiene un argumento sencillo pero contundente: en un complejo (enorme) de apartamentos comienzan a suceder misteriosos suicidios que pronto levantan las sospechas de la policía. Sólo una niña pequeña y sensible parece saber quién es el responsable de las muertes: un extraño ser conocido como Cho-San, un espíritu niño-anciano que disfruta haciendo sufrir a la gente, mientras colecciona objetos valiosos de sus víctimas. El enfrentamiento es inminente, y se desarrollará hasta sus últimas consecuencias.

Con un dibujo estilizado y donde se reconoce a Otomo, "Pesadillas" es un relato efectivo. La deshumanización del complejo de apartamente, donde viven miles de personas sin conocerse. La aparición de los personajes secundarios, el mismo e inquietante fantasma Cho-San. Si bien tarda un poco en tomar el ritmo definitivo, una vez que el viaje comienza no se detiene hasta la última página.

Una buena recomendación, también la sugiero como me sucedió a mi: para que aquellos que no han leído "Akira" o a Katsuhiro Otomo en general es una excelente primera opción, igual para aquellos que estén renuentes a leer manga o que se estén iniciando en éste tipo de publicación.

Dejo, como es costumbre, el link de descarga de Pesadillas, de Katsuhiro Otomo, con la misma recomendación de siempre: cuando se pueda, compren los originales, apoyen a las editoriales y a los artistas.

174.2 ¡Escuchad, escuchad! (1) - Olallo Rubio

Uno de los pequeños placeres que disfruto mientras utilizo la computadora (para cualquier cosa) es escuchar un buen podcast. Ésas cápsulas que parecen un programa de radio sin ser en nada un programa de radio son un excelente acompañamiento para las actividades recreativas. Como buscar un buen libro o escoger una película que no sea un bodrio, encontrar un podcast a tu gusto suele ser un tanto difícil y complicado de hallar. Son demasiadas opciones y muy poco el tiempo disponible para escucharlos todos.

A lo largo de ésta vida virtual, he recibido varias recomendaciones acerca de cuáles podcast(s) escuchar, todas bastantes afortunadas. He dejado algunos cuando ya no me interesaron o dejaron de ser divertidos, he pasado tardes maratónicas escuchando entregas anteriores de un podcast recién descubierto sólo para "ponerme al día". Incluso me llevé uno que otro a la UMR donde hice el SS para escucharlos en mis ratos libres, guardándolos en la computadora sin escucharlos hasta estar en mi cuarto allá y hacerme la tarde/noche más llevadera.

¿Temas? Una infinidad. El chiste es buscarlos y escucharlos. El día de hoy les dejo la primera de varias recomendaciones (espero) de podcast que suelo escuchar con frecuencia y que encuentro interesantes y/o divertidos.

El primero corresponde a uno de los "podcast clásicos", el del odiado-amado Olallo Rubio.

Olallo Rubio, antes conductor de Radioactivo, inicia éste podcast en 2005. Una propuesta atrayente, un podcast que acusaba directamente a las grandes corporaciones (aunque a veces parecía un comercial de ésas corporaciones), al Gobierno, hacía disertaciones sobre la política nacional e internacional, criticaba a la sociedad mexicana (sobre todo a la juventud), que abogaba por la pluralidad y muchas veces sin sentido. Personajes memorables, grandes momentos, lleno de referencias a la cultura nacional y pop, y contenido interesante, si, pero lamentablemente el podcast de Olallo adolece del mismo Olallo. A veces llega a ser repetitivo, es muy autorreferencial y hasta condescendiente; y algunas partes suelen ser tediosas no concordando con el resto del podcast. A veces se pone muy pesado, dependiendo del tema del que esté hablando, a veces se le puede perdonar, a veces no.

De hecho, mientras lo escuchaba por primera vez, mi imagen mental de Olallo no difería mucho de la de Michael Moore, así que si éste último les cae mal, absténganse de escuchar a Olallo.

Lo mejor del podcast, para mi, es Betornillo. Es un personaje fantástico, el némesis de Olallo, el fan from hell y mayor fanático de Olallo. El típico troll que le dice al podcaster cómo hacer su programa y aunque le cague todo, no deja de escucharlo. Betornillo es el chairo que todos llevamos dentro, el defensor del nacionalismo ciego, el contradictorio y entrañable.

El enlace hacia la página del podcast de Betorn...digo, de Olallo Rubio.

La primera recomendación. Un podcast bastante conocido y del que conozco a mucha gente que le gusta y a mucha que no le gusta. Del Argentino a Don Gato, un podcast que casi nunca pasa indiferente.

174.1 La causa del insomnio

He tenido la dicha de ser viajero. Estando en una familia naval, por constantes cambios a estados distintos del trabajo de mi padre, he estado en los cuatro puntos del país: la primaria la hice en México DF, Salina Cruz, Oaxaca; y Veracruz, Veracruz. La secundaria fue compartida entre Tampico, Tamaulipas y Chetumal, Quintana Roo. Visitando a mis padres he estado por Mazatlán, Sinaloa; Manzanillo, Colima; y Mérida, Yucatán. Mi padre es del norte, de donde no hay mar, y me ha tocado ir a visitar a la familia paterna a Monterrey, Nuevo León; a Monclova, Coahuila. Una vez, en un torneo de ajedrez, tuve la oportunidad de visitar Cancún, QR. En Congresos de Medicina he viajado a León, Guanajuato y a Acapulco, Guerrero.

Mi servicio lo hice fuera del Puerto, en la siempre verde región de los Tuxtlas, en Veracruz, donde visité las ciudades que reciben los nombres de los santos y los pequeños pueblos y rancherías que forman parte de la región y donde cada semana hacía un viaje de ida y vuelta atravesando parte del estado.

Obviamente, siempre he regresado a casa.

Ahora tengo esta situación: por cuestiones de trabajo de me debo ausentar del Puerto por quince días. Es una viaje que repetiré varias veces a lo largo del año, pero la primera vez se acerca. El trabajo es, afortunadamente, como médico (como lo que estudié, como debe de ser). Ni es la primera vez que estoy lejos de casa ni es la primera vez que estoy solo, así que eso no es lo que me preocupa.

Este es un viaje diferente porque voy en calidad de médico. Voy con la consigna de proteger la salud de una pequeña población, con la entera certeza de que son mis conocimientos y habilidades los que marcarán el éxito en esta empresa. No es tanto el viaje físico lo que me preocupa, si no el viaje interior.

A modo de preámbulo (me encanta cuando éstas cosas suceden en las series; más aún cuando suceden en la vida real) me he estado encontrando de manera fortuita con algunas personas que han significado algo, poco o mucho, en mi vida personal y/o profesional. El mismo día en Wal-Mart me encontré con una enfermera del hospital donde hice mi internado, del área de ginecología. Minutos después me encontré con una de las pacientes que más recuerdo de la misma área (me acuerdo de ella porque en aquél entonces inició con el trabajo de parto, con 130 kilos de peso y una gingivitis con sangrado, se le realizó cesárea, y el niño nació de cinco kilos y medio. La cesárea fue en la noche, la doctora encargada era menuda, y pidió un banco de altura para poder realizar la cirugía).
Ayer mismo me encontré con dos de quienes fueran de mis mejores amigos de la Facultad. Ambos médicos, una de ama de casa recién casada y con un bebé pequeñito y el otro trabajando de bombero.

Estas semanas que me la he pasado "sin hacer nada" han sido unas muy buenas vacaciones: he estado disfrutando a la familia, algunas veces he podido salir con los amigos y he podido ver casi todos los días a mi novia. Esto es lo que podría significar el insomnio que tengo, una especie de nostalgia adelantada en lo que empiezo ésta nueva etapa, lejos de casa.

Como diría Sheldon Cooper: " Homesick is a type of being sick".

Por fortuna, existe algo para eso...

174 Rock Bottom Remainders

"Su banda no es tan mala. Tampoco es tan buena. No dejen que sea mejor, de otra manera será solo otra banda despreciable."

-Bruce Springsteen

La Rock Bottom Remainders es una banda de rock compuesta por músicos aficionados. A decir de los conocedores, como el señor Springsteen citado arriba, su música se considera mediana, sin ninguna cualidad sobresaliente.

Sin embargo, cabe señalar un dato bastante importante (y de trivia): la Rock Bottom está formada por escritores y redactores. De hecho, entre sus filas se encuentran Matt Groening y Stephen King (¿no les tengo que decir quiénes son, verdad?). También se encuentra la autora de "El club de la buena estrella" Amy Tan.



Decir que no es "tan mala" es un eufemismo, claro. Por lo menos se dedican a escribir y esto es sólo un pasatiempo. Gracias por eso.

173.11 La diferencia de los 200 años, y muchos más

En 1976, Isaac Asimov recibió el encargo de escribir un cuento corto bajo una premisa especial: el título debía ser "El Hombre Bicentenario". ¿El motivo?, el bicentenario de la Independencia de los Estados Unidos de América. El cuento resultó ser uno de los más emotivos cuentos de Asimov. La celebración del Bicentenario en EU fue un acontecimiento que aún es recordado.

En contraste, nosotros tenemos ésto:



A este paso, dudo que lleguemos a la celebración de los 300 años de la Independencia.

173.10 Decepción Literaria

En la literatura, como lector, existen múltiples decepciones. Ignoro el número concreto de ellas, pero si puedo mencionar tres de las que he llegado a sufrir en ojos propios.

Uno de los tipos de decepción ocurre cuando un escritor hace la secuela de una obra que te gustó, y sientes que no le hace justicia a su primera parte.
Me ocurrió cuando, después de haber leído "El Juego de Ender" comencé a leer "La Voz de los Muertos".
"Esperen" me dije, "¿no hay Insectores que sobrevivieron y buscan venganza?, ¿Ender es un adulto aburrido y pacifista?, ¿no hay batallas épicas, guerra, destrucción?, ¿la trama trata sobre puercos extraterrestres y abraza-árboles?, ¡esto no puede ser de Orson Scott Card, él nunca haría nada así!"
Mi rabieta me duró como 40 páginas. O menos. Logró atraparme con su mensaje biológico-evolutivo, la trama de los asesinatos y el desarrollo de personajes. Orson Scott Card lo había hecho de nuevo.
Aunque sigue gustándome más "El Juego de Ender", claro.

El segundo tipo ocurre cuando leer una obra de cierto autor, te gusta y descubres que ésa obra es un one-shot, y el autor se dedica a escribir novelas muy diferentes a la que te había gustado, sobre temas que no te interesan.
Me ocurrió después de haber leído "Los pilares de la Tierra" de Ken Follet. Novela histórica que habla sobre una catedral y los varicuetos generacionales en su construcción. Es una obra de traiciones, sufrimiento, pasiones, avaricia, honor, vida y muerte. Medieval, bien escrita y única. Después me entero que Follet escribe novelas de suspenso que no me llaman la atención. Oh, decepción...
Claro, ya escribió la segunda parte, pero en aquél entonces cuando leí la novela, nadie creía que la fuera a sacar.

El tercer tipo es el que llevo en proceso actualmente. Tienes una novela de un autor que no conocías pero que ya está perfilado como uno de los grandes de la literatura [contemporánea, en este caso], has escuchado y leído buenas críticas sobre la obra; vaya, la obra ya la están considerando una "de las grandes de la literatura universal" y hasta la sinopsis de la contraportada te atrapa.
Me está sucediendo con "La Carretera" de Cormac McCarthy. Un mundo postapocalíptico, cubierto de ceniza y lleno de hordas de caníbales, donde un Padre y su Hijo luchan por sobrevivir y llegar al inaccesible sur.

Todo, absolutamente todo, para atraparme, y está fallando.

El estilo de McCarthy no me está gustando. Es demasiado "parrafal" (si el término puede ser utilizado así). Me explico: la unidad básica no parece ser el enunciado, si no el párrafo. Cada párrafo es autocontenido, como si contara un minicuento que forma parte de una historia mayor, como las fotografías serían para la película. Por lo mismo, en vez de tener una sensación fluida como una película, se siente acartonado como si pasaran las fotografías de una en una. Ahora imaginen tres o cuatro párrafos por hoja. Es como leer telegramas demasiado extensos.
La trama no parece avanzar en las primeras 80 páginas. Después toma un poco de ritmo, aparentemente, pero faltaría ver la otra mitad del libro.
¿Los personajes? Sólo hay uno: el Padre. El Hijo es tan lastimero y tan poco desarrollado que ya estoy esperando que algún canibal lo saque de su miseria. Caray, creo que Padre, aunque piense lo contrario, se sentiría aliviado.

Estoy a punto de dejarlo. Sólo continúo por le hecho de haber decidido no ver la película y saber en qué acaba. Si, éste es un ejemplo de masoquismo literario. De lo que llevo, sólo encuentro una oración que me haya gustado: Esto es una película de terror y nosotros somos los muertos andantes.

A veces, una primera decepción lleva a un descubrimiento glorioso. A veces a uno pasable. Espero se dé cualquiera de los dos casos con éste libro, aunque dificilmente volveré a leer algo del autor.