Mi madre siempre me acusa de tener una actitud horrible. "Es que cuando te encierras en tu cuarto nunca oyes el timbre/ el teléfono/que te hablo". No discutiré, si hago eso, pero lo hago por salud física y mental. La salud física de los demás y mi salud mental.
Hay dos cosas (entre tantas) que odio: el repiquetear del telefóno y el sonido de un timbre. A mi celular siempre lo pongo en vibrar. No me gusta que un teléfono suene y menos si es el de mi casa. Las llamadas hacia mi casa se dividen en tres categorias bien diferencias: familiares, bancos y extorsiones/amenazas.
Las familiares son de cajón, afortunadamente mi familia es de pocas palabras. Solo nos hablamos para checar que todo esté en orden con el abuelo y los bisnietos, que fulanito ya se siente mejor de la gripe, que si se va a hacer algo para el cumpleaños de uno de los niños y demás. No somos de llamadas maratónicas para contar nimiedades y eso es de agradecer.
Las llamadas de los bancos siempre son o para exigir el pago de una tarjeta (aunque no debaomos) u ofrecer una tarjeta (que no nos interesa) y las llamadas por extorsión/amenaza son algo que se puso de moda por mi casa hace casi un año y sistemáticamente hablan para decir que secuestraron a alguien de mi familia o que un alto mando de loz Z, La Familia, El Gobierno o cualquier banda requiere que depositemos una fuerte suma de dinero para "evitar comenzar a morir".
Los dos últimos tipos de llamadas los hemos semi-bloqueado usando el identificador de número del telefono. Cuando aparece "Número Privado" sabemos que no debemos contestar. Lo malo es que el teléfono suena, y suena y suena y suena.
Así como en mi familia casi no hablamos por teléfono, pocas veces acostumbrarnos a visitarnos, y menos sin preguntarnos antes a qué hora podemos "caerles por allá". Por lo mismo, cuando tocan el timbre (o peor, a la puerta. O peor, gritan) siempre suele ser por una mamada o una medio mamada: que la cooperación para el velador y los de la basura (ok, ésta no es mamada), que si queremos cooperar para casas hogar de niños abandonados/alcohólicos/drogadictos/de la calle/cualquier combinación de las anteriores (tan sólo hoy ya van dos), que el vendedor de frutas y verduras, que si el religioso que quiere hablar de Jesús, que si el "representante de Telmex" quiere tomar algunos datos y ofrecerme jugosos descuentos (ojo, según me han dicho, Telmex no manda representantes) y demás pintorescos personajes.
Cuando estoy en mi cuarto me hago el tonto o el sordo. No escucho el teléfono ni el timbre. Generalmente hay alguien que está al pendiente de la puerta y el teléfono (mis padres, una de mis tías, mi hermana o el abuelo). Pero cuando me quedo yo de encargado termino mentando madres con cada timbrazo, sea de la puerta o el teléfono.
Tan sólo en ésta entrada tocaron al timbre tres veces y el teléfono sonó con un "Número privado" en un par de ocasiones. Queria escribir esto para desahogarme, pero ahora estoy más encabronado. Pinche gente que no entiende que si tenemos las puertas cerradas y no contestamos el teléfono es por algo.
Hay dos cosas (entre tantas) que odio: el repiquetear del telefóno y el sonido de un timbre. A mi celular siempre lo pongo en vibrar. No me gusta que un teléfono suene y menos si es el de mi casa. Las llamadas hacia mi casa se dividen en tres categorias bien diferencias: familiares, bancos y extorsiones/amenazas.
Las familiares son de cajón, afortunadamente mi familia es de pocas palabras. Solo nos hablamos para checar que todo esté en orden con el abuelo y los bisnietos, que fulanito ya se siente mejor de la gripe, que si se va a hacer algo para el cumpleaños de uno de los niños y demás. No somos de llamadas maratónicas para contar nimiedades y eso es de agradecer.
Las llamadas de los bancos siempre son o para exigir el pago de una tarjeta (aunque no debaomos) u ofrecer una tarjeta (que no nos interesa) y las llamadas por extorsión/amenaza son algo que se puso de moda por mi casa hace casi un año y sistemáticamente hablan para decir que secuestraron a alguien de mi familia o que un alto mando de loz Z, La Familia, El Gobierno o cualquier banda requiere que depositemos una fuerte suma de dinero para "evitar comenzar a morir".
Los dos últimos tipos de llamadas los hemos semi-bloqueado usando el identificador de número del telefono. Cuando aparece "Número Privado" sabemos que no debemos contestar. Lo malo es que el teléfono suena, y suena y suena y suena.
Así como en mi familia casi no hablamos por teléfono, pocas veces acostumbrarnos a visitarnos, y menos sin preguntarnos antes a qué hora podemos "caerles por allá". Por lo mismo, cuando tocan el timbre (o peor, a la puerta. O peor, gritan) siempre suele ser por una mamada o una medio mamada: que la cooperación para el velador y los de la basura (ok, ésta no es mamada), que si queremos cooperar para casas hogar de niños abandonados/alcohólicos/drogadictos/de la calle/cualquier combinación de las anteriores (tan sólo hoy ya van dos), que el vendedor de frutas y verduras, que si el religioso que quiere hablar de Jesús, que si el "representante de Telmex" quiere tomar algunos datos y ofrecerme jugosos descuentos (ojo, según me han dicho, Telmex no manda representantes) y demás pintorescos personajes.
Cuando estoy en mi cuarto me hago el tonto o el sordo. No escucho el teléfono ni el timbre. Generalmente hay alguien que está al pendiente de la puerta y el teléfono (mis padres, una de mis tías, mi hermana o el abuelo). Pero cuando me quedo yo de encargado termino mentando madres con cada timbrazo, sea de la puerta o el teléfono.
Tan sólo en ésta entrada tocaron al timbre tres veces y el teléfono sonó con un "Número privado" en un par de ocasiones. Queria escribir esto para desahogarme, pero ahora estoy más encabronado. Pinche gente que no entiende que si tenemos las puertas cerradas y no contestamos el teléfono es por algo.
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