Para mi, Toy Story es la mejor y más representativa serie de películas de Pixar, siendo la película insignia por ser la primera que salió de los estudios de animación, teniendo los que considero los mejores personajes para una película de éste tipo y ahondando siempre en el tema de la infancia al lado de los juguetes que acompañan a esta etapa. Toy Story es un deleite por donde quiera que se le mire.
Toy Story 2 no me gustó tanto. Aunque fue agradable ver el trasfondo de Woody, el agregarle nuevos personajes no tan carismáticos y dejar un tanto de lado la relación juguete-niño no fue la mejor decisión.
Lo cual me lleva a Toy Story 3, la cual disfruté enormemente, quedando con un agradable sabor de boca.
El tiempo ha pasado, Andy ya no es un niño que juegue con sus juguetes, los cuáles se han visto reducidos en número drásticamente con el paso del tiempo. Antes de ir a la universidad, Andy debe decidir si tirar sus viejos juguetes o guardarlos en el ático por tiempo indefinido. Por equivocación, los juguetes terminan en Sunnyside, una guardería donde los juguetes viejos siempre son bien recibidos por Lotso y demás juguetes de la guardería que han creado una especie de paraíso para ellos. Pero como suele suceder, no todo es color de rosa en Sunnyside, cuyo secreto está a punto de revelarse para Woody, Buzz, Jessie y el resto de los pocos juguetes de Andy, quiénes deben demostrar una vez más que la unión entre ellos es más fuerte que sus diferencias o el abandono de su dueño.
No les quiero arruinar nada de la trama. Regresan los momentos solemnes y emotivos. Regresan los momentos graciosos de verdad. Los nuevos personajes son geniales y aportan mucho al mito de Toy Story. Bebote pasa de ser escalofriante a ser increíblemente tierno. Ken son risas garantizadas. Lo mejor de todo es que la historia conserva lo que hizo grande el concepto de Toy Story, la interacción de los niños con los juguetes.
Véanla. Sé que vieron la primera. Ésta les va a encantar. No puedo decir más.
Un Humbertcricio que huele a frutas.
Toy Story 2 no me gustó tanto. Aunque fue agradable ver el trasfondo de Woody, el agregarle nuevos personajes no tan carismáticos y dejar un tanto de lado la relación juguete-niño no fue la mejor decisión.
Lo cual me lleva a Toy Story 3, la cual disfruté enormemente, quedando con un agradable sabor de boca.
El tiempo ha pasado, Andy ya no es un niño que juegue con sus juguetes, los cuáles se han visto reducidos en número drásticamente con el paso del tiempo. Antes de ir a la universidad, Andy debe decidir si tirar sus viejos juguetes o guardarlos en el ático por tiempo indefinido. Por equivocación, los juguetes terminan en Sunnyside, una guardería donde los juguetes viejos siempre son bien recibidos por Lotso y demás juguetes de la guardería que han creado una especie de paraíso para ellos. Pero como suele suceder, no todo es color de rosa en Sunnyside, cuyo secreto está a punto de revelarse para Woody, Buzz, Jessie y el resto de los pocos juguetes de Andy, quiénes deben demostrar una vez más que la unión entre ellos es más fuerte que sus diferencias o el abandono de su dueño.
No les quiero arruinar nada de la trama. Regresan los momentos solemnes y emotivos. Regresan los momentos graciosos de verdad. Los nuevos personajes son geniales y aportan mucho al mito de Toy Story. Bebote pasa de ser escalofriante a ser increíblemente tierno. Ken son risas garantizadas. Lo mejor de todo es que la historia conserva lo que hizo grande el concepto de Toy Story, la interacción de los niños con los juguetes.
Véanla. Sé que vieron la primera. Ésta les va a encantar. No puedo decir más.
Un Humbertcricio que huele a frutas.
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