172.12 México, constitucionalmente, de vuelta a la Edad Media

Justo apenas hace 3 meses me regocijaba del hecho de que al fin se considerara a la República Mexicana como un Estado laico. Debí imaginar que mi mortal enemiga, la Iglesia Católica, no permitiría que el gusto me durara demasiado: México podría ser el primer país en que sea obligatorio profesar una religión.

Así como suena. Al parecer la ICAR no pierde el tiempo. Al parecer están tratando de convencer a los Senadores de aprobar lo que ya fue aprobado por los diputados: modificaciones del artículo 40 constitucional (el mismo que establece que el Estado es laico) y cambios al artículo 24 constitucional, para permitir la educación religiosa en escuelas públicas. Esto para que todo ciudadano mexicano esté obligado a profesar una religión.

Esta iniciativa, como menciona el enlace, ya fue aprobada por los diputados, y sólo espera aval en la Cámara de Senadores.

Esto se suma a la increíble y estúpida influencia religiosa en asuntos políticos. Existen 18 estados donde se castiga con cárcel a quien se practique un aborto y se está llamando para incumplir la Ley General de Salud, que garantiza el deseo del paciente en situación terminal de no recibir tratamiento (eutanasia pasiva).

¿Conviene que todo mexicano deba profesar una religión? No. Si teniendo la opción de profesar algo que supuestamiente "tiene que nacer de ti", como lo es profesar una religión y la gente no participaba, obligarla a hacerlo es una violación a la libertad de culto que supuestamente garantiza el Estado. Existimos quiénes no deseamos una religión, y otros incluso que no reconocemos a un ser superior como creador del cielo y la tierra.

Recordemos que es la ICAR la que está haciendo su lucha. ¿Qué pasará cuando sea la ICAR la que siga manipulando la Constitución para que sea la católica la religión oficial de México? Pues comenzará la persecución de las demás creencias, empezando por ateos y agnósticos (como los hijos de Satán que somos, supongo) para luego lanzarse contra las otras religiones, porque no son las constitucionales.

Tampoco entiendo el razonamiento interno de la ICAR: ¿fe por obligación?, ¿no sería una forma de ir al infierno, según sus creencias?, ¿o planean un lavado de cerebro desde etapas tempranas para condicionar la creencia en sus dogmas? Para esto es la modificación del artículo 24, no hay duda. De por si, la televisión abierta está plagada de catolicismo encubierto (La Rosa de Guadalupe, Cada quien su Santo) y además tenemos que soportar los comentarios católicos de Felipe Calderón como en su momento tuvimos que soportar el catolicismo público de Vicente Fox (donde empezó el desmadrito, de seguro); ahora, nuestros niños recibirán educación religiosa desde las primarias del gobierno. Lo que necesitamos, más catolicos fregados que consideren que la pobreza es estado de gracia mientras depositan su diezmo en la iglesia del pueblo. Menos teoría de la evolución y más creacionismo.

Mi pregunta: ¿Hasta donde llega el poder de la ICAR?, ¿porqué está iniciativa llegó hasta la Cámara de Senadores?, ¿qué tienen en la cabeza los diputados? Siendo que no creo ni a patadas en la religiosidad de los políticos, ¿cómo es que los diputados cayeron en éste jueguito?, ¿qué les ofrecieron, la vida eterna acaso?, ¿misas por sus almas, un lugar en el cielo?, ¿o algo más terrenal, de lo que abunda en la ICAR, como el dinero? Para empezar, esta iniciativa tuvo que haber sido descartada desde que el primer político la tocó.

Este es el primer paso hacia la teocracia. Regresamos a pasos agigantados hacia la Edad Media. De seguir así, pronto no se podrá aspirar a un puesto como servidor público sin ser un devoto creyente. La legislación se apegará a la Biblia, retrocediendo los pocos pasos en la otra dirección que ya se habían ganado.

Me apena decir que no solo la derecha está de acuerdo con esto. Según lo mencionado en el enlace, los diputados de supuestos partidos de izquierda también están de acuerdo. ¿Incoherencias de ideología? No me sorprende. Con dinero baila el perro. Y baila también el Estado Mexicano, libre, soberano y laico.