Existe un momento verdaderamente clásico en la vida profesional de todo médico: la primera vez que un paciente, casi siempre un quejoso o un familiar inconforme, te avienta el Juramento Hipocrático en la cara.
"Es que tu hiciste un juramento que te obliga a darme un medicamento para el dolor"
"El Juramento de Hipócrates dice que tienes que atender gratis a la gente"
"Es que no estás cumpliendo tu juramento al tardarte en curar las úlceras de mi paciente"
"Es que son las once de la noche y no se encuentra el hematólogo, no está cumpliendo su juramento"
"Es que si no está el urólogo quién le va a poner la sonda a mi enfermo, porque tiene horas sin orinar y ya le molesta"
Esta pequeña muestra son cosas que escuché en el internado. Una me la dijeron a mi, las otras a otros tantos compañeros. Todas muestran que la gente está mal informada respecto a qué dice dicho Juramento y la idealización que se hace sobre el mismo y sobre la idea misma de qué clase de persona un médico deberia de ser. Creen que el Juramento Hipocrático habla sobre la moralidad del médico, que nos regula en cosas tan abstractas como "vocación de servir a los demás", "sentir empatía por el sufrimiento de los pacientes", o cosas tan irreales como "atender cualquier padecimiento a la hora que sea", "enseñarles inglés y computación a las personas de la comunidad donde estás haciendo el Servicio Social porque tienes que mejorar las condiciones de vida de las personas a tu cargo", lo cual es totalmente erróneo.
El Juramento Hipocrático asienta las bases de la ética médica, estipulando una serie de lineamientos sobre la conducta que el médico debe seguir con otros médicos, con sus alumnos y con sus pacientes. Y sobre estos últimos hace aclaraciones importantes en temas eternos y debatidos en la actualidad como el aborto, la eutanasia y el secreto profesional.
Transcribo el Juramento, parte por parte, para intercalar comentarios propios:
Por Apolo médico y Esculapio, juro: por Higias, Panacace y todos los dioses y diosas a quienes pongo por testigos de la observancia de este voto, que me obligo a cumplir lo que ofrezco con todas mis fuerzas y voluntad.
De entrada, se jura por dioses griegos: Apolo, Dios de la medicina, la verdad y la curación. Esculapio, hijo de Apolo y también dios de la medicina. Higias, de quien deriva el término "higiene" y Panacace o Panacea, "la que lo cura todo". Se entiende al nombrar a éstas últimas las bases de la medicina: higiene y curación, o más bien, prevención y tratamiento.
Tributaré a mi maestro de Medicina igual respeto que a los autores de mis días, partiendo con ellos mi fortuna y socorriéndoles en caso necesario; trataré a sus hijos como mis hermanos, y si quisieran aprender la ciencia, se las enseñaré desinteresadamente y sin otro género de recompensa.
Responsabilidad con los médicos que nos enseñan: Respeto y apoyo, tanto a ellos como a sus hijos. Este enunciado, junto con el que sigue, también dan pauta para una ley no escrita: el apoyo que los médicos, como gremio por así decirlo, se otorgan entre ellos. Por lo regular los médicos no tienen un sindicato por ser médicos. Tal vez por ser trabajadores en alguna institución, pero por el simple hecho de ser médico, no. Sin embargo, y me ha tocado en muchísimas ocasiones, cuando he tenido necesidad de un diagnóstico o un tratamiento y me he acercado con un médico que conozco de la Facultad casi siempre lo recibo, y con descuento a los honorarios y hasta de forma gratuita. El último caso que puedo dar es la resección de un par de fibromas que tenía en una axila y ya me estaban ocasionando molestias. No me sorprendería que otros compañeros hayan estado en situaciones similares.
También habla de una cuestión importante: no les cobraré a los hijos de otros médicos que estén aprendiendo Medicina por mis enseñanzas.
Instruiré con preceptos, lecciones habladas y demás métodos de enseñanza a mis hijos, a los de mis maestros y a los discípulos que me sigan bajo el convenio y juramento que determinan la la ley médica y a nadie más.
La instrucción es base fundamental en la enseñanza médica. Aquí se hace referencia ya no sólo a los hijos del médico, si no de otros discípulos que nos sigan. A todos los que tienen el interés de aprender Medicina. E incluso hace referencia a cierto secretismo, en lo que se refiere a enseñarle medicina a personas que no sean nuestros "discípulos".
Fijaré el régimen de los enfermos del modo que le sea más conveniente, según mis facultades y mi conocimiento, evitando todo mal e injusticia.
Punto importante, primera referencia a los pacientes y primera aclaración: "fijaré el régimen [...] del modo que le sea más conveniente". Por "régimen" se entiende no sólo el tratamiendo médico, si no también las indicaciones generales (hábitos higiénicos, alimenticios, hacinamiento, ejercicio, cuidados específicos) y por "conveniente" no se refiere a lo más rápido, lo más fácil o lo más barato, si no que debe ser aquellos que sé puede mejorar el padecimiento de forma efectiva y definitiva de ser posible, o mejorar la llamada "calidad de vida" de la persona.
No me avendré a pretensiones que afecten a la administración de venenos, ni persuadiré a persona alguna con sugestiones de esa especie; me abstendré igualmente de suministrar a mujeres embarazadas pesarios o abortivos.
Eutanasia y aborto, dos temas que se han discutido desde siempre. Tampoco hay que dejar de mencionar algo sumamente importante: estos puntos eran válidos en la época en la que vivió Hipócrates. Fundamentalmente, y debido a la ley existente, aún son válidos, pero quedará en la sociedad determinar hasta cuando. Usar el Juramento Hipocrático como autoridad para estar en contra de estos asuntos es una irresponsabilidad.
Mi vida la pasaré y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza.
Este punto habla por si mismo.
No practicaré la talla, dejando esa operación y otras a los especialistas que se dedican a practicarla ordinariamente.
La "talla" se refiere a la talla suprepúbica, es decir, el drenaje de la vejiga a través de la pared abdominal cuando los conductos urinarios están obstruídos. Aquí el Juramento se refiere a dejar que cada especialidad haga lo que le corresponda, sin meternos en asuntos que, aunque podríamos manejarlos nosotros, nos podrían meter en un lío si salen mal. Por eso de tantas interconsultas "innecesarias" por cosas sencillas como tos, glucosa elevada y demás.
Cuando entre en una casa no llevaré otro propósito que el bien y la salud de los enfermos, cuidando mucho de no cometer intencionalmente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitando principalmente la seducción de las mujeres jóvenes, libres o esclavas. Guardaré reserva acerca de lo que oiga o vea en la sociedad y no será preciso que se divulgue, sea o no del dominio de mi profesión, considerando el ser discreto como un deber en semejantes casos.
Ética y secreto profesional: enfocarnos en tratar al paciente sin faltarle el respeto a su familia u hogar, no utilizar nuestra posición para seducir mujeres (u hombres, ya también aplica), cuidar lo que decimos, ser confidente del paciente y no divulgar los secretos que se nos confían. Pero hay que recordar que esto aplica en nuestro criterio: Por poner un ejemplo, si tenemos un paciente al que diagnosticamos con VIH, aunque el paciente nos solicite no divulgarlo, debemos avisar en la nota médica, así como al personal que toma las muestras a dicho paciente, así como a familiares para que se realicen las pruebas necesarias y demás personal que esté en contacto con la persona. Lo que solicita el Juramento es "discreción", no a costa de la seguridad de los demás.
Si observo con fidelidad mi juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí, la suerte adversa.
Y aquí acaba, sin mención del dinero, de los deberes hacia el gobierno, de la disposición, de la vocación del médico ni demás desviaciones.
Colegas: la próxima vez que alguien les trate de restregar el Juramento Hipocrático en la cara, por favor recuerden lo que éste dice, así podrán responder una de las groserías más grandes que un paciente le puede decir a un médico.
"Es que tu hiciste un juramento que te obliga a darme un medicamento para el dolor"
"El Juramento de Hipócrates dice que tienes que atender gratis a la gente"
"Es que no estás cumpliendo tu juramento al tardarte en curar las úlceras de mi paciente"
"Es que son las once de la noche y no se encuentra el hematólogo, no está cumpliendo su juramento"
"Es que si no está el urólogo quién le va a poner la sonda a mi enfermo, porque tiene horas sin orinar y ya le molesta"
Esta pequeña muestra son cosas que escuché en el internado. Una me la dijeron a mi, las otras a otros tantos compañeros. Todas muestran que la gente está mal informada respecto a qué dice dicho Juramento y la idealización que se hace sobre el mismo y sobre la idea misma de qué clase de persona un médico deberia de ser. Creen que el Juramento Hipocrático habla sobre la moralidad del médico, que nos regula en cosas tan abstractas como "vocación de servir a los demás", "sentir empatía por el sufrimiento de los pacientes", o cosas tan irreales como "atender cualquier padecimiento a la hora que sea", "enseñarles inglés y computación a las personas de la comunidad donde estás haciendo el Servicio Social porque tienes que mejorar las condiciones de vida de las personas a tu cargo", lo cual es totalmente erróneo.
El Juramento Hipocrático asienta las bases de la ética médica, estipulando una serie de lineamientos sobre la conducta que el médico debe seguir con otros médicos, con sus alumnos y con sus pacientes. Y sobre estos últimos hace aclaraciones importantes en temas eternos y debatidos en la actualidad como el aborto, la eutanasia y el secreto profesional.
Transcribo el Juramento, parte por parte, para intercalar comentarios propios:
Por Apolo médico y Esculapio, juro: por Higias, Panacace y todos los dioses y diosas a quienes pongo por testigos de la observancia de este voto, que me obligo a cumplir lo que ofrezco con todas mis fuerzas y voluntad.
De entrada, se jura por dioses griegos: Apolo, Dios de la medicina, la verdad y la curación. Esculapio, hijo de Apolo y también dios de la medicina. Higias, de quien deriva el término "higiene" y Panacace o Panacea, "la que lo cura todo". Se entiende al nombrar a éstas últimas las bases de la medicina: higiene y curación, o más bien, prevención y tratamiento.
Tributaré a mi maestro de Medicina igual respeto que a los autores de mis días, partiendo con ellos mi fortuna y socorriéndoles en caso necesario; trataré a sus hijos como mis hermanos, y si quisieran aprender la ciencia, se las enseñaré desinteresadamente y sin otro género de recompensa.
Responsabilidad con los médicos que nos enseñan: Respeto y apoyo, tanto a ellos como a sus hijos. Este enunciado, junto con el que sigue, también dan pauta para una ley no escrita: el apoyo que los médicos, como gremio por así decirlo, se otorgan entre ellos. Por lo regular los médicos no tienen un sindicato por ser médicos. Tal vez por ser trabajadores en alguna institución, pero por el simple hecho de ser médico, no. Sin embargo, y me ha tocado en muchísimas ocasiones, cuando he tenido necesidad de un diagnóstico o un tratamiento y me he acercado con un médico que conozco de la Facultad casi siempre lo recibo, y con descuento a los honorarios y hasta de forma gratuita. El último caso que puedo dar es la resección de un par de fibromas que tenía en una axila y ya me estaban ocasionando molestias. No me sorprendería que otros compañeros hayan estado en situaciones similares.
También habla de una cuestión importante: no les cobraré a los hijos de otros médicos que estén aprendiendo Medicina por mis enseñanzas.
Instruiré con preceptos, lecciones habladas y demás métodos de enseñanza a mis hijos, a los de mis maestros y a los discípulos que me sigan bajo el convenio y juramento que determinan la la ley médica y a nadie más.
La instrucción es base fundamental en la enseñanza médica. Aquí se hace referencia ya no sólo a los hijos del médico, si no de otros discípulos que nos sigan. A todos los que tienen el interés de aprender Medicina. E incluso hace referencia a cierto secretismo, en lo que se refiere a enseñarle medicina a personas que no sean nuestros "discípulos".
Fijaré el régimen de los enfermos del modo que le sea más conveniente, según mis facultades y mi conocimiento, evitando todo mal e injusticia.
Punto importante, primera referencia a los pacientes y primera aclaración: "fijaré el régimen [...] del modo que le sea más conveniente". Por "régimen" se entiende no sólo el tratamiendo médico, si no también las indicaciones generales (hábitos higiénicos, alimenticios, hacinamiento, ejercicio, cuidados específicos) y por "conveniente" no se refiere a lo más rápido, lo más fácil o lo más barato, si no que debe ser aquellos que sé puede mejorar el padecimiento de forma efectiva y definitiva de ser posible, o mejorar la llamada "calidad de vida" de la persona.
No me avendré a pretensiones que afecten a la administración de venenos, ni persuadiré a persona alguna con sugestiones de esa especie; me abstendré igualmente de suministrar a mujeres embarazadas pesarios o abortivos.
Eutanasia y aborto, dos temas que se han discutido desde siempre. Tampoco hay que dejar de mencionar algo sumamente importante: estos puntos eran válidos en la época en la que vivió Hipócrates. Fundamentalmente, y debido a la ley existente, aún son válidos, pero quedará en la sociedad determinar hasta cuando. Usar el Juramento Hipocrático como autoridad para estar en contra de estos asuntos es una irresponsabilidad.
Mi vida la pasaré y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza.
Este punto habla por si mismo.
No practicaré la talla, dejando esa operación y otras a los especialistas que se dedican a practicarla ordinariamente.
La "talla" se refiere a la talla suprepúbica, es decir, el drenaje de la vejiga a través de la pared abdominal cuando los conductos urinarios están obstruídos. Aquí el Juramento se refiere a dejar que cada especialidad haga lo que le corresponda, sin meternos en asuntos que, aunque podríamos manejarlos nosotros, nos podrían meter en un lío si salen mal. Por eso de tantas interconsultas "innecesarias" por cosas sencillas como tos, glucosa elevada y demás.
Cuando entre en una casa no llevaré otro propósito que el bien y la salud de los enfermos, cuidando mucho de no cometer intencionalmente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitando principalmente la seducción de las mujeres jóvenes, libres o esclavas. Guardaré reserva acerca de lo que oiga o vea en la sociedad y no será preciso que se divulgue, sea o no del dominio de mi profesión, considerando el ser discreto como un deber en semejantes casos.
Ética y secreto profesional: enfocarnos en tratar al paciente sin faltarle el respeto a su familia u hogar, no utilizar nuestra posición para seducir mujeres (u hombres, ya también aplica), cuidar lo que decimos, ser confidente del paciente y no divulgar los secretos que se nos confían. Pero hay que recordar que esto aplica en nuestro criterio: Por poner un ejemplo, si tenemos un paciente al que diagnosticamos con VIH, aunque el paciente nos solicite no divulgarlo, debemos avisar en la nota médica, así como al personal que toma las muestras a dicho paciente, así como a familiares para que se realicen las pruebas necesarias y demás personal que esté en contacto con la persona. Lo que solicita el Juramento es "discreción", no a costa de la seguridad de los demás.
Si observo con fidelidad mi juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí, la suerte adversa.
Y aquí acaba, sin mención del dinero, de los deberes hacia el gobierno, de la disposición, de la vocación del médico ni demás desviaciones.
Colegas: la próxima vez que alguien les trate de restregar el Juramento Hipocrático en la cara, por favor recuerden lo que éste dice, así podrán responder una de las groserías más grandes que un paciente le puede decir a un médico.
Hermano, excelente articulo, buen discurso, buena retorica.
Cabe mencionar que ese juramento se hizo en la era dorada de la medicina griega donde el medico fuera de ser "un burro de carga" como lo es hoy en dia , era una figura social, politica y hasta cierto purto eclesiastica, estando en un pedestal intocable por respeto a su profesion. Es muy vigente en el punto de vista de los valores medicos y creo que la humanidad,siempre ha sido, es y sera. La unica desventaja hoy en dia, es que somos bastardos de un sistema infame, donde no hay gloria y me permito citar a mi colega Wiston, solo encontraremos: Sangre , Sudor y lagrimas. Y aun asi somos heroes desconocidos.
.:Vincit Omnia Veritas:.
Espartako
16 de abril de 2010, 14:20
Gracias por la explicación, muy completa. Aunque sí creo que muchos médico no respetan lo fundamental, como rendirse a los laboratorios con lo cual violan varios puntos o el de fijar régimen, los médicos violan comúnmente este precepto cuando no preguntan a sus pacientes ni siquiera que comieron, o si hacen ejercicio, etc. En otros muchos casos tienen un respeto por todos estos principios.
MeaneyBloggea
21 de agosto de 2015, 6:50