Primer acto: Para saber si mi Cédula Profesional y mi Título ya están listos para entrega tengo que hablar a las oficinas de la UV, en Xalapa. Odio profundamente hablar por teléfono a instituciones así, y más a las de gobierno. Ya lo había intentado en días anteriores con un resultado malo, aunque al final si me pudieron dar la información que quería.
En fin, hoy hablé en la mañana al número que aparece en mi papel de la liberación, junto con la extensión. Pero, como la extensión no estaba seguro era la adecuada, preferí que me contestara alguien. Esa persona me mandó con otra, y esa con otra, y esa con otra...al final siempre si me contestaron, y fueron muy amables, la verdad, pero eso de no tener un número seguro, de estar interrumpiendo el trabajo en media oficina y el no saber con quién me mandan a hablar no me gusta. Tranquilo, y se solucionó todo.
Segundo acto: En el Sanborns del centro. Siempre que voy al centro trato de comprar todos mis cómics en el Sanborns que está ahí. Les llegan casi todos y en buen estado. Hoy no fue la excepción, tomo tres números y hasta me alcanza para un Monster Edition que no he podido comprarme y hasta unas pastillas de menta. Trato de pagar en la caja de librería y me dice el de seguridad que "ahorita llegan los de saco rojo para cobrarle". Voy a la caja de la sección de Caballeros y estaban atendiendo a un señor que no sabía lo que quería. Voy a la sección de joyería y estaban atendiendo o cortando caja. Voy a la sección de electrónicos y estaban ocupados. Por ahí había dos o tres dependientes de otras secciones haciéndose tontos, según arreglando y demás. Al final, regreso a librería y no había regresado quien me iba a cobrar.
Obviamente, me enojé y dejé todo. Ya iré a comprarlo después o a otro lado. Me molesta la falta de atención al cliente en una tienda así. No espero tener a alguien preguntándome si encontré todo lo que busco ni a un vendedor pegado mientros estoy ahí, pero mínimo a alguien ocupado de cada caja disponible. Y si, para eso les pagan.
Tercer Acto: Llegando a casa tengo que cruzar una avenida grande, con semáforo y las consabidas líneas amarillas para que pasen los peatones. Seis carriles, en totasl, tres de ida y tres de regreso. En fin, se pone el semáforo en rojo y el primer auto se detiene antes de las franjas. El segundo, que era un camión urbano, se detiene antes de las franjas. El tercero se detiene ENCIMA de las franjas. Lo peor de todo es que era una patrulla. Caminando hacia ellos le comenté casi gritando al del lado del copiloto: "Y eso que son policías...están sobre las franjas". No me detuve para ver si decían algo ni nada. Seguí mi camino y llegué a casa.
Estas tres cosas son un ejemplo de los pequeños detalles que me hacen enojar. Hay más, pero estos se me juntaron el mismo día.
En fin, hoy hablé en la mañana al número que aparece en mi papel de la liberación, junto con la extensión. Pero, como la extensión no estaba seguro era la adecuada, preferí que me contestara alguien. Esa persona me mandó con otra, y esa con otra, y esa con otra...al final siempre si me contestaron, y fueron muy amables, la verdad, pero eso de no tener un número seguro, de estar interrumpiendo el trabajo en media oficina y el no saber con quién me mandan a hablar no me gusta. Tranquilo, y se solucionó todo.
Segundo acto: En el Sanborns del centro. Siempre que voy al centro trato de comprar todos mis cómics en el Sanborns que está ahí. Les llegan casi todos y en buen estado. Hoy no fue la excepción, tomo tres números y hasta me alcanza para un Monster Edition que no he podido comprarme y hasta unas pastillas de menta. Trato de pagar en la caja de librería y me dice el de seguridad que "ahorita llegan los de saco rojo para cobrarle". Voy a la caja de la sección de Caballeros y estaban atendiendo a un señor que no sabía lo que quería. Voy a la sección de joyería y estaban atendiendo o cortando caja. Voy a la sección de electrónicos y estaban ocupados. Por ahí había dos o tres dependientes de otras secciones haciéndose tontos, según arreglando y demás. Al final, regreso a librería y no había regresado quien me iba a cobrar.
Obviamente, me enojé y dejé todo. Ya iré a comprarlo después o a otro lado. Me molesta la falta de atención al cliente en una tienda así. No espero tener a alguien preguntándome si encontré todo lo que busco ni a un vendedor pegado mientros estoy ahí, pero mínimo a alguien ocupado de cada caja disponible. Y si, para eso les pagan.
Tercer Acto: Llegando a casa tengo que cruzar una avenida grande, con semáforo y las consabidas líneas amarillas para que pasen los peatones. Seis carriles, en totasl, tres de ida y tres de regreso. En fin, se pone el semáforo en rojo y el primer auto se detiene antes de las franjas. El segundo, que era un camión urbano, se detiene antes de las franjas. El tercero se detiene ENCIMA de las franjas. Lo peor de todo es que era una patrulla. Caminando hacia ellos le comenté casi gritando al del lado del copiloto: "Y eso que son policías...están sobre las franjas". No me detuve para ver si decían algo ni nada. Seguí mi camino y llegué a casa.
Estas tres cosas son un ejemplo de los pequeños detalles que me hacen enojar. Hay más, pero estos se me juntaron el mismo día.
en el segundo es tu culpa por aumentar la fortuna del cerdo burgués Slim, no es cierto, pero si triste, sobre todo el tercero ya que el peatón es primero y demuestra la educación vial que no tienen las autoridades.
Baglietto
26 de mayo de 2010, 23:18
Hoy vi a un agente de transito manejando con una lata de cerveza en la mano, lamentablemente no alcance a ver el numero de la patrulla...
Zabdy
27 de mayo de 2010, 12:17