El artículo que salió en The Lancet Student (el "hermano menor" de la importante revista médica, enfocada a la educación respecto a Medicina) titulado The cost of Medicine in Mexico es sólo un botón de muestra de lo mucho que se ha perdido o corrompido en el proceso enseñanza-aprendizaje resspecto al internado, el servicio social y las residencias (aunque éstas últimas no son mencionadas, créanme cuando les digo que los mismos problemas se pueden extrapolar sin ninguna diferencia, sólo un aumento de sueldo).
Digo botón de muestra porque se refiere a sólo unas cuantas de las muchísimas fallas "lógicas" que se pueden encontrar en el internado y el servicio.
¿Guardas de 36 horas cada 48 horas? Si, los médicos internos de pregrado tienen un horario infernal, considerando que pocas veces son las 36 horas exactas, ya que la guardia se acaba hasta que se terminan los pendientes de la misma guardia, incluídas admisiones de último minuto u operaciones de emergencia o que no te castiguen por cualquier estupidez. Incluyendo guardias sábados y domingos.
Mi pregunta: Siendo ustedes familiares de un paciente internado en hospital, o dicho paciente, ¿les agrada la idea de que sea un médico en formación, desvelado, cansado, sin haber siquiera comido o ido al baño en horas, sea el que tenga la facultad de modificar las indicaciones acerca de los medicamentos que se les administra?
No me salgan con "es que siempre hay un médico adscrito de guardia" o "sólo los residentes (los cuales están en la misma situación, pero con 2-3 años más de experiencia) pueden modificar indicaciones". Fui interno, mis compañeros fueron internos, mis adscritos fueron internos, los directores de hospitales fueron internos y todos y cada uno de ellos les puede corroborar que decisiones de este tipo a veces son, o tienen que ser, tomadas por el interno. Entre muchas otras.
Si requieren una operación, ¿les agrada la idea que entre un médico desvelado, aunque sea sólo para asistir a cirujano y el ayudante? Les recuerdo que cualquier mano que entra a una cirugía puede temblar o caer en el momento menos indicado. Usar un separador de hígado en una cirugía de vesícula biliar es un trabajo más delicado que sólo "dejar el brazo inmóvil". Un pestañeo o un bostezo en una cirugía de columna vertebral pueden dejar paralítica a una persona.
Por cierto, el asistente de la cirugía suele ser un Residente de Cirugía, los cuáles también entran desvelados y sin comer. Dos médicos en condiciones poco ideales metiéndole mano, tocando sus órganos, apretándolos y cosiéndolo (y esperemos que el Residente de Anestesiología no esté igual).
Todo esto, las mal llamadas "necesidades del servicio" (eufemismo que significa que el presupuesto fue mal manejado y no se pueden contratar más doctores, asistentes, secretarias, laboratoristas, camilleros, o siquiera un ingeniero en sistemas computacionales o el colmo, comprar computadoras, impresoras, máquinas de escribir o siquiera las tintas para cualquiera de las dos) suplen el propósito del internado: el aprendizaje en el campo hospitalario. La primera muestra del trabajo dentro del hospital como médico.
¿Qué millones de doctores han pasado por lo mismo? Si, consuelo de pendejos. Que millones lo hayan tenido que pasar no significa que esté bien, como la esclavitud o el machismo. O las violaciones.
¿Que te forma el carácter? Indudablemente. Un interno es y siempre será un héroe. Por lo menos para mí. Aún el peor de los internos merece todo mi respeto por no romperse y seguir adelante durante un año de esclavitud simulada.
¿Que el año del internado es el mejor de todos porque aprendes por rebosamiento, obtienes experiencia, recuerdos, amigos y enseñanzas valiosas? Me practicaría una orquiectomía yo mismo si no fuera así.
¿El internado, como se maneja actualmente, está bien? Ni un poco.
¿Que yo quería estudiar Medicina? Bueno, entonces no se quejen del sistema de salud en México ni del gobierno que lo regula, porque ellos se encargan de que sea así.
El aprendizaje, la experiencia, los recuerdos, los amigos y las enseñanzas también las obtiene en la guerra, en las trincheras, temblando de frío, con un cigarro en la boca, esperando el momento en que una granada u otro tipo igual de nervioso que tu te mate. El internado es una guerra, no contra las enfermedades, si no contra el sistema en sí. Sacar pacientes adelante, incluso si tienes que rodear legal o ilegalmente las reglas. Y estoy orgulloso de la calidad de los médicos y enfermeras del país, porque los administradores parecen dispuestos a dejar morir a los pacientes.
Del internado los médicos salimos cambiados: somos veteranos de guerra. Llevamos las medallas en el uniforme, los tatuajes escondidos en la bata y las heridas debajo de la piel. No en balde le dicen "El Infernado". Te cambia la percepción de muchas cosas, te cuestiona tu ética y moral, como médico y como persona. La empatía con los pacientes se modifica poco a poco. Entiendes porqué el IMSS, el ISSSTE y la SSA están tan jodidos. Dices: "yo nunca voy a ser cómo ése médico" al principio, y al final lo terminas comprendiendo y hasta imitando. Te curte para muchísimas cosas. Lamentablemente la enseñanza queda de lado, y la enseñanza es la base para la formación.
La próxima vez que estén en el hospital internados o con un paciente internado (espero que no pase, sinceramente) y vean a esos médicos sucios, desaliñados, ojerosos, que se atragantan una torta y una coca en medio del pasillo con los bolsillos repletos de muestras sanguíneas y papeles, siguiendo a otro médico y con el uniforme de quirófano saliéndose por debajo de los pantalones,, con una "beca" de 500 pesos quincenales, totalmente injustificados en correspondencia a la carga de trabajo. Piensen que es ése médico el que los está atendiendo y que es sólo un médico en formación, sin título ni cédula. Ni enseñanza. Luego pregúntense qué clase de mounstruo lo permite.
Lean el artículo. Es corto, y aunque está en inglés, es perfectamente entendible. Continuaré con ésta serie de entradas, porque todavía me falta referirme al Servicio Social, del cual tanto me he quejado.
Un enorme saludo para Emmanuel Morales Ramírez, médico, amigo, y uno de tantos que está buscando mejorar las condiciones de la formación médica. Autor del artículo y fundador de MedRebel, grupo encargado de, entre otras cosas, denunciar estos atropellos.
Les dejo una nota relacionada, por el momento. Existen muchas en la red, pero he encontrado esta que tiene menos de un año. Curioso, tampoco a mi ni a mis compañeros nos dotaron de uniformes adecuados, ni mucho menos en la cantidad estipulada. Sigo esperando los zapatos.
Digo botón de muestra porque se refiere a sólo unas cuantas de las muchísimas fallas "lógicas" que se pueden encontrar en el internado y el servicio.
¿Guardas de 36 horas cada 48 horas? Si, los médicos internos de pregrado tienen un horario infernal, considerando que pocas veces son las 36 horas exactas, ya que la guardia se acaba hasta que se terminan los pendientes de la misma guardia, incluídas admisiones de último minuto u operaciones de emergencia o que no te castiguen por cualquier estupidez. Incluyendo guardias sábados y domingos.
Mi pregunta: Siendo ustedes familiares de un paciente internado en hospital, o dicho paciente, ¿les agrada la idea de que sea un médico en formación, desvelado, cansado, sin haber siquiera comido o ido al baño en horas, sea el que tenga la facultad de modificar las indicaciones acerca de los medicamentos que se les administra?
No me salgan con "es que siempre hay un médico adscrito de guardia" o "sólo los residentes (los cuales están en la misma situación, pero con 2-3 años más de experiencia) pueden modificar indicaciones". Fui interno, mis compañeros fueron internos, mis adscritos fueron internos, los directores de hospitales fueron internos y todos y cada uno de ellos les puede corroborar que decisiones de este tipo a veces son, o tienen que ser, tomadas por el interno. Entre muchas otras.
Si requieren una operación, ¿les agrada la idea que entre un médico desvelado, aunque sea sólo para asistir a cirujano y el ayudante? Les recuerdo que cualquier mano que entra a una cirugía puede temblar o caer en el momento menos indicado. Usar un separador de hígado en una cirugía de vesícula biliar es un trabajo más delicado que sólo "dejar el brazo inmóvil". Un pestañeo o un bostezo en una cirugía de columna vertebral pueden dejar paralítica a una persona.
Por cierto, el asistente de la cirugía suele ser un Residente de Cirugía, los cuáles también entran desvelados y sin comer. Dos médicos en condiciones poco ideales metiéndole mano, tocando sus órganos, apretándolos y cosiéndolo (y esperemos que el Residente de Anestesiología no esté igual).
Todo esto, las mal llamadas "necesidades del servicio" (eufemismo que significa que el presupuesto fue mal manejado y no se pueden contratar más doctores, asistentes, secretarias, laboratoristas, camilleros, o siquiera un ingeniero en sistemas computacionales o el colmo, comprar computadoras, impresoras, máquinas de escribir o siquiera las tintas para cualquiera de las dos) suplen el propósito del internado: el aprendizaje en el campo hospitalario. La primera muestra del trabajo dentro del hospital como médico.
¿Qué millones de doctores han pasado por lo mismo? Si, consuelo de pendejos. Que millones lo hayan tenido que pasar no significa que esté bien, como la esclavitud o el machismo. O las violaciones.
¿Que te forma el carácter? Indudablemente. Un interno es y siempre será un héroe. Por lo menos para mí. Aún el peor de los internos merece todo mi respeto por no romperse y seguir adelante durante un año de esclavitud simulada.
¿Que el año del internado es el mejor de todos porque aprendes por rebosamiento, obtienes experiencia, recuerdos, amigos y enseñanzas valiosas? Me practicaría una orquiectomía yo mismo si no fuera así.
¿El internado, como se maneja actualmente, está bien? Ni un poco.
¿Que yo quería estudiar Medicina? Bueno, entonces no se quejen del sistema de salud en México ni del gobierno que lo regula, porque ellos se encargan de que sea así.
El aprendizaje, la experiencia, los recuerdos, los amigos y las enseñanzas también las obtiene en la guerra, en las trincheras, temblando de frío, con un cigarro en la boca, esperando el momento en que una granada u otro tipo igual de nervioso que tu te mate. El internado es una guerra, no contra las enfermedades, si no contra el sistema en sí. Sacar pacientes adelante, incluso si tienes que rodear legal o ilegalmente las reglas. Y estoy orgulloso de la calidad de los médicos y enfermeras del país, porque los administradores parecen dispuestos a dejar morir a los pacientes.
Del internado los médicos salimos cambiados: somos veteranos de guerra. Llevamos las medallas en el uniforme, los tatuajes escondidos en la bata y las heridas debajo de la piel. No en balde le dicen "El Infernado". Te cambia la percepción de muchas cosas, te cuestiona tu ética y moral, como médico y como persona. La empatía con los pacientes se modifica poco a poco. Entiendes porqué el IMSS, el ISSSTE y la SSA están tan jodidos. Dices: "yo nunca voy a ser cómo ése médico" al principio, y al final lo terminas comprendiendo y hasta imitando. Te curte para muchísimas cosas. Lamentablemente la enseñanza queda de lado, y la enseñanza es la base para la formación.
La próxima vez que estén en el hospital internados o con un paciente internado (espero que no pase, sinceramente) y vean a esos médicos sucios, desaliñados, ojerosos, que se atragantan una torta y una coca en medio del pasillo con los bolsillos repletos de muestras sanguíneas y papeles, siguiendo a otro médico y con el uniforme de quirófano saliéndose por debajo de los pantalones,, con una "beca" de 500 pesos quincenales, totalmente injustificados en correspondencia a la carga de trabajo. Piensen que es ése médico el que los está atendiendo y que es sólo un médico en formación, sin título ni cédula. Ni enseñanza. Luego pregúntense qué clase de mounstruo lo permite.
Lean el artículo. Es corto, y aunque está en inglés, es perfectamente entendible. Continuaré con ésta serie de entradas, porque todavía me falta referirme al Servicio Social, del cual tanto me he quejado.
Un enorme saludo para Emmanuel Morales Ramírez, médico, amigo, y uno de tantos que está buscando mejorar las condiciones de la formación médica. Autor del artículo y fundador de MedRebel, grupo encargado de, entre otras cosas, denunciar estos atropellos.
Les dejo una nota relacionada, por el momento. Existen muchas en la red, pero he encontrado esta que tiene menos de un año. Curioso, tampoco a mi ni a mis compañeros nos dotaron de uniformes adecuados, ni mucho menos en la cantidad estipulada. Sigo esperando los zapatos.
Mi internado lo recuerdo por el lado bueno por las grandes amistades que hice (contadas pero grandes), por la experiencia que me dejó y por haberme hecho más fuerte de caracter, y si me preguntan a mi que como me fue digo siempre que bien, que tuve suerte porque nunca ma castigaron y hubo gente que me trató muy muy bien tanto residentes como pacientes, tanto así que con esos pacientes sigo teniendo contacto porque fueron mis pacientes mis dos meses de cirugía.
Peeero jamás se me va a olvidar que los días que amanecía en mi casa no quería levantarme, que lloré en mi cumpleaños por recibirlo estando de guardia, que en cirugía muchas veces no teníamos adscrito, que en pedia yo hacía mis funciones y las de mi compañera porque la pinche webona no hacía ni madres (odio reprimido, sorry) que aprendí a comer en 10 minutos mientras daba vueltas por todo el hospital... jajaja mejor ni sigo porque ya esto parece una entrada completa.
"Ahh pero querías ser médico" me lleva la chingada cuando alguien me lo dice.
LoReBeLLa
16 de abril de 2010, 8:29
El MedRebel Army esta orgulloso de tener en sus filas a un veterano de esta clase. Estamos en el mismo barco, somos obligados a brindar el mejor servicio y nos exigen la mejor de la preparacion y disposicion con el menor respaldo , sin condiciones de dignidad. Pero como buen soldado hijo de su patria, cumples tu trabajo y lo haces por honor.
Por eso....Yo te Saludo Rebelde!
.:Vincit Omnia Veritas:.
Espartako
16 de abril de 2010, 9:13
Felicidades Mauricio por tu articulo!! Realmente sigues siendo la clase de persona que se admira y que se rompe la madre por sus metas. Siempre con dignidad. Éxito hermano. Y pues yo para que digo todo lo que pase en el internado. Si me llegue a considerar el rey del legrado... Vrg!
Ramon Herver
16 de abril de 2010, 13:44