Buscano mi nombre y mi seudónimo en Google (cosa que hago con cierta frecuencia) encontré éste bonito recuerdo: mi primer blog.
Con sólo seis entradas, desperdigadas a lo largo de dos meses, de carácter bastante personal narro las peripecias de un estudiante de Medicina en su último año de carrera hasta que llegó un momento en que perdí mi contraseña y no pude continuar escribiendo.
Pasaría un año antes de volver a animarme a escribir en un blog.
Éste es un fragmento de la primera entrada:
Estar en el último año de la carrera de Medicina es como estar en la trinchera un minuto antes de que comiencen los disparos: todo sucede con una velocidad pasmosa y de alguna forma, quieres que todo termine y cuando ves caer a tus amigos uno por uno sabes que todo terminará... de la peor forma posible.
Si tienes suerte saldrás con una herida de bala en el culo y una medalla al mérito. Si no tienes suerte, te hundes en la playa bajo el peso de tu propio equipo. Aquellos que hayan visto "Saving Private Ryan" saben a lo que me refiero.
No quiero entrar al internado: la sensación de poder del último año es demasiado reconfortante como para volver a ser el escalón más débil de la cadena evolutina, pero ni modo, esto es así. Al fin de cuentas, yo quería estudiar Medicina, ¿o no? Y dejar la carrera a estas alturas es no tener madre. Sinceramente.
Regresando a la trinchera: mañana tenemos exámen de Dermatología. Ya saben, esa materia donde ves todos los granos, manchas y ronchas que no te salieron en la pubertad. Y todavía no te pagan por ello. En fin, tenemos examen, y uno de los difíciles. Una hora de imágenes, diagnósticos, tratamientos y algo que se dice como "Sígnese: metida de dedo" (que es lo que nos va a recetar la doctora Celia Molina mañana).
Todos a estudiar en la noche. el amanecer nos encontrará con el libro (Amador Saúl) abierto, tratando de aprender a diferenciar la sarna de la escabiasis. Yo debería estar estudiando, y heme aquí, perdiendo tiempo escribiendo la primera entrada de mi blog. Todo para que la gente tenga una idea de lo que es estudiar Medicina en el último año, entre clínicas inadecuadas, exámenes horripilantes y la siempre todopoderosa clase de Gastro.
Como te dije, es raro leerte así, aunque me gusto saber un poco de lo que pasaba detrás de ese chavo guapo que me gustaba saludar... Muack! :* :* :* :* :* Te amo!!
Zabdy
7 de septiembre de 2011, 21:21