Henry DeTamble (Eric Bana) puede viajar en el tiempo, pero hay algunas limitaciones, sólo viaja a eventos importantes en su vida (con algunas excepciones), no puede llevar nada consigo y lo más importante: no puede cambiar nada.
Un día conoce a Clare Abshire (Rachel McAdams) quien ya lo conocía. Y se enamoran, aunque ella ya estaba enamorada de él desde su infancia, cuando lo conoció por primera vez en el prado detrás de su casa siendo una niña. Se casan, aunque ella se casa con una versión mayor de él y viven juntos con las vicisitudes que corresponden a un matrimonio donde uno de los miembros desaparece de vez en cuando y no se sabe dónde ni cuándo volverá a aparecer.
Una historia de amor que se hace pasar por ciencia ficción, contada con flashbacks, flashfowards y saltos de tiempo que nos habla de la inevitabilidad y el destino, dirigida por Robert Schwentke y que salió hace un par de años y que tuve la fortuna de encontrar perdida en un disco duro que me prestaron.
Aunque deja muchísimas preguntas sin resolver, lo importante es el drama que sabemos se avecina, así como las discusiones de una pareja dimensionadas al cronoimpedimento de Henry.
Ligera, tanto en el manejo de los viajes en el tiempo como en la narración, quedé bastante conmovido por la historia y el desarrollo de los personajes a través de los años. Vale la pena darle una oportunidad, siempre y cuando no se busque el rigor característico que se esperaría de una película de viajes en el tiempo, sea lo que eso sea que signifique.
Un Humbertcricio eterno.
Me encantó! Ya quiero verla =] Te amo!!
Zabdy
27 de septiembre de 2011, 21:02