169.1 Una última parada antes de llegar a celebrar el Bicentenario

Existe una razón muy poderosa por la cual no manejo: odio a los policías de Tránsito. Por lo menos a los de Veracruz. Los del mero Puerto.

Indirectamente, me ha tocado lidiar con ellos en varias ocasiones: con mi padre, con mis amigos, con extraños. A veces con motivos para ser detenidos. A veces no.

Y es que resulta que el agente de tránsito del Puertoes genérico, parece que todos fueron cortados con la misma tijera, que todos fueron a la misma escuela (o no fueron, al parecer). Ni una sola vez que me ha tocado estar frente a un policía de tránsito que no me de mala espina. Ninguno al que yo haya podido calificar de "honesto". Siempre tan preocupados por estar hojeando su librito de copias donde aseguran está el Reglamento de Tránsito, desfajados, de lentes oscuros, hablando lo más rápido que pueden para no dar tiempo de contestar.

Hoy fue el turno de mis cuñados: ambos médicos pasantes terminando su Servicio Social. Sin trabajo fijo, ambos están buscando una oportunidad, empezando como voluntarios en un consultorio en Ciudad Cardel. Es decir, como otros miles de recién egresados, no tienen un trabajo remunerado como, supuestamente, el Gobierno nos prometió que tendríamos.

Como mi cuñada tiene su casa aquí en Veracruz, tiene que ir y venir de Cardel todos los días. Obviamente la caseta, cuyo costo es de 42 pesos, excesivo, está fuera de su alcance, por lo que tienen que tomar la vía libre. Eso si, la gasolina sale de sus bolsillos. Esto no es más que la situación de muchas personas en el país.

El día de hoy, de regreso del "trabajo", en el tramo del Soriana Los Pinos hacia la planta tratadora de agua (casi llegando al centro, en la carretera conocida como "La Pinera"), mis cuñados fueron detenidos por un agente de Tránsito. Me dicen que eran en total 3 patrullas, con cerca de 9 agentes. Si, 9 agentes de tránsito en el mismo sitio, deteniendo incautos. ¿Porqué incautos?, porque dicho tramo es término de carretera, en zona industrial, sin escuelas ni iglesias cerca, en un tramo donde no existía señalización de velocidad alguna que indicara la velocidad apropiada. De entrada, mi concuño ha pasado por el mismo tramo varias veces, siempre checando que su velocidad no exceda los 60 kms/hora sin que lo hayan detenido antes, motivo por el cual siempre ha creído que esa era la velocidad permitida.

Pues resulta que no: la velocidad máxima es de 40 kms/hora, ¿cómo lo supieron? por el anuncio recién colocado situado estratégicamente junto a las 3 patrullas. Por lo cual fueron detenidos. Al igual que otros 5 vehículos. Obviamente, cada coche con su propio agente dando el mismo discurso con el mismo librito de reglas.

Se les acercó el agente que les tocaba, igual que todos los demás. Y empezó el show. Que el límite de velocidad era de 40 kms por hora. Que necesitaba la licencia y el tarjetón. Que se ponían en riesgo las vidas de los demás. Que en el Reglamente decía que tenían que pagar de 30 a 50 salarios mínimos por las faltas cometidas, es decir 2750 pesos. Y que tenían que pagar la multa ahí mismo, sin levantar la infracción. O dejar el auto de garantía.
No estoy muy seguro de que el Reglamento de Tránsito prohíba darle las infracciones a los detenidos, pero el que si está enterado (el policía) insistía que no, que debían acompañarlo a Montesinos para arreglar el asunto. O llamar a la grúa. Todo esto por no ofrecer mordida, ya que otro detenido, con mejor situación en ése momento, si pudo salir.

Cuando fueron a Montesinos parecía que iban en caravana: iban otros tres carros con ellos. Y al llegar a las Oficinas de Tránsito se encontraron con otros 40 vehículos en la misma situación, ya que al parecer, los "polis" se estaban dando vuelo. Los hicieron esperar y esperar, como suele suceder.

Mi cuñada estaba sorprendida por la pluralidad de los detenidos, se notaba que no existe la distinción de clases cuando la policía detiene. O cuando la necesidad los aprieta. Por lo menos 10 personas haciendo fila para pagar su multa y otras tantas esperando sentadas. En éste momento, y viendo la situación, mis cuñados decidieron llamar a un familiar que los asesorara, porque nada parecía tener sentido: ni la necedad del agente de no querer levantar la infracción, la intransigencia con la que fueron llevados a las oficinas y la cantidad de gente que ya había sido detenida y que se encontraba esperando. Esa persona llamó a otra persona (si, vil nepotismo, pero ya se sabe que por las buenas nada se logra), esa persona llamó a las oficinas y mis cuñados lograron salir simplemente "pagando lo que tenían en ése momento" y no los dos mil y tantos pesos que los tránsitos querían. Y así, sin nota ni infracción, un agente se embolsó los 500 pesos que pudieron reunir mis cuñados.

Una historia que siempre se repite en mi Estado todo el tiempo.

Lo que me llamó la atención, al igual que a mis cuñados, es la cantidad de gente detenida en la emboscada de "La Pinera": 9 agentes, 3 coches, esperando a cuanto vehículo pasara por arriba de un límite de velocidad recién instalado y mal señalizado.
¿Porqué tal cantidad de agentes en un tramo tan tranquilo?, ¿tiene algo que ver esta "ordeña" a la ciudadanía con las inminentes elecciones en el Estado?, ¿porqué no les querían dar la infracción para que pudieran pagarla después?

Tránsito del Estado siempre ha tenido ésta actitud, hasta donde yo recuerdo. Siempre de un librito que hojean rápido para que nadie pueda leerlo. Todo lo quieren arreglar de la otra manera, y la amenaza siempre es el corralón. Entiendo que las reglas son las reglas, pero se me hacen ridículas. ¿En serio la multa por ir 20 kms/hora arriba del límite son más de dos mil pesos?, ¿porqué no les dieron un recibo por la cantidad "que tenían en ése momento"?, ¿qué pasó con los otros detenidos, con aquéllos que no tenían dinero o un contacto para salir?, ¿a qué se debe la mala administración de Tránsito?, ¿en serio creen que la celebración del Bicentenario y las elecciones se van a pagar del bolsillo de los conductores?, ¿o es sólo avaricia de los agentes de Tránsito?

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