Si algo tiene Guillermo del Toro es la increíble capacidad de darle forma a sus historias de una forma impactante y hasta abrumadora; es un fabulista nato. Dejando a un lado las grandes Hellboy y Blade 2, tenemos una obra personal impresionante, digna de los grandes directores: sólo basta ver "El Laberinto del Fauno" o "Cronos" para comprender la naturaleza del director y compartir la visión que está tratando de evocar. Ahora, del Toro se lanza a un ruedo muy distinto: escribir un libro, en éste caso uno de vampiros (tal vez aprovechando el boom que éstos tienen, otra vez), en el que trata de contar la historia de una guerra definitiva entre éstos seres de las sombras y los seres humanos. El inicio es correcto: un avión recién llegado de Berlín se detiene y apaga minutos después de haber arribado al aeropuerto de Nueva York. Dentro de el avión se descubre que casi todos los pasajeros han muerto y sólo quedan 4 sobrevivientes, quienes desarrollan extraños síntomas, y para agregarle leña al fuego, todos los cadáveres escapan de los servicios forenses y tratan de llegar con sus familiares. Más que una historia de vampiros, hasta aquí parece ser una historia sobre un apocalipsis zombie (de hecho, los vampiros, por lo menos en éste libro, parecen más zombies que nosferatus), y empiezan los clichés: el anciano que sabe lo que está sucediendo que resulta ser el cazador de vampiros al más puro estilo Van Helsin, el científico escéptico que se ve en medio de todo el problema, el ocultamiento de parte de las autoridades y demás sitios comunes en casi todas las películas de Z-day. Si hubo algo de novedoso, se pierde casi por completo en el desarrollo, aunque supongo que las personas que no están habituadas a los apocalipsis zombie podrán disfrutarlo bastante. Cuando aparecen los verdaderos vampiros, pues bien, son vampiros. Aunque ya no son los vampiros románticos del período Stoker, ni los rockstars sexualmente ambiguos de Anne Rice, ni (gracias al MONESVOL) los vampiros vegetarianos de Meyer: son monstruos depravados y perversos, sedientos de sangre y que nos ven como simples recipientes caminantes de sangre. Una de las cosas más disfrutables es que el libro está escrito en mexicano: manito, guevos, compadre y demás referencias al lenguaje del mexicano aparecen por medio de uno de los protagonistas. Además, la historia de Sardu, contada al principio, es una fábula al más puro estilo de del Toro: la abuela cuenta una historia sobre un gigante que se ve obligado a combatir al mal al nieto que no se quiere comer su sopa, y el nieto pasará toda su vida temiendo a Sardu, mientras trata de escapar de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Primera parte de la Trilogía de la Oscuridad, esperemos que el siguiente libro se salga del camino preestablecido. Claro, no faltará el que augure, y con razón, que el mismo del Toro la va a dirigir cuando se vuelva película.
Lo que era y lo que soy
Hace 7 años
...hay que ser un pinche artista.
Iván Moreno
27 de junio de 2009, 10:43
El tema de vampiros no es de mis favoritos. No he leído Drácula ni a Rice ni a Meyer. Sí, he visto películas de vampiros, muchas, por lo que tengo una idea del tema. Acabo de comprar el libro, bueno se lo compré a mi esposa, a petición suya, pero es lo mismo, es como si me lo hubiera comprado yo. La verdad este si me llama la atención, soy parte de la gente que es influenciada por un autor de renombre, no de renombre en la literatura, pero todos conocemos el buen trabajo de fantasía y de ciencia ficción que ha hecho Del Toro. Espero no me defraude el libro, probablemente no, como dije, aún soy núbil en el mundo vampiresco literario, a ver como me va con Del Toro en "mi primera vez". Ya les contaré ó lo subiré a my first time, sección "novela vampiresca".
Saludos
Julio Alberto
28 de junio de 2009, 2:28