"La despedida es todo lo que sabemos del Cielo, y lo que precisamos del Infierno"
Emily Dickinson
El día no parecía tan malo en un principio: guardia de 24 horas, viernes, pocos pacientes. El problema comenzó desde la mañana, cuando tuve que programar desde temprano 4 tomografías. Vueltas y vueltas. Y todo dio vueltas.
Para las doce de la noche ya teníamos dos defunciones encima, incluyendo la del padre de un médico adscrito del servicio. Me dolió mucho verlo desesperado, atendiendo a su padre (que es algo que yo no creo poder hacer, ni aunque quisiera), sabiendo que no se iba a recuperar.
A las una de la mañana se fue otra paciente. Fueron tres en total, y una cuarta amenazaba con un infarto.
Y todavía faltaban los ingresos y las indicaciones. Lo bueno es que Loyo estaba dispuesto a aventarse los ingresos y las indicaciones no eran tantas porque teníamos menos pacientes.
Dormí un buen rato, y ahora me dispongo a dormir. Hay tantas cosas que quiero olvidar y tantas que quiero recordar...
Algo bueno: logré tomar una muestra de sangre que se le dificultó a dos doctores. Según yo lo hice por anatomía, ya que al paciente no se le sentía pulso (era una gasometría, tiene que ser sangr arterial), aunque claro, igual y tuve un poco de suerte. Pero pude hacerlo.
Otra cosa buena: Di RCP a una paciente que salió del paro.
Lo malo: tuvo dos eventos similares después y ya no aguantó el tercero. Ella fue la tercera defunción de anoche.
Quiero dormir...
Lo que era y lo que soy
Hace 7 años
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