193.1 El reino de Poseidón, el trabajo de Apolo, bajo la protección de Hermes y el influjo de Afrodita.

"Soy médico y trabajo y vivo en un barco la mitad de mi tiempo. Si me preguntan, es lo más cerca que estaré toda mi vida de ser un personaje de Julio Verne."
-Juan Mauricio Muñoz Liévana

(Éste post debía haber salido publicado el 10 de octubre de 2011, por motivos de [falta de] conexión no pude aterrizarlo hasta ahora)

Mi abuelo materno y mi padre trabajaron en barcos. De lo poco que he podido deducir, mi abuelo trabajó en máquinas. Mi padre es egresado de la Heroica Escuela Naval Militar y comandó diversos tipos de barcos. Por un momento, al haber elegido la carrera de Medicina, parecía que había roto la cadena, pero el destino, al igual que el mar, empuja feroz e implacable a los mortales de un lado para otro. Y terminé trabajando en un barco. Paso la mitad de mi vida, desde hace un año, viviendo, durmiendo y ejerciendo sobre las olas, extrañando, añorando y sintiendo nostalgia del hogar.
En el viaje de regreso y de ida, Hermes nos protege, como siempre ha protegido a los viajeros. Hermes, al proteger a los comerciantes y ladrones por igual, es el protector de los piratas y bucaneros, de los mercenarios y si, de los médicos que somos un poco de todo eso.

El mar es implacable. Poseidón llega a ser tan cruel que, en las catástrofes marítima, no se habla de "muertos", ni de "cadáveres" o "cuerpos". El Tridente llega mucho más profundo. Se habla de "almas". "Se perdieron cientos de almas en el mar". Así de cruel puede ser el Océano, y por eso hay que respetarlo.
Pero Poseidón también otorga. A mi y a más de quinientas almas abordo de mi barco nos da una fuente de sustento y una razón de ser. Nos alimenta y nos resguarda y nos recuerda constantemente que fuera de su reino hay gente que nos espera.

Desde hace cuatro años hay alguien más, aparte de mi familia, que me espera cada vez que viajo. Alguna vez, de broma, le dije que era "mi Penny", refiriéndome a que poco a poco la voy volviendo "friki" como el personaje de TBBT. Pero en realidad me refería a que se estaba volviendo mi Penélope, como la esposa de Odiseo que, a merced de la ira de Poseidón, tardó 20 años en regresar a casa después de marchar hacia Troya (no es sorpresa que el amor de Desmond, de LOST, se llame Penélope y sus historias estén relacionadas con la navegación y la espera). Las Penélopes, tanto la de Odiseo como la de Desmond, siempre supieron esperar a sus marinos.
Nunca he tardado tanto tiempo en volver. Lo más que he tardado han sido dos meses y medio, en un viaje a Curazao. Pero se sintieron como veinte años, lejos del cariño de mi Zabdy.

Y es que todo está relacionado. Todo se une mediante corrientes (submarinas) y el contacto con el todo, como el Océano mismo. Poseidón era el dios de los caballos. Quirón, hijo de una hija de Océano con Cronos (Titán relacionado más tarde con el Tiempo) enseñó a Asclepios (hijo de Apolo, dios de la Medicina) las artes curativas. Quirón era un centauro, mitad caballo, así que Poseidón también lo favorecía. Quirón también tuvo a su cargo a Aquiles, el héroe de la Guerra de Troya, guerra provocada, en primera instancia, por Afrodita, al alcahuetear el rapto de Helena. Afrodita, quien pusiera a Zabdy en mi destino, nace de la espuma del mar.

Todo está relacionado. Todo se conecta.

Te amo, Zabdy. Gracias por estos maravillosos cuatro años. Gracias por velar por mi regreso y esperarme siempre. Por hacer mis días en tierra más dichosos, y mis noches en el mar más llevaderas, sumergido en las corrientes de tus besos y mis recuerdos.

Mi Penélope.

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Hoy termino e inicio otro ciclo. Un ciclo dentro de otro ciclo dentro de otro ciclo. Y agradezco a los dioses (cuaquiera de ellos, de existir, los que fueran responsables) de estar a tu lado cuando cruzo las diferentes curvaturas en las que navega mi vida.

Te amo.

26 de octubre del 2011, 12:48 am.

1 Response to "193.1 El reino de Poseidón, el trabajo de Apolo, bajo la protección de Hermes y el influjo de Afrodita."

  1. Como en tu primer acto de valentía, así me enamoras con cada uno de tus besos en estos hermosos cuatro años, que entre altas y bajas me iluminan el día... Gracias por ser el amor de mi vida.