158.1 Hablemos de las quemas de libros

Sólo he quemado un libro a lo largo de toda mi vida. Fue en la quema de batas durante mi graduación. La víctima fue un libro escrito por uno de mis profesores. La razón fue que ése libro en particular me recordaba los seis meses nefastos de una clase nefasta, y llegué a odiar tanto la clase como el libro.
Quien me conozca, sabrá que lo que hice fue un crimen que no le perdonaría ni a mi más querido amigo, porque soy encarnizado bibliófilo y considero todos los libros sagrados. ¿Me arrepiento de lo que hice? No, porque llega el momento en que uno de los más celebres pensadores o uno de los escritores más grandes han sentido la necesidad de quemar un libro por diferentes motivos.

Así, Hume solicitó la destrucción de todas las obras sobre metafísica, y el célebre escritor de Lolita, Nabokov, quemó una edición de El Quijote frente a 600 alumnos. Cita aparte merece Descartes, quien llegó a solicitar a sus lectores que quemaran sus antoguos libros, cuando desarrolló su método.

Volvamos al libro que yo quemé. Era un escrito (no puedo llamarlo tratado, o conjunto de artículos, ni nada parecido) sobre geriatría. El arte médico de atender personas mayores. El libro, a mi inexperta consideración, era horroroso. Tratando de concentrar la psicología de la persona mayor con un leve rozón de medicina, se volvía un suplicio leerlo. Además, y muy importante, teníamos una opción mejor: el D´Hyver de Geriatría, editado por Manual Moderno, un libro de Geriatría (notar el uso de mayúscula) que podía explicar todo mil veces mejor que el libraco aquél. Ése fue el motivo por el cual lo quemé: era un libro inútil, lleno de información innecesaria, que podía ser reemplazado por uno mucho mejor y que me recordaba seis meses muy malos de mi carrera.

Multivac...digo, la Wikipedia, nos habla un poco sobre la quema de libros y sus principales momentos históricos: inicia en la dinastía Qin Shi Huang en el año 212 a. C., llegando hasta el 2003 con la quema de un millón de libros en la biblioteca Nacional de Irak.

Todas las quemas del libro que cita la Wiki tienen un transfondo histórico relevante, supongo que miles y miles de quemas "menores" quedaron fuera por tratarse de eventos de carácter más local o con menor relevancia histórica.
Sin embargo, me gustaría detenerme a hacer algunas consideraciones en algunas de las quemas wikipedeables, es decir, de aquellas por cuya magnitud se hace referencia (en negritas el texto de la Wikipedia):

Las desavenencias entre los clérigos partidarios de Amon y los de Aton provocaron la destrucción de las obras de sus adversarios, que incluso borraron escrupulosamente de todo el país el nombre del principal valedor de Atón, el faraón Ajenatón (ca. 1353 - 1337 a. C.)

Recuerden que absolutamente todo en el Antiguo Egipcio era de carácter religioso. Incluídas las luchas políticas tenían éste cariz.

Herodoto escribió que cuando Cambises invadió Egipto en 525 a. C., arrasó los templos y quemó todo resto de cultura del país, quedándose sólo con el oro, pues este no ofendía su memoria.

Los reyes persas y su manía de conquistar todo el mundo antiguo mientras se auto-denominaban dioses.

La Gran Biblioteca de Alejandría, foco de la cultura helénica, promovida por los Ptolomeos, donde intentaron compilar todo el conocimiento de la época, era «la editorial más grande de la antigüedad» según Vitruvio, y sucumbió el año 48 a. C., en el incendio que devastó la ciudad de Alejandría durante el asedio de César. Aunque los cronistas romanos de la época omiten el acontecimiento y otros lo consideran destrucción parcial o lo posponen, achacándolo a líderes fanáticos, tales como el obispo Teófilo o el califa Omar.

El megalómano César destruyendo la Biblioteca más grande del mundo conocido.

La Biblioteca de Constantinopla (creada en 315, por Constantino con 7.000 vols. en su inicio), que llega a tener más de 100 mil rollos en la época de Teodosio, es quemada este año por León III el Isáurico.

Una biblioteca destruída entre la eterna lucha por la Tierra Santa.

Cuando Teodosio I (379 - 395) declaró religión oficial al cristianismo, comenzó la persecución de lo pagano, y los seguidores del obispo Teófilo, destruyeron todos los libros depositados en el Serapeum de Alejandría, los restos de la Gran Biblioteca y las de los templos. El sacerdote hispano Paulo Orosio, que viajó a Alejandría veinte años después, escribió en su Historias contra los paganos: «Existen hoy templos, que nosotros hemos visitado, cuyos estantes de libros han sido vaciados por los hombres de nuestro tiempo»

Destrucción por persecución religiosa hacia lo llamado "pagano". Aquí empieza el meollo del asunto.

En el año 367, Atanasio el obispo rebelde de Alejandría, emitió una carta de pascua en la cual exigía que los monjes egipcios destruyeran todos aquellos escritos inaceptables, excepto aquellos que el particularmente etiquetó como aceptables y canónicos. Esa lista es lo que actualmente constituye el Nuevo Testamento. Los textos heréticos no aparecieron como palimpsestos, borrados o sobrescritos como los textos paganos; de esta manera muchos textos de principios de la era cristiana se perdieron como si estos hubieran sido públicamente quemados. El Evangelio de Judas recientemente redescubierto en Egipto, fue un libro que se perdió mediante esta práctica de destrucción privada de información.

La palabra sagrada "inspirada por dios" resulta ser "escrita" sobre las cenizas de otros miles de escritos.

La biblioteca de la residencia de los papas en Letrán, disponía de numerosos libros de diversos autores clásicos griegos y latinos que fueron ordenados quemar por Gregorio I (590) «el cónsul de Dios», perdiéndose ejemplares de Cicerón, Tito Livio y otros muchos autores, alegando que «los jóvenes prefieren esas lecturas al Nuevo Testamento». A partir de este pontífice se consideró que la sola proximidad de un libro pagano puede poner en peligro un alma piadosa.

La exclusividad de la Biblia como eje central de la educación de los jóvenes.

Los cruzados sitiaron Trípoli en 1099. Rendida la ciudad sin combate, los vencedores, entre otras tropelías, prendieron fuego a la Biblioteca. Un sacerdote, viendo la multitud de ediciones del Corán depositadas en sus estanterías ordenó su incendio.

Obviamente, si no respetaron ni al romano Cicerón, menos iban a respetar al texto sagrado árabe.

La quema de libros de autores judíos durante la época nazi, desde 1930 hasta 1945 en Alemania.

El que parece ser el tema de la semana en mi blog no podía quedar afuera. Obras de Mann, Marx y hasta H.G. Wells fueron quemadas.

Declaraciones hechas por John Lennon en 1966 acerca de que los Beatles "eran más populares que Jesucristo" ("We're more popular than Jesus now") fueron mal interpretadas, lo que ocasionó que muchas personas que residían en el "Cinturón Bíblico" o "Bible Belt" en Estados Unidos se dieran a la tarea de quemar sus discos en señal de protesta a la declaración antes citada.

Bueno, no son libros, pero creo que ven hacia dónde me estoy dirigiendo.

Todas las quemas arriba mencionadas (a excepción de la de discos) corresponden a movimientos sociales de marcada importancia, cambios políticos sumamente relevantes y manifestaciones irracionales de cierto libertinaje religioso a lo que intolerancia se refiere. Por culpa de una mentalidad retrógrada, un pensamiento bastante mediocre de "sólo mi rey/fe/religión/raza es la verdadera, la tuya debe desaparecer" miles de obras invaluables fueron consumidas.

No como ésto.

GUANAJUATO (UNIV)._Un grupo de padres de familia ligados a Provida, panistas e integrantes de la asociación "Suma Tu Voz" quemaron varios libros de secundaria de la Secretaría de Educación Pública en la plaza principal de la Ciudad, "porque no educan sobre los peligros que implica el uso de anticonceptivos y promueven el condón".
Frente a la Presidencia Municipal, exigieron que regrese a las aulas el Libro de Biología para primer año de secundaria editado por la Secretaría de Educación de Guanajuato, que eliminó las imágenes de los órganos sexuales del hombre y la mujer, soporta la educación sexual en el matrimonio y el control natal en la abstinencia.


El célebre libro de texto guanajuatense dónde se eliminan las referencias anatómicas de los órganos genitales, además de "prevenir" del cáncer por tomar la píldora anticonceptiva y contra los efectos negativos de la masturbación, haciendo hincapié en que la única forma de evitar un embarazo no deseado es esperando hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales. En la Edad Media hubieran quemado a Freud.

Las preocupadas madres reclaman que cómo es posible que a sus hijos se les hable de sexualidad de forma libre y sin prejuicios. Cosa rara, el PAN está sumamente relacionado con la Iglesia, y tanto el Grupo Provida como Suma tu Voz son encarnizados enemigos de la despenalización del aborto.

"Los padres de familia han expresado su apoyo a la educación sexual basada en valores y nos manifestamos en contra de imposiciones ideológicas y sin perspectiva de familia", expresó Lourdes Cásares, presidenta de Suma Tu voz.


Precisamente no hablar de dichos temas de forma abierta es imponer una ideología. Si lo que quieren el relegar toda la responsabilidad de hablar de sexo con sus hijos al Estado, pero que esté acorde a lo que ellos creen, entonces la falla está en los padres. Siempre me han enseñado que es el hogar el lugar dónde se debe de hablar de sexualidad con los jóvenes en primer lugar, y no en una aula donde se deben tratar precisamente los hechos de una forma libre de prejuicio para que entonces los jóvenes puedan contrastar lo aprendido en casa y en la escuela y formarse su propia opinión.

"El libro de Gobierno del estado habla de valores, habla de amor y habla de respeto y aquí (en el libro de la SEP) te hablan de muchos temas muy abiertos muy relajados en el punto de vista de muchos padres de familia, no ven al ser humano como un ser integral, sino como a un ser genitalizado y que no le dan su justa dimensión", agregó por su parte la regidora panista Hortensia Orozco.


¿Donde está el respeto a la racionalidad y a la ciencia? ¿Deben ser los partidos políticos los encargados de regir la educación de toda una generación?
Los valores se deben aprender en casa, no en las aulas. Las aulas son para la formación académica de los alumnos, no la moral. Es en el aula dónde deben ejercitar lo aprendido en casa, y lamentablemente lo único que aprenden es a tener la mente cerrada, una mente digna del Oscurantismo y a recibir información equivocada de un tema tan sensible e importante como lo es la sexualidad humana.

Dos cosas, padres de familia Guanajuatenses preocupados por la educación de sus hijos y quemadores de libros (ojo y aclaro, no son todos, es más, ni siquiera creo que sean la mayoría):
1.- La historia nos ha demostrado que la quema de libros es ejercida por fanáticos, en su mayoría religiosos, cortos de entendederas y borregos manipulables.
2.- Si quieren que a sus hijos se les enseñe con la Biblia, sólo díganlo, no contaminen el ambiente con su estupidez.

4 Response to "158.1 Hablemos de las quemas de libros"

  1. Interesante, recomiendo un libro llamado Libros en llamas Historia de la interminable destrucción de bibliotecas por Lucien X. Polastron, http://www.librossobrelibros.com/libro_12.html no sólo habla de la quema de libros a lo largo de la historia, explica el reto y la necesidad que cada cultura tiene para conservarlos abarca desde el papiro hasta la era digital.

  2. yo también habría quemado ese libro, pero tuve la buena/mala suerte de que a mi me tocó llevar nefrologia y cardiología con este personaje? creo que muchos lo han quemado y lo seguirán quemando

  3. Leer impide ser felices porque llena de angustia.


    (Obviamente estoy citando Fahrenheit 451)

  4. mi estimado se te olvido poner la quema masiva de libros o textos de las culturas maya,mexica y otras mesoamericanas,etc por parte de los conquistadores españoles y la "santa" iglesia catolica. Pero aqui lo recuerdo.