Entrada Cuarenta y Uno: Semana Infernal 1

"La vida es un hospital donde cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama"

Charles Baudelaire

Ayer en la mañana la niebla lo cubría todo. Caminar hacia el hospital fue todo un escenario de Silent Hill, mientras yo esperaba que en cualquier momento mi iPod iniciara con estática y tuviera que enfrentarme con cualquier horror que me saliera por el camino. Un fino rocío humedecía el ambiente, bajando varios grados la temperatura...no fue un mal inicio de la Semana Infernal.
La guardia estuvo tranquila, dándonos tiempo de acabar casi todos los pendientes. Por ahí de media tarde comenzaron a llegar policías, rodeando y cercando el ISSSTE. los chismes iniciaron: que si había habido un atentado, que si les dispararon, que si iba a haber un ataque en el hospital. Desde el tercer piso casi no se escuchó nada, y fue bueno, porque teníamos mucho trabajo por hacer. Llenar y llenar laboratoriales y más laboratoriales, pasar las indicaciones a limpio, electros, gasometrías, bajar muestras, subir paquetes globulares...oh, boy. E hicimos uno trabajo de los residentes, que nos quitó mucho tiempo: las notas de evolución de los pacientes a los que pasamos visita; y eso que no tuvimos que hacer todas. Hicimos todas hoy.

Comimos pizza. Mi familia me la fue a dejar.

Por la tarde todo estuvo calmado. No hubo egresos, no hubo ingresos. La noche también fue calmada, y en la madrugada nos dio tiempo de ir a dormir. Y a las siete de la mañana de hoy comenzamos de nuevo el servicio, terminando alrededor de las cinco de la tarde...

Ahora tengo sueño. Pero primero me prerpararé un par de sandwiches y veré la tele un rato, porque hace tiempo que no veo tele. Espero que pasen los "Simpson" a esta hora.

Y mañana veo a Zab...quien ya está en la escuela otra vez. La extraño como la marea extraña a la luna. Como el Sol extraña al hidrógeno que lo alimenta, como la abeja extraña a la flor de la cual extrae polen, como el oso polar extraña las noches de invierno...