162.7 A punto de la decepción

Hoy se llevó a cabo uno de los episodios más desagradables en mi carrera profesional.

El rumor había corrido desde hace un mes, pero hace apenas una semana nos llegó la confirmación por correo electrónico: el 14 de noviembre todos los MPSS se tenían que presentar en el Aula Magna de la Facultad para presentar un exámen de caracter obligatorio, el cual debía acreditarse para poder ser liberado del servicio. Ilógico, injusto, irracional.

Nos avisan con una semana de anticipación. Hubo gente que no tuvo tiempo para prepararse para el ENARM durante meses, o que no se ha titulado porque no tiene tiempo para inscribirse. Ahora, con menos de 8 días, nos tenemos que presentar a un exámen.
Llevamos 10 meses y medio en el Servicio Social (el SS de Medicina es el peor Servicio Social de todos). Llevamos 10 meses y medio de esclavos con una paga miserable, en condiciones lamentables dentro de nuestras UMR, en localidades de alto riesgo, sin beneficios ni salvaguardias. Y nos avisan después de éstos 10 meses y medio que si no pasas el dichoso exámen, simplemente no te liberan.

Éste exámen forma parte de La Acreditación (así, con mayúsculas) de la Facultad. La Acreditación es un objetivo que la Facultad de MEdicina de la UV en Veracruz lleva años buscando. Se han realizado juntas, se han realizado proyectos, se ha invertido, se ha investigado y se ha hecho circo, maroma y teatro para conseguirla. Pues bien, uno de los puntos para La Acreditación se refería a evaluaciones para los MIP y los MPSS. Éste punto se lleva considerando DOS AÑOS, y nos avisan con UNA SEMANA de anticipación de éste exámen.

Cabe mencionar que las dos horas antes del exámen fueron intensas. Fueron dos horas de quejas totalmente justificadas de nuestra parte, y de las explicaciones, no tan justificadas a nuestro parecer, de nuestros directivos. Nos explicaron el proceso para La Acreditación, la mecánica y finalidad del exámen, la segunda oportunidad para los que no quedaran. Al final de cuentas el exámen quedó como lo que es: una imposición de último momento hacia nosotros. Como si la carrera no tuviera ya demasiadas trabas o nuestro año de Servicio Social no fuera lo suficientemente intenso. O pasas el exámen o te quedas fuera.

Exámen de 230 preguntas, 210 entre casos clínicos y preguntas directas y 20 en inglés con artículo incluído. El sesgo al parecer fue bastante bajo, porque lo pasé. Eso sí, lo sentí más dificil que el ENARM, y en esto varios de mis compañeros estuvieron de acuerdo. Sin lugar donde apoyarse para responder. Eso si, nos dejaron salir al baño a todas horas, a mi me permitieron ponerme de pie cuando me cansaba de estar sentado y supe que un par de compañeras pudieron ir a desayunar con medio exámen contestado; es decir, no fueron condiciones tan draconianas como uno pensaria, tomando en cuenta las horas anteriores..

Además, se llevará a cabo una Junta Académica para ver la posibilidad de manejar éste como un exámen piloto. No tengo demasiada fe en la apelación, pero cosas más raras suceden. Así, la posibilidad de pasarlo aumentarían, ya que somos la primera generación a la que se le pone dicho exámen y se debe considerar la injusticia del poquísimo tiempo con el que se nos avisó.

¿Porqué estoy al borde de la decepción?
Porque no creí que la Facultad hiciera algo así. Lo creería de los hospitales donde hicimos el internado. Lo creería de las instituciones donde realizamos el Servicio Social (en algunos casos, y en algunas zonas, no en todas). Lo creería de los directores de hospitales, de algunos asesores y uno que otro coordinador. Es decir, lo creería de todo organismo encargado de explotar al estudiante de medicina. Pero no me mi Facultad. Nunca creí posible que la institución que se encarga de cuidarnos, de velar por nuestros intereses (que lo han hecho, por cierto, de forma algo tibia en algunas cosas) nos salga con una traba de éste tamaño para poder liberarnos y titularnos. Es la Facultad el organismo máximo que decide quién de nosotros puede ser llamado médico, aún por encima de los hospitales e instituciones. Es la máxima autoridad, y que la máxima autoridad nos salga con una irregularidad de éste tamaño se me hace ilógico, injusto e irracional.

Pero bueno, ¿qué nos queda? Si precisamente con quien nos podemos quejar tiene la obligación por ley de realizar éstas acciones. La mayoría presentamos el exámen y hasta donde sé la mayoría lo pasó. Me alegro. Por los que no lo han pasado, quedan un par de oportunidades. Esperemos que los Directivos, (por lo menos el Director y el Jefe de Enseñanza) continúen con la predisposición al diálogo que mostraron (eso si se los reconozco, fue imposición pero nos dejaron quejarnos y respondieron nuestras dudas hasta que nos cansamos) y que ésto quede como una única mancha en el concepto que tengo de mi Facultad. Pero sobre todo espero que se trabaje para que ésto no vuelva a suceder, no sólo a mi generación, sino a las que vienen detrás de nosotros; ya de por si la carrera es dificil, larga y requiere de mucho sacrificio.

3 Response to "162.7 A punto de la decepción"

  1. Yo me remonté a los viejos tiempos de las juntas con el director en donde no llegábamos a nada... fue horrible en verdad; sin poder apoyarnos en nada para responder un examen MUY difícil de muchas páginas con una letra Arial 8.

  2. La verdad, no se me hace nada inaudito lo que les sucedio. El hecho de que sea la unica mancha que le ves a la facultad...eso si.

    Quizas porque tu generación tuvo una relación diferente con los directivos de nuestra alma mater; sin embargo, lo creo posible. Si los directivos fueron capaces de irse a ver su consulta privada y hacer todos sus quehaceres y aparecerse 2 dias despues en el hospital donde una pasante de Servicio Social se debatia entre la vida y la muerte. Creo con todas mis fuerzas que sean capaces de cualquier cosa, por lo menos la directiva, Enseñanza siempre ha sido y será la unica voz de razón que haya escuchado en la facultad y con quien se haya podido dialogar.

  3. de hecho la facultad ya esta acreditada desde el año pasado.