"Desgraciado el país que necesita héroes"
Bertolt Brecht
Bertolt Brecht
Este post no es sobre el desquiciado que disparó en el metro. No es sobre un fanático religioso cuyo "dios" le habló y le dio una pistola y las suficientes balas para matar y herir a otras personas. No es sobre la inseguridad que impera en nuestro pais. No es sobre el jefe de gobierno del DF, el director del Metro, el jefe de la policía ni el presidente.
Este post es sobre Esteban Cervantes Barrera. Un hombre al que nunca conocí, del que nunca supe nada y del que posiblemente me hubiera resultado un completo extraño de no haber sido por ése hijo de puta de la pistola.
De Esteban Cervantes Barrera sólo vi sus últimos segundos de vida, en el noticiero.
Primero veo a la gente, agolpada en el Metro, como todos los días. Una oleada de gente se abre frente a la cámara, cuando el demente comienza a disparar. Veo correr a un policía y a la gente desperdigándose. De pronto, del vagón a la derecha de la pantalla, sale Esteban. Tiene una bolsa en la mano y se dirige de frente al homicida. Camina derecho hacia él, sin amago de retroceder o salir corriendo. Lo empuja hacia la pared y ambos salen de cuadro. Mientras la gente observa y camina para alejarse, el homicida vuelve a verse en la pantalla y Esteban aparece caído, en el suelo, tratando de levantarse. Esteban se lanza una y otra vez hacia el frente, no ceja en su intento de quitarle el arma. Otro civil se une a la lucha, pero le disparan. Esteban vuelve al ataque, una vez, y otra, y otra. Es él contra un loco con una pistola.
En una película, en un cómic o incluso en un mundo un poco más justo, Esteban detendría al demente. Le arrebataría la pistola, lo tumbaría al suelo de un derechazo y llegaría la policía a detener al infractor. Esteban recibiría medallas, lo entrevistarían en todas las cadenas de noticia. Su nombre sería conocido en todo el mundo como "el héroe que detuvo al gatillero del Metro".
Lamentablemente no vivimos en un mundo justo. En nuestro mundo, el idiota del arma siempre gana. El imbécil, el cobarde que justifica su locura culpando al Gobierno, creyéndose enviado de dios y decidiendo quién vive y quien muere lleva las de ganar. Al final, Esteban cae.
No me queda más que decir una cosa. No diré: "Tuvo que haber salido corriendo". No diré: "Él se lo buscó, por meterse con un loco". No diré: "Si yo hubiera estado allí yo lo hubiera ayudado".
Lo que si diré, y posiblemente sea la cosa más hipócrita que pueda decir, la más horrible, la más fuera de lugar, la más cruel para con su familia y la sociedad; es bravo.
Esteban Cervantes Barrera murió como un héroe. Murió como un ciudadano que hizo en ése momento lo que su corazón le ordenó, a sabiendas que arriesgaba su propia vida. Murió por hacer lo que el consideraba era lo justo. Murió defendiendo la razón, la seguridad, la vida de otros por encima de su propia vida en un mundo donde la justicia parece habernos abandonado.
Su fueramos antiguos vikingos, estaríamos regocijados. Contaríamos historias junto a la fogata y creeríamos que Esteban fue arrebatado por las valquirias para ser llevado al Valhalla, como sucede con los guerreros que mueren en batalla. En cambio, y por ser mexicanos, sólo podemos quejarnos del ineficiente gobierno que tenemos, creer que todo esto fue orquestado para distraernos de los nuevos impuestos, que son las señales de el fin de los tiempos y tonterías de ése tipo. Sólo nos queda agregar su nombre a la interminable lista de injusticias que se cometen en nuestro país.
En un mundo sin héroes, no nos queda más que agradecer a los pocos que nos devuelven la esperanza en los humanos, haciendo lo que nos vuelve humanos a nosotros mismos: sacrificarnos por los demás.
bien dicho viejo, mientras lei la nota y observaba el video pensaba muchas cosas, y lo que escribiste es justo lo que pense, te voy a tomar algunas palabras soy cuentacuentos y esta es una historia que hay que contar, gracias viejo. la referencia a los vikingos te quedo de lujo
ElGabbo
19 de septiembre de 2009, 7:45
Para servirte, hermano.
Humbert C. Christopher
19 de septiembre de 2009, 8:14
creo que lo escribiste es lo que muchos mexicanos sentimos y no encontramos el mode de expresarlo, ojala que el gobierno reconozca a este heroe y apoye a su familia,que no los dejen desprotegidos.
Anónimo
19 de septiembre de 2009, 9:29
Gracias a todos ustedes por sus comentarios.
Creo que el sentimiento que esto provoca es universal, o para expresarlo un poco mejor, nacional.
Saludos a todos, y esperemos que cosas así dejen de repetirse.
Humbert C. Christopher
19 de septiembre de 2009, 9:46
Increíbles palabras, no creo que se pueda escribir algo tan certero y a la vez tan sublime sobre un suceso tan estremecedor. En verdad tus palabras describen lo que yo estaba sintiendo, y no creo poder mejorar tus letras sobre lo acontecido. Al menos si no hay justicia de vida con respecto a Esteban, tu le has dado la justicia digna de recordar con tus palabras, y él con sus actos. En hora buena.
Anónimo
19 de septiembre de 2009, 10:06
Que bueno que hay un lugar en internet que rinde tributo a tan valiente hombre. No creo que lo pudieran haber expresado mejor. Felicitaciones y mis respetos.
Peace Maker
19 de septiembre de 2009, 10:40
La culpa es del PRD, por mandar a la cárcel sin fianza hasta a los acusados de tortear o tocar nalgas en el metro. Les sale más barato llenar de plomo a los policías
Anónimo
19 de septiembre de 2009, 10:42
Tus palabras sirven para explicar lo inexplicable, sin rollos, simplemente lo que vimos, pero sobre todo para mi y para otras personas seguramente, lo que hizo don Esteban y que sin proponérselo (porque allí estriba aún más el valor de su valor) nos deja el ejemplo y la esperanza de saber que dentro de nosotros existe la posibilidad de ser realmente "humanos"...
Unknown
19 de septiembre de 2009, 12:55
completamente de acuerdo, ese hombre es un completo héroe, andan tan escasos que ni siquiera sabemos como hacerle honores. El hombre tanto su familia, no sólo merece una pensión, porque seguro el siendo albañil era el único que los mantenía, sino el respeto absoluto por hacer algo que la mayoría de nosotros jamás haría. Ojalá hubiera alguna manera real de hacerselo llegar a la familia. Buen post.
la_luminosa
19 de septiembre de 2009, 13:29
Excelente nota amigo, yo creo que Esteban merece un monumento en algun lugar donde se rinda homenaje al valor civil que tanto nos falta a los mexicanos....otros por menos de lo que hizo Esteban han sido calificados como heroes en nuestra historia...por lo menos espero que el gobierno tenga la sensibilidad de asegurar una vida digna para su honorable familia.
Jose Gutierrez
19 de septiembre de 2009, 13:33
Que tal mucho gusto, coincido con tu pensamiento plasmado. Hemos llegado al punto del que el ser humano le vale lo que le pase a su propia raza (humana, no especifico mexicana, porque al final de cuentas todos pertenecemos a la homo sapiens). Amigo si tienes forma de organizarte con otros foros o blog, es hora de hacer algo más que solo escribir.
Juan M Medina
19 de septiembre de 2009, 13:43
coincido con sus comentarios, pero que podriamos hacer para que sea reconocido como un heroe, aquien podemos mandar la petición.
Anónimo
19 de septiembre de 2009, 18:14
¡Bravo! Felicidades por tu excelente entrada, yo tambien le dedique una en mi blog, pero ni por cerca tan clara ni tan sentida como la tuya.
Felicidades!
Karen
20 de septiembre de 2009, 15:38
Me uno a una sorprendente -y merecida- avalancha de elogios. Desde ayer dije: el lunes voy a escribir algo sobre el incidente, y traía unas moscas dando vueltas.
No hace falta. Tecleaste justo lo que quería decir y de mejor manera.
Hace tiempo hemos venido comentando que México es ya un país sin figuras, sin un deseo tangible de ser algo mas que un ciudadano tieso o un funcionario que navega a la deriva.
Esteban hizo lo que no podemos hacer los demás: actuar ante una injusticia, pero actuar de verdad, no solo como dices, quejarnos o escribir sobre ello. Actuar.
Cuando hace meses describí el acto de este pelirrojo en Palacio Nacional, traté de alabar no el contenido de sus protestas, sino el acto en sí. Aún quedan mexicanos, hombres valientes en este suelo manchado de sangre, traición y dolor.
Quizá juntaría a la referencia de los vikingos algo mas chovinista: el sacrificio del guerrero azteca y su sangre alimentando a los dioses para evitar el colapso del universo. Esteban en unos segundos se comportó como seguramente lo habría hecho alguno de nuestros guerreros aztecas ante la invasion española y sus balas. Atacó con cuerpo y alma, sus únicas dos armas y defensas disponibles. Con su sangre alimentó al dios de ese tipo idiota y asesino que en su mente reclamaba precisamente almas de inocentes. Pero la sangre de Esteban y del policia bancario -que no por estar cumpliendo su deber resta méritos- deben alimentar un fuego que se extingue en nuestros corazones.
Feco
21 de septiembre de 2009, 7:24
No PUDISTE HABERLO DICHO DE MEJOR MANERA, OJALA ME PERMITAS COPIAR Y ENVIAR TUS PALABRAS CITANDO TU NOMBRE POR SU PUESTO, AGO ASI NO DEBE SER OLVIDADO
Anónimo
22 de septiembre de 2009, 9:43
@Feco: Tus comentarios, hermano, siempre tan bienvenidos para poder expresar lo que yo en su momento no pude expresar. Gracias por completar mis ideas de forma tan coherente, como es usual en ti.
@Anonimo #3: Adelante, puedes tomar mis palabras, para eso están aquí, para ser leídas y vivir.
@A los demás: Muchas gracias a todos por sus palabras.
Humbert C. Christopher
25 de septiembre de 2009, 21:10
Gracias a ti por expresar este sentimiento de impotencia y enojo que se vierte en la sociedad humana deshumanizada, gracias por plasmar en tu blog la gran admiración que sentimos por el desconocido que sacrifico su vida por sus semejantes... un verdadero héroe.
Guendanavani
12 de octubre de 2009, 14:06