Toma una botella y llénala de jugo pancreático y glucosa. A ésta botella añade 35 gr de hígado de pato de Berbería y 15 gramos del corazón del mismo pato y deja reposar la mezcla 40 días para que el hígado y el corazón se disuelvan. Después, toma 1 gota de ésta solución y colocala en un recipiente lleno de agua "ultrapura" (no importa el tamaño del recipiente de agua), agita la nueva solución vigorosamente, toma una gota de la solución agitada, vacia el recipiente de agua, vuélvelo a llenar con agua ultrapura y coloca ahí la gota del recipiente anterior. Vuelve a agitar vigorosamente. Repite éstos últimos pasos 198 veces más. Y por último, empapa chochitos de azúcar con el agua "agitada, vaciada y rellenada" 200 veces.
Felicidades, te has convertido en un "médico" homeópata, ya que tienes en las manos el remedio para el eczema, el reumatismo, la tuberculosis, las paperas y el cáncer (¿cual tipo de cáncer?, ¡todos!). ¿Porqué?, porque tienes en tus manos Oscillococcus, el medicamento que mata a la bacteria del Oscillococcus, la cual provoca todas las enfermedades previas, y como el principio fundamental de la homeopatía es "similia simibilus curantur" (lo similar cura a lo similar) entonces tienes la panacea para las células cancerígenas y otras enfermedades menores.
Lo anterior parece una broma. Lamentablemente no lo es, es sólo la muestra de uno de los tantos medicamentos homeopáticos que parecen ignorar principios básicos de medicina, fisiología, infectología y patología. Tan sólo el Oscillococcus (como bacteria) es una falacia, ya que fue observado una sola vez en condiciones por demás sospechosas y ningún bacteriólogo lo considera siquiera en las nomenclaturas. Además, la tuberculosis es causada por el Mycobacterium tuberculosis, el reumatismo suele ser autoinmunitario, el eczema es ocasionado por una innumerable cantidad de agentes, algunos inorgánicos y las paperas son ocasionadas por virus. Y es sólo la punta del iceberg.
Como médico en Servicio Social, todos los días me encuentro que la ignorancia de la gente donde estoy haciendo dicho Servicio a veces me perjudica, y perjudica a mis pacientes: así, tengo personas que se ponen cenizas y telarañas en las heridas "porque son buenas para curar las heridas", personas con cuadros virales severos que se trataron con té de zacate y el ya clásico caso de gente con fiebre tifoidea hasta en las amígdalas que se curan con multivitamínicos "porque así les dijo otro do(c)tor". A esto debo aunar los que llegan todos los días con remedios "médicos" como con el que inicié éste post. Los que acuden con los homeópatas.
La homeopatía, creada por Hahnemann en el siglo XIX, se ha establecido como la medicina alternativa por elección, situándose por encima de la herbolaria, la acupuntura y los rezos en el templo de Esculapio. La teoría homeopática, basada en el "similia similibus", consiste en tomar una sustancia que provoque una reacción similar a la que ocasiona la enfermedad que estás tratando de curar, sea disuelta y "potencializada" determinada cantidad de veces en agua hasta que no quede rastro alguno de moléculas activas, pero sí que el agua "guarde una memoria" de la sustancia que fue disuelta, para que ésta agua funcione como ingrediente activo.
Dentro de las múltiples falacias argumentales y pseudocientíficas, cabe recalcar que el agua no guarda memorias de las sustancias disueltas. Al momento en que no tiene moléculas en suspensión, ésas agua no tiene ninguna diferencia respecto a otra muestra de agua pura (en caso de no tener NINGUNA molécula en suspensión, algo casi imposible de lograr, ya que hasta el agua embotellada y etiquetada como "pura" contiene algunos solutos). Además, si éste principio fuera cierto, no existiría nada como el agua pura, ya que toda el agua del mundo contendría la memoria de todas y cada una de las sustancias en las que ha estado en contacto, es decir...todo el mundo. Incluso después de purificada, el agua guardaría la memoria del cristal o plástico donde fuera envasada, contaminándola. Pero al parecer, por alguna extraña manifestación supernatural, el agua, según los homeópatas, sólo guarda memoria de las sustancias que ellos deseen.
Otro punto que encuentro muy dificil de explicar, es el supuesto de la "potencialización". Los principios homeópatas establecen que una sustancia disuelta y agitada 100 veces, es más fuerte que una sustancia disuelta y agitada 30. Es decir, que a menor concentración de la sustancia activa, mejores resultados dará. De nuevo, según este principio, si a tu café le agregas sólo unas cuantas moléculas de glucosa (y lo agitas con vehemencia ante la mirada estupefacta del mesero y tu acompañante) de alguna forma resultará más dulce que si le agregas dos cucharadas de glucosa y lo agitas levemente con la cucharilla. No hace falta ser científico para encontrar cierto fallo en ése argumento.
La homeopatía está contemplada legalmente como "medicina alternativa". Tiene sus espacios dentro de libros de medicina convencional (como el "Diagnóstico y Tratamiento", antes llamado Papadakis), además de contar con Universidades de validez probada que la imparten, como la de Facultad de Medicina de Valladolid y hasta el Instituto Politécnico Nacional en nuestro país. En Francia y otros países de la Unión Europea los medicamentos homeopáticos no están regulados, y hasta están aprobados por la FDA americana. ¿Porqué?, ¿es acaso porque, de alguna forma misteriosa, los medicamentos homeopáticos han resultado ser convincentes fuera de un nivel meramente anecdótico?.
No. Son tolerados porque, en el mejor de los casos, son inofensivos. Y porque la gente los pide. Al ser la segunda fuerza en cuanto a lo que pide la población respecto a salud, la homeopatía maneja cantidades enormes de dinero. Un buen negocio por agua y azúcar. El verdadero efecto homeopático consiste en tranquilizar a la gente en lo que su propio cuerpo encuentra la forma de curarse.
Cabe establecer que, cosa rara, todos los artículos que hablan a favor de la homeopatía por lo regular salen publicados en revistas especializadas en homeopatía, mientras que revistas un poco más serias, como el Lancet, declaran:
Así es, los estudios demuestran que las hipótesis respecto a mejorías clínicas significativas están debidas completamente al todopoderoso efecto placebo. Es decir, la autosugestión respecto a que si un medicamento te puede curar, te curará. En Ósmosis Jones lo manejan como "la pastilla de azúcar que pudo".
Antes de que los religiosos y demás salten respecto al poder curativo de la fé, quiero recordar que: 1.- el efecto placebo se observa en todas las religiones, corrientes ateas y agnósticas del mundo sin especial incidencia en ninguna de ellas; 2.- todas las corrientes de medicina, sea convencional, homeopática, acupunturista, new age, herbolaria, telarañas sobre cicatrices y rezos en el Templo de Esculapio presentan el mismo efecto en la misma incidencia y; 3.- estamos hablando de homeopatía.
Así, pues, ya saben qué hacer la próxima vez que se golpeen un dedo con un martillo: toman unas moléculas del martillo, las disuelven y agitan vigorosamente. Eso debería bastar. El siguiente video puede resultar bastante ilustrativo.
Agradezco profundamente a Haplo, su artículo acerca de la homeopatía fue la inspiración para éste, además que tiene la capacidad de explicar de forma sencilla algunos de los principios básicos de ésta alquimia velada.
Felicidades, te has convertido en un "médico" homeópata, ya que tienes en las manos el remedio para el eczema, el reumatismo, la tuberculosis, las paperas y el cáncer (¿cual tipo de cáncer?, ¡todos!). ¿Porqué?, porque tienes en tus manos Oscillococcus, el medicamento que mata a la bacteria del Oscillococcus, la cual provoca todas las enfermedades previas, y como el principio fundamental de la homeopatía es "similia simibilus curantur" (lo similar cura a lo similar) entonces tienes la panacea para las células cancerígenas y otras enfermedades menores.
Lo anterior parece una broma. Lamentablemente no lo es, es sólo la muestra de uno de los tantos medicamentos homeopáticos que parecen ignorar principios básicos de medicina, fisiología, infectología y patología. Tan sólo el Oscillococcus (como bacteria) es una falacia, ya que fue observado una sola vez en condiciones por demás sospechosas y ningún bacteriólogo lo considera siquiera en las nomenclaturas. Además, la tuberculosis es causada por el Mycobacterium tuberculosis, el reumatismo suele ser autoinmunitario, el eczema es ocasionado por una innumerable cantidad de agentes, algunos inorgánicos y las paperas son ocasionadas por virus. Y es sólo la punta del iceberg.
Como médico en Servicio Social, todos los días me encuentro que la ignorancia de la gente donde estoy haciendo dicho Servicio a veces me perjudica, y perjudica a mis pacientes: así, tengo personas que se ponen cenizas y telarañas en las heridas "porque son buenas para curar las heridas", personas con cuadros virales severos que se trataron con té de zacate y el ya clásico caso de gente con fiebre tifoidea hasta en las amígdalas que se curan con multivitamínicos "porque así les dijo otro do(c)tor". A esto debo aunar los que llegan todos los días con remedios "médicos" como con el que inicié éste post. Los que acuden con los homeópatas.
La homeopatía, creada por Hahnemann en el siglo XIX, se ha establecido como la medicina alternativa por elección, situándose por encima de la herbolaria, la acupuntura y los rezos en el templo de Esculapio. La teoría homeopática, basada en el "similia similibus", consiste en tomar una sustancia que provoque una reacción similar a la que ocasiona la enfermedad que estás tratando de curar, sea disuelta y "potencializada" determinada cantidad de veces en agua hasta que no quede rastro alguno de moléculas activas, pero sí que el agua "guarde una memoria" de la sustancia que fue disuelta, para que ésta agua funcione como ingrediente activo.
Dentro de las múltiples falacias argumentales y pseudocientíficas, cabe recalcar que el agua no guarda memorias de las sustancias disueltas. Al momento en que no tiene moléculas en suspensión, ésas agua no tiene ninguna diferencia respecto a otra muestra de agua pura (en caso de no tener NINGUNA molécula en suspensión, algo casi imposible de lograr, ya que hasta el agua embotellada y etiquetada como "pura" contiene algunos solutos). Además, si éste principio fuera cierto, no existiría nada como el agua pura, ya que toda el agua del mundo contendría la memoria de todas y cada una de las sustancias en las que ha estado en contacto, es decir...todo el mundo. Incluso después de purificada, el agua guardaría la memoria del cristal o plástico donde fuera envasada, contaminándola. Pero al parecer, por alguna extraña manifestación supernatural, el agua, según los homeópatas, sólo guarda memoria de las sustancias que ellos deseen.
Otro punto que encuentro muy dificil de explicar, es el supuesto de la "potencialización". Los principios homeópatas establecen que una sustancia disuelta y agitada 100 veces, es más fuerte que una sustancia disuelta y agitada 30. Es decir, que a menor concentración de la sustancia activa, mejores resultados dará. De nuevo, según este principio, si a tu café le agregas sólo unas cuantas moléculas de glucosa (y lo agitas con vehemencia ante la mirada estupefacta del mesero y tu acompañante) de alguna forma resultará más dulce que si le agregas dos cucharadas de glucosa y lo agitas levemente con la cucharilla. No hace falta ser científico para encontrar cierto fallo en ése argumento.
La homeopatía está contemplada legalmente como "medicina alternativa". Tiene sus espacios dentro de libros de medicina convencional (como el "Diagnóstico y Tratamiento", antes llamado Papadakis), además de contar con Universidades de validez probada que la imparten, como la de Facultad de Medicina de Valladolid y hasta el Instituto Politécnico Nacional en nuestro país. En Francia y otros países de la Unión Europea los medicamentos homeopáticos no están regulados, y hasta están aprobados por la FDA americana. ¿Porqué?, ¿es acaso porque, de alguna forma misteriosa, los medicamentos homeopáticos han resultado ser convincentes fuera de un nivel meramente anecdótico?.
No. Son tolerados porque, en el mejor de los casos, son inofensivos. Y porque la gente los pide. Al ser la segunda fuerza en cuanto a lo que pide la población respecto a salud, la homeopatía maneja cantidades enormes de dinero. Un buen negocio por agua y azúcar. El verdadero efecto homeopático consiste en tranquilizar a la gente en lo que su propio cuerpo encuentra la forma de curarse.
Cabe establecer que, cosa rara, todos los artículos que hablan a favor de la homeopatía por lo regular salen publicados en revistas especializadas en homeopatía, mientras que revistas un poco más serias, como el Lancet, declaran:
The results of our meta-analysis are not compatible with the hypothesis that the clinical effects of homoeopathy are completely due to placebo. However, we found insufficient evidence from these studies that homoeopathy is clearly efficacious for any single clinical condition.
(20 de septiembre de 1997)«Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? A meta-analysis of placebo-controlled trials». The Lancet 350 (9081): 834–43.
Así es, los estudios demuestran que las hipótesis respecto a mejorías clínicas significativas están debidas completamente al todopoderoso efecto placebo. Es decir, la autosugestión respecto a que si un medicamento te puede curar, te curará. En Ósmosis Jones lo manejan como "la pastilla de azúcar que pudo".
Antes de que los religiosos y demás salten respecto al poder curativo de la fé, quiero recordar que: 1.- el efecto placebo se observa en todas las religiones, corrientes ateas y agnósticas del mundo sin especial incidencia en ninguna de ellas; 2.- todas las corrientes de medicina, sea convencional, homeopática, acupunturista, new age, herbolaria, telarañas sobre cicatrices y rezos en el Templo de Esculapio presentan el mismo efecto en la misma incidencia y; 3.- estamos hablando de homeopatía.
Así, pues, ya saben qué hacer la próxima vez que se golpeen un dedo con un martillo: toman unas moléculas del martillo, las disuelven y agitan vigorosamente. Eso debería bastar. El siguiente video puede resultar bastante ilustrativo.
Agradezco profundamente a Haplo, su artículo acerca de la homeopatía fue la inspiración para éste, además que tiene la capacidad de explicar de forma sencilla algunos de los principios básicos de ésta alquimia velada.
Como comentario final: Si alguien desea tener su fe puesta en medicinas alternativas, de acuerdo. Cada quien elije el cuchillo con el que quiere ser degollado, pero la ciega convicción en algo no justifica de ninguna forma la ignorancia sobre el tema. Este post, además de mostrar mi inconformidad personal con la homeopatía, también trata de explicar, de forma bastante superficial, algunos de los razonamientos y métodos homeopáticos. No se queden con las dudas y visiten los links del texto y/o realicen su propia investigación.
Ésta imagen, pintada por Alexander E. Beideman, muestra a Samuel Hanhemann, creador de la homeopatía, horrorizado por la medicina convencional. Se acompaña de Atenea, Esculapio y la Justicia.
Décadas después, la broma le fue regresada.
Décadas después, la broma le fue regresada.
Muy bien, entre más divulguemos estas falacias mejor. Alguno no tan tonto nos hará caso, investigará, se informará y a la larga se curará con el uso de la medicina en toda forma.
Oye, no sabía del IPN... eso habla muuuy mal de esa casa de "estudios".
Y, de nada, para eso estamos, saludos! :)
¡Se me olvidaba! Si pueden consígan la serie Peep Show, es genial. El video que pusiste es con sus protagonistas, Mark y Simon; empieza algo lenta, pero denle una oportunidad, es muy muy buena.
Haplo
24 de septiembre de 2009, 20:25
Maestro Haplo, nos honra con su visita y ¿qué le puedo decir?
Por supuesto que trataré de buscar la serie, si es la mitad de buena que el resto de sus recomendaciones, entonces vale mucho la pena.
Humbert C. Christopher
25 de septiembre de 2009, 21:16