154.3 Después del ENARM - El final de la batalla


Realizo éste post dos días después del Exámen de Residencias Médicas. No, no es porque el examen me haya traumatizado (la mitad de mi librería al cementerio, jo, chiste de Magic), y necesite dos días para recuperarme. No es porque haya dormido dos días seguidos o me haya dado una depresión de aquellas que se rumora le da a los que presentan el exámen.

Sino que necesité dos días para asimilar la enorme experiencia que es presentar el ENARM, a pesar de mi mediocre desempeño.

Fui de los conejillos de indias del viernes, es decir, el día que todo sale mal en el sistema a nivel nacional, como ha ocurrido en los últimos dos años. Nos citaron a las 6:30 de la mañana para el registro, el cual empezó (según) a las 8:30, para luego meternos al auditorio del CCU (precioso, por cierto) para decirnos que empezaríamos el registro aún más tarde porque había una falla a nivel nacional. Ni modo, a esperar.

Por ahí de las 12:00 ya estábamos sentados frente a nuestro equipo de cómputo, listos y desesperados por empezar. No me puedo quejar de la compañía: enfrente de mi estaba Jonathan, de Monterrey, y Carlos, de Oaxaca. Ambos hicieron bromas, observaciones y demás desestresantes oportunos para no dejarnos llevar por la histeria al no haber comenzado.

Después, las escuetas instrucciones: tu folio y contraseña, siguiente, anterior, revisar preguntas, terminar. Así, sin agua va, nos dijeron "empiecen" y empezamos.

Ahí comenzó la gama de emociones digna de Blackest Night: el miedo, el odio, la esperanza y si, la fuerza de voluntad. El "pude haber estudiado más", el "no sé que hago aquí", el "¿para qué esforzarse?"; pero también el "esto lo vi en el internado", "esto lo expuse en la Facultad" o "lo acabo de leer en el CTO". En fin, todo un espectro emocional.

Y vino la primera sorpresa: como mis compañeros del Bachillerato y de la Facultad pueden atestiguar, mi legendaria velocidad para contestar exámenes de opción múltiple hizo su aparición. Después de "sólo" dos horas, yo ya había terminado con las primeras 250 preguntas, incluyendo las 50 en inglés.
Salí, me fui a comer un Subway y a tomar un café a Starbucks y a descansar un buen rato al hotel.

Me enteré que el grueso del contingente salió dos horas después que yo.

Regresé a las seis y media, como nos lo pidieron. Me ardían los ojos, la cabeza, sentí que me estaba dando gripa y cayó un aguacero torrencial en la Ciudad, pero en el CCU la tormenta apenas iba a empezar. Regresé a la sede y comenzaron los comentarios y bromas acerca de mi velocidad. "No se preocupen, cuando vean mi calificación sabrán que la velocidad no tiene nada que ver con el conocimiento", dije.

Vinieron las siguientes 200 preguntas y fue cuando supe que no me iba a ir bien: Ginecoobstetricia y Pediatría. De lo que menos me gusta y de lo que menos estudié. Ni modo, a compensar Ginecoobstetricia con Interna y afortunadamente Pediatría estuvo muy enfocada a Infectología, de la que tampoco estoy tan perdido.

Aquí vino uno de los pocos momentos que me hicieron sonreír durante el exámen: Pregunta un millón setecientos mil cuarenta y tres: Masculino de 4 años de edad con cuadro febril, labios resecos, lengua aframbuesada, conjuntivitis y un ganglio cervical inflamado de más de 2 cms.
Pensé: "Caray, éste es Pedrito" y me reí. Así es, tuve 3 preguntas correctas porque en el Servicio Social del que me he quejado tanto tuve un caso de síndrome de Kawasaki. Así, por un descuido materno en un rancho perdido en Santiago Tuxtla, supe que en la biometría hemática encontraría leucocitosis, que debía esperar complicaciones de las coronarias y que el tratamiento es a base de gamaglobulina. Sonreí hasta que me di cuenta que el tiempo pasaba. Supongo que todos tienen historias similares de casos que encontraron en su Servicio/Internado/Facultad/Trabajo.

Nos dieron tiempo estimado hasta las 11 pm. Terminé poco antes de las nueve. Ni siquiera alcancé la segunda ronda de dulces. Esperé 30 minutos mi calificación y salí de ahí. Confundido, un poco deprimido por el resultado, pero con un intento de sentimiento de satisfacción. "No está tan mal" pensé, considerando lo mal preparado que me sentía y el poco estudio invertido hasta el momento.

54.8

No quedé ni en las mínimas del año pasado para las que solicité (Medicina Interna y Genética). De haber escogido otras especialidades "menos" solicitadas, como Medicina Familiar y parecidas, igual y la calificación hubiera bastado. Ahora no me queda más que esperar una serie de eventos bastante improbable que me otorgue alguna plaza, ya no en MI, sino en Genética, aunque se ve igual de difícil. Así que me voy haciendo la idea de presentarlo el próximo año, con mucha más preparación y conociendo un poco mejor a éste difícil contrincante que es el ENARM.

La experiencia vale la pena. El estar rodeado de gente con tus mismos miedos e inquietudes, gente que entiende exactamente por lo que has y estás pasando es algo que se da en contadas ocasiones a lo largo de la vida del médico, y sin importar que estemos ahí para canibalizarnos, para quitarnos las oportunidades entre nosotros mismos y desearnos que reprobemos y nos dejemos el camino libre para avanzar de alguna forma sabes que la lucha es justa, y que solamente los mejores preparados (salvo deshonrosas excepciones, como suele suceder) lograrán su objetivo, mientras a los demás nos tocará seguir mejorando para aspirar a mejorar en el ENARM del año que viene.

Después de todo, la ciudad de Puebla es muy bonita.

7 Response to "154.3 Después del ENARM - El final de la batalla"

  1. para los ignorantes, ¿obtuviste 54.8 en que escala?

    Iván

  2. De 100.

    Aunque nunca he siquiera escuchado de alguien que haya pasado de 75. Los más altos que me he enterado, han sido de 72.

  3. Regresando la visita.

    Qué buena crónica. ¿Y qué es lo que pasa mientras llega el siguiente ENARM?

    ¡Saludos y suerte!

  4. Mientras llega el siguiente ENARM queda un año más o menos perdido dónde tienes que trabajar de cualquier cosa (muchas veces de cualquier cosa menos médico, porque nadie quiere médicos generales, ya sabes, puro especialista), igual y tener suerte y trabajar en una farmacia de similares o algo similar y estudiar para el siguiente Enarm.

    Gracias por la visita Pereque.

  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.
  6. @Tere: No me siento capacitado para dar consejos. Dada mi mediocre calificación no creo que pueda darle algún consejo a otra persona.

    lo que si te puedo decir es que vayas tranquila, la experiencia es disfrutable y sólo trata de recordar cada regaño y paciente que hayas visto en el internado y el servicio.

  7. Es una Experiencia fabulosa.
    Nosotros nos dedicamos a la presentación de cursos para el Examen Nacional de Residencias Medicas. Por lo que tratamos que la gente que se suscribe a nosotros, llegue lo más preparada posible.

    saludos!