166.4 Ser padre...

No, no se preocupen, nadie está embarazada ni embarazado.

El miércoles en la noche esando en Zapotal Hill, obviamente, por ahí de las nueve y poquitos de la noche tocaron a la puerta de la clínica. Unos padres me llevaron a Karlita, de un año y siete meses, con la camisa y los pantalones llenos de sangre. La niña había perdido la mitad distal de la primera falange del dedo medio de la mano izquierda Según me refiere el papá, él estaba en una mecedora de metal y no se dio cuenta que la niña estaba detrás de él, y al mecerse, le rebanó el dedo a la pequeña. Lo primero que pensé fue "pinche pendejo", pero luego me puse a pensar en: 1.- la niña está en la edad donde son más sigilosos que los ninjas a la hora de estar detrás de uno, 2.- la niña está en la edad donde el peligro no existe, 3.- los padres, al igual que el resto de los seres humanos, no tienen ojos en la nuca y 4.- si no estuvieran preocupados, no irían a la clínica.

Ok, los accidentes pasan. Fue un descuido de los padres (de ambos, porque la madre estaba allí), pero un accidente al final de cuentas, y si tienen que pagar algo, pues ya lo pagaron con la sangre y las lágrimas de su hija. Castigo más que suficiente, diría yo.

Lavé la punta del dedo, tallé hasta hacerla sangrar, volvi a lavar y tapé con gasas, apretando las gasas lo más que pude. El sangrado era en capas y era mínimo. El lecho ungueal había sido respetado y la niña podía extender y flexionar el dedo, la mano y el brazo, por si acaso. Le di antibiótico, un analgésico suave y curaciones diarias. Hasta la última vez que la vi, el sangrado era un manchado por la tallada que le doy en las curaciones y no hay datos de infección. Aunque obviamente el dedo no volverá a crecer.

Pero fue el miércoles en la noche cuando me puse a pensar: algún día tendré hijos de ése tamaño y de ésa edad. Serán traviesos, inquietos, etc, y pues la verdad yo soy re-torpe a la hora de moverme. Mi tamaño no me ayuda mucho a la hora de desplazarme y siempre me ando pegando en el techo o con cosas que cuelgan del mismo, además, soy muy distraído. Es decir, que seré un peligro constante para mis propios hijos. Si un padre tiene la preocupación de que a sus hijos no les pase nada, mi preocupación debe ser el doble, para cuidarlos de mi mismo.

Y si, me horroriza la idea de que algo le pase a mis hijos. ¿Se imaginan como será si les pasa algo por un descuido o por un error mío?
Creo que mi única ventaja es que seré un papá como Hal, el de "Malcolm in the middle", y si me caso con quien yo pienso, ella será como Lois. Sólo espero no tener 5 varones.

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