177.1 Mi primer robo

Y no, no se refiere a que yo haya robado algo. Al contrario, después de 26 años y fracción, al fin fui víctima de la delincuencia. Como suele suceder, ni siquiera fue un atraco como los que se dan ahora, sino la clásica "desaparición" de las cosas que me estaban cuidando para que no se me perdieran.
Resulta que la compañía donde trabajo entró a contrato (¡yupi!) y el barco donde trabajo entró como parte de dicho contrato, por lo que teníamos que embarcar desde el muelle hasta la zona donde se iban a realizar las maniobras. La compañía que contrató se puso estricta respecto a los materiales electrónicos y pues no se podían embarcar. Para evitar problemas innecesarios metí todos mis aparatos electrónicos en una mochila y por petición del chofer de la compañía se la entregué a él para que la guardaran en las oficinas.
Cuando desembarqué, me tuvieron esperando por horas para devolverme mis cosas, para que terminaran saliendo con un "no las encontramos, vuelva mañana". Sin ofrecerme cambiarme el vuelo (que finalmente perdí) ni la noche de hotel. Al final, sólo apareció mi mochila y mi viejo celular, sin el cargador.
Cuando hablé con el Director, me pidió levantar inventario para reponerme las cosas perdidas o el dinero equivalente. En total perdí mi notebook, mi BB Tour y mi PSP nuevo, con tres juegos.
Lo verdaderamente doloroso (aunque suelo decir que fue el PSP) fue perder mi computadora: megas y megas de música, libros, documentos y sobre todo mi colección de cómics en formato electrónico, los cuales tendré que volver a buscar y bajar; además, ya tenía la configuración a mi gusto, el bendito dropbox que tendré que volver a instalar, las imágenes irrepetibles de 4-chan y demás fregaderas que uno recolecta durante un par de años.
Extrañaré mi vieja computadora.
Y no, no me enojé con quien o quienes me robaron. Vieron su oportunidad y la aprovecharon. Para robarse mis cosas debieron haber entrado a un cuarto supuestamente de acceso restringido y sacar mis cosas sin ser vistos por las 10 personas que trabajan en esa oficina. Eran todos unos maestros del hurto, en ése caso, para esconder una lap entre sus ropas y disimular muy bien. Me enojé con aquellas personas que permitieron que sucediera, como si guardar las cosas de todos los trabajadores en una caja, cerrarla y vigilarla hasta que regresaran fuera tan difícil.
En fin, el mal rato ya pasó y es hora de seguir. Una experiencia más, un aprendizaje más.

1 Response to "177.1 Mi primer robo"

  1. Siento mucho!

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    Saludos!