183.16 Mis cinco momentos favoritos en Red Dead Redemption

Aviso: contiene spoilers, los cuales serán disimulados. Si le gusta arruinarse parte de la trama, adelante.

1.- La Dama en Apuros:
En los caminos de México (aquí es donde me pasó más) sueles toparte con una misión de ayuda bastante peculiar. Oyes los gritos de una mujer llamando tu atención, con todo tipo de insinuaciones y súplicas y la ves parada junto a una carreta. Cuando te acercas a investigar, cuatro asaltantes surgen de los arbustos o de la misma carreta dispuestos a asesinarte y robarte. Cuando los despachas, la misma mujer se pone de rodillas y suplica por su vida. Tu decisión si la dejas vivir o le enseñas que su vida como criminal no tiene futuro.

2.- Po-po-po-póker face:
Me encantó jugar al póker, del estilo Texas Hold´em. Para conseguir tela de uno de los atuendos, te piden ganarle a todos los jugadores de una mesa en Blackwater. Me vestí mi traje elegante (el cual no había usado antes y que te permite hacer trampa en el póker) y me senté en la mesa. Nada más en la primera jugada donde traté de hacer trampa me descubrieron, y como toda buena historia western, todo derivó en un duelo en medio de la calle. Posteriormente volvería a jugar, y pues ya había aprendido el método para hacer trampa. Es difícil perder cuando escondes un as (o un Rey, o un nueve) bajo la manga.

3.- Rescatando a Bonnie:
La misión donde ahorcan a Bonnie es fantástica: es un tiroteo a la usanza antigua entre tú y tus aliados contra todo un grupo de forajidos. El momento clave es cuando uno de los bandidos tumba la silla donde Bonnie está parada, con la soga al cuello. Allí, haciendo uso de tu mejor puntería, disparas a la cuerda para salvarla, y luego terminas de limpiar el pueblo .

4.- Mi muerte favorita:
Recién empezando el juego, me meto a la cantina en Armadillo, donde se encuentra la habitación donde salvo el juego. Por equivocación, saco el revólver, apuntando a un caballero que tranquilamente jugaba cartas con sus tres amigos. La pistola no pudo estar más de un segundo apuntada a tan distinguido individuo, pero al unísono él y sus amigos se levantaron, desenfundaron y me dejaron como coladera. Aprendí la lección de nunca sacar el arma en una cantina. Hasta que tuve que sacar un "desafío" precisamente así.

5.- El épico (y amargo) final:
Hordas y hordas de enemigos atacan tu granja. Encierras a tu hijo y esposa, y junto con el viejo Uncle defiendes hasta el último palmo de tierra. Cuando las cosas se tranquilizan, te das cuenta que Uncle está herido de muerte. Sacas a tu familia, la montas a caballo y te despides de ellos. Sales del granero sólo para encontrarte a Edgar Ross y el Ejército de los Estados Unidos apuntándote con suficientes armas como para acabar una Guerra Mundial. Ahí, de frente a lo inevitable, se activa sin previo aviso tu "Deadeye". Logras marcas unas cuántas "equis" en tus enemigos antes de ser abatido. Años después, junto a tu tumba está la de Abigail, y Jack, tu hijo, sale en busca de Ross.

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