120.2 Children of Men

Renté - de nuevo - esta obra maestra de Alfonso Cuarón.

La primera vez que la vi me pareció fantástica, y me da gusto ver que hoy, al volverla a ver, mantengo la misma opinión.

La trama es de todo menos simple: en un futuro no muy lejano los humanos, como raza, se vuelven estériles. Dejan de nacer niños, sin explicación alguna, y en vez de que esto una a la humanidad por el destino que se les viene encima, al parecer desata olas y olas de violencia que destruyen al mundo.
Inglaterra parece salida de "1984", con un gobierno que culpa de todo a los inmigrantes hasta el grado de cazarlos como animales, manteniéndolos en campos de concentración, mientras por otro lado reparten raciones con paquetes de Quietus, una sustancia legal para cometer suicidio.

La primera escena marca el tono desesperanzador de la película: vemos a Theo (Clive Owen) entrar a una pequeña tienda repleta de gente, mientras en la televisión dan la noticia de la muerte de Baby Diego, la persona más joven sobre la tierra. Ordena un café, sale, le pone licor a su café y la pequeña tienda explota. Así, sin más.

De pronto Theo se ve envuelto en el traslado de Kee, una fugi (inmigrante) hacia el hipotético proyecto Humano. La razón: Kee es la primera embarazada en casi 18 años.

Los actores son buenos: Clive Owen como Theo convence. Julianne Moore es Julian, la ex-esposa de Theo, quien lo une a la causa de Kee.
Pero el que se lleva las palmas en su corta representación el Michael Caine, como Jasper, un antiguo dibujante político que vende hierba para sobrevivir y cuidar a su esposa en estado casi catatónico.

Lo importante de Children of Men es que te muestra que no importa la poca fé que tengas en la humanidad, o la poca esperanza en el futuro, siempre habrá un pequeño pensamiento que te hará seguir adelante haciendo lo correcto.



Un Humbertcricio de Oro.