Entrada Ochenta y Dos: La delgada línea blanca...

"Primun non nocere"
Hipócrates, considerado el Padre de la Medicina

Tal vez lo más difícil de ser interno es que nadie quiere reconocer el trabajo que haces...y por trabajo me refiero a todo el trabajo.

Desde llegar temprano, terminar los pendientes (si es que hay alguno) de la guardia anterior, el pase de visita, las indicaciones de los médicos de la mañana, colocar sondas, elaborar laboratoriales, revisar expedientes, órdenes de internamiento, consentimientos, electros, gasometrías, programar rayos x, ultrasonidos, TACs, perseguir adscritos para las interconsultas, levantar los reportes del ministerio público, los certificados de defunción y demás tonterías que son administrativas y no médicas, luego el cambio de turno, nuevas indicaciones, nuevos pacientes, repetir el proceso, sólo que ahora le sumas llevar y traer los laboratoriales y las solicitudes porque ya no hay mensajero, aguantar pacientes quejosos que no entienden que no es tu culpa que el cirujano no haya querido ir a verlos, volver a perseguir a las interconsultas, revisar las notas de los interconsultantes y buscar nuevas interconsultas, buscar familiares como si fueras de trabajo social, luego el turno nocturno para repetir lo mismo, pegar laboratoriales y revisar que los expedientes estén completos, elaborar censo y verificar que los pacientes estén estables y pelearte con el laboratorio y el banco de sangre.
Además, todavía tienes que encontrar tiempo para estudiar, elaborar el dichosos protocolo de investigación, cumplir compromisos de tu vida familiar y social (y en algunos afortunados casos, amorosa) y tratar de evitar volverte loco, con dos guardias por semana y poquísimas horas de sueño...

Y resulta que no importa, porque en todos los hospitales de México el Médico Interno de Pregrado es un huevón de primera que no hace nada...

Se tiene la mala costumbre de llamar al Médico Interno de Pregrado solamente "interno" como si se tratara de un preso en una cárcel, y todos parecen olvidar que existe la palabra "Médico" justo antes...claro, todo el mundo te recuerdo que aún no eres médico, que apenas estás en formación, etc, etc...pero, eso sí, a la hora de las preguntas y de sacar la chamba, tú eres el doctor....cuando no tienes adscrito en Medicina Interna o Cirugía todo el mundo se olvida que aún estás en formación y tienes que tomar las deicisiones importantes, porque tu eres el médico. Y si no lo hace, es tu responsabilidad, porque tú eres el encargado de todo el piso.

Y a todos se les olvida lo más importante: son esos "médicos en formación" los que están a cargo de las vidas de los pacientes...muchas veces, en algunos servicios, el adscrito pone sus indicaciones después del pase nocturno de visita y a dormir, dejando al MIP de guardián, recibiendo los golpes que vengan. A veces, ni siquiera hay adscrito, y el MIP tiene que atender a los pacientes graves. Es el MIP el que escucha toda la historia clínica del paciente, conociéndolo mejor que muchos doctores. Es el MIP el que aguanta los quejidos de los pacientes y las quejas de los familiares, junto con las enfermeras.

Es ésa delgada línea blanca la que hace la diferencia en los hospitales...alguna vez un doctor me comentó que existían hospitales donde no habían MIPS, y con la pedantería habitual "del que ya pasó por todo eso" me dijo que ésos hospitales trabajaban de forma excelente sin "médicos en formación"...luego agregó, pequeño detalle, que eran hospitales privados...jo, pequeña diferencia.

Y también resulta que todos han tenido internados peores al de nosotros...claro...sólo ha existido un adscrito lo suficientemente honesto para decir: "yo fui un interno huevón y malo", y resultó ser un buen médico...

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