208.1 The Dark Knight Rises

"It was the best of times, it was the worst of times, it was the age of wisdom, it was the age of foolishness, it was the epoch of belief, it was the epoch of incredulity, it was the season of Light, it was the season of Darkness, it was the spring of hope, it was the winter of despair, we had everything before us, we had nothing before us, we were all going direct to heaven, we were all going direct the other way - in short, the period was so far like the present period, that some of its noisiest authorities insisted on its being received, for good or for evil, in the superlative degree of comparison only."

 Ocho años han pasado desde los eventos de The Dark Knight. La gente ha olvidado muchas cosas: han olvidado el caos en que el Joker sumió a Gotham. Han olvidado lo que es sentirse indefensos ante el caos. Han olvidado la lección aprendida en los botes al final de la película, donde ciudadanos y criminales fueron incapaces de matarse entre ellos. Han olvidado a su Protector Oscuro, tachándolo de villano y culpándolo de la muerte de Harvey Dent, quien se convirtió en el faro de esperanza después de muerte que en vida no pudo lograr ser.

Han olvidado el miedo. Esta es la historia de dos Gothams.

En la primera todo marcha de forma utópica. Los ricos hacen eventos de cariad y los pobres reciben ésa caridad. Se promueve la creación de reformas sociales, de energía limpia, barata y para todos. La policía es una institución meramente simbólica, donde su mayor preocupación son pequeños robos de joyas. Es una Gotham de esperanza, que nunca había existido ni en su fundación. Es una Gotham que no ha necesitado a Batman por ocho años de paz.

Pero entonces, llega Bane. Y muestra a la verdadera Gotham, la que vive debajo de la primera. Aislando a Gotham del resto del mundo, revela la naturaleza de la paz. 12 millones de personas morirán, a menos que se instaure el poder del pueblo. La verdadera democracia, donde todo es de todos. Se instala un estado marcial. Batman resurge, para caer de forma estrepitosa. Vencido, roto, Batman vuelve a desaparecer, pero ahora de forma involuntaria y, presumiblemente, permanente.

En la segunda Gotham Jonathan Crane es juez, jurado y verdugo. Gordon y el policía novato Blake son parias. El pueblo se come a sí mismo. La segunda Gotham se alimenta de falsas esperanzas.

Pero la historia de Gotham está ligada a la de el Hombre Murciélago. A través del dolor y sufrimiento, recibe más lecciones que nunca antes. Está listo para renacer, volver al mundo y reclamar su ciudad, pero ignora completamente quién es su adversario. Cuando decide volver a enfrentarse a Bane, el destino del Batman está sellado.

Christopher Nolan nos entrega la última parte de su trilogía. Después del tour de force de The Dark Knight, nos presenta a un Batman (Christian Bale) que ha sufrido de las lesiones sufridas y la inacción a la que se ve sometido. "Músculo no usado se atrofia", y tanto el cuerpo como la mente (y el alma, supongo) de Bruce Wayne/Batman, están atrofiados. Superado por Selina Kyle (Anna Hathaway), pierde el collar de perlas de su madre y algo más, algo que pone en movimiento la maquinaria de su caída. Tanto Lucius Fox (Morgan Freeman) como Alfred (Michael Caine, quien logra conmover a la audiencia en un par de escenas que provocan que se te meta algo en el ojo) insisten en que Wayne cambie el estilo de vida de ermitaño dentro de su mansión que lleva. Las sugerencias de ambos lo llevan a acercarse a Miranda Tate (Marion Cotillard), parte de la Fundación Wayne y quien tiene un proyecto de energía limpia para Gotham mediante fusión nuclear. Las dudas de Wayne se centran en que alguien podría convertir el reactor en una bomba atómica, y sus dudas se confirman cuando llega Bane.

Ante la sensación de falsa seguridad creada desde hace ocho años, el ataque inicial de Bane es brutal. La sobreconfianza de Batman y su mal estado físico le pasan factura, convirtiendo a Bane en la "maldad necesaria" imparable que asume el control de la ciudad.
Bane (interpretado por Tom Hardy) no es sólo un estratega consumado y un "one-man army": es el autoerigido líder de la Liga se Sombras, la sociedad secreta dirigida por Ra´s al Ghul, quien entrenó a Bruce Wayne y el cual muere en Batman Begins. Sabiendo todo lo que sabe la Liga, Bane no sólo rompe a Batman, también rompe a Bruce Wayne, obligándolo a ver en qué convierte su ciudad. Sólo así Bruce Wayne/Batman empieza a entender todo lo que ha perdido.

The Dark Knight Rises marca el fin de una era. De un Batman incluso más realista como el que pocos han sabido retratar. Y lo curioso es que Batman pasa a segundo plano durante gran parte de la película. Somos partícipes de una destrucción como pocas (cabe destacar que la película está dirigida a tocar las fibras sensibles de los gringos, con escenas que parecen sacadas del atentado del 9/11 y el himno nacional cantado justo antes de un ataque). El héroe da un paso atrás para que veamos las reacciones de Gotham, de la ciudad en sí y la de sus ciudadanos. El logro de Nolan es que nos sintamos abrumados por lo que vemos que sucede sin que nadie pueda evitarlo. Ni el propio Batman.

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