200.6 "Atrás de la raya que estoy trabajando"

No soy fan de Felipe Calderón. No lo odio, ni le deseo la muerte, ni lo llamo espurio ni nada de eso. Pero no soy fan. No soy fan de su forma de manejar el problema del narcotráfico y en más de una ocasión he hablado/escrito de algunas actitudes que no me parecen correctas. Pero al igual que Álvaro López, hay que reconocerle lo bueno, poco o mucho, cuando lo presenta.

Tampoco soy fan del Programa OPORTUNIDADES. Ahí si, no soy fan, lo odio y no creo que nada bueno pueda salir de él. Como pasante en servicio social, me tocó estar directamente relacionado con el dichoso programa y me tocó presenciar de primera mano el mal manejo y uso del dinero y los apoyos. La intención es muy noble, pero siempre he dicho y diré que está mal implementado.

Repartiendo los apoyos del programa en el municipio de Salinas, San Luis Potosí, Calderón recibió la queja de una maestra, acerca de que no llegaban los apoyos a tiempo. Al preguntarle sobre su sueldo, la maestra respondió que ganaba 8,000 pesos al mes, casi 600 pesos más que lo máximo que puede percibir una familia para recibir el dinero del programa.

Este es un ejemplo de miles que puede haber sobre el mal manejo de OPORTUNIDADES (y los programas sociales, en general), y en sólo uno de los niveles (estoy seguro que los mandos medios, superiores, muy superiores y los que están arriba de éstos también hacen sus chanchullos), pero que sirva como botón de muestra que no todos los de extracción humilde o clase baja (vamos, es maestra en una localidad pequeña) son bienintencionados. También los hay gandallas, y son más de los que podrian parecer.