Libro Vs película: Bullet Train

Publicada originalmente en 2010 por Kotaro Isaka, Bullet Train trata sobre varios asesinos a sueldo que se encuentran en el mismo trayecto por diferentes motivos: Nanao es contratado para robar un maletín, Limón y Mandarina deben proteger dicho maletín y al hijo del hombre que los contrató. El Príncipe, un joven psicópata, está torturando a Kimura, después de lanzar a su hijo de una azotea, pero descubre que los eventos en el tren son más interesantes. Contada desde varios puntos de vista, se nos permite conocer los pensamientos y motivaciones de los distintos personajes. El ritmo es pausado, la acción es mínima a menudo opacada por los diálogos tanto internos de los personajes como entre ellos.




Disfruté mucho ésta comedia de acción protagonizada por Brad Pitt como Ladybug, un asesino a sueldo (en la película queda un poco más ambiguo) que debe recuperar un maletín abordo del Tren Bala que viaja de Tokyo a Kyoto, encontrándose enmedio de una desafortunada encrucijada de eventos con otros (por lo menos) 4 asesinos: la pareja de Limón y Mandarina, quienes deben llevar dicho maletín y al hijo de su jefe a Marioka, Lobo, quien está buscando venganza, Príncipe (Joey King) quien está torturando psicológicamente a Kimura y El Avispón, un envenenador profesional. Al final todas las historias están relacionadas entre sí. Recuerdo que ésta película no fue tan bien recibida en su momento por la breve participación de Bad Bunny (Lobo).
Un buen elenco con buenas interacciones en cámara, una entorno semi-claustrofóbico y mucha acción, Bullet Train fue una agradable sorpresa en su momento.


La película es una adaptación bastante adecuada del libro en la primera mitad, para después descarrillar completamnenta (pun intended) respecto a la obra original: no existe un épico enfrentamiento final donde los sobrevivientes del viaje se forman un equipo para enfrentar al jefe de la mafia. En el libro el que podria considerarse el enfrentamiento final ocurre entre dos personajes que no estaban abordo desde el principio contra El Príncipe, quien logró maniipular a buena parte de los personajes hasta éste punto.
Dentro de las libertades de la película están las suficientes para ser llamada "woke" por estándares modernos: No hay mención del color de la piel de Limón o Mandarina en el libro, sólo la mención que son lo suficientemente parecidos para hacerse pasar por hermanos, así que uno de los dos tuvo que ser cambiado de raza. También Mandarina en la película (interpretado por Aaron Taylor-Johnson) me pareció insufrible y hasta medio estúpido, en el libro siendo uno de los más sensatos. Limón (Brian Tyree Henry) tiene una personalidad bastante parecida, siempre hablando de Thomas el Tren, aunque en el libro tiene algún que otro desplante de genialidad que se interconecta con todos los diálogos previos que han tenido éstos personajes.
El Príncipe obviamente es un niño en el libro, en la película interpretado por Joey King quien nada más hace la mención de que sus padres querían un niño. El nivel de manipulación de El Principe es sumamente alto, siendo uno de los mayores participantes, mientras que en la película disminuyen su importancia para dejar a Joey casi como un gimmick para empatar las historias.
La mala suerte de Nanao es patente en todo el libro: absolutamente todo lo que puede salirle mal sale mal, y varios de las situaciones a bordo del tren parecen ser consecuencia casi directa de ésta mala suerte.

Recomiendo ver la película ya que me parece lo suficientemente entretenida para pasar un buen rato, algunos cambios son para mejorar la experiencia: el agregar mucha acción, el final más complaciente para los fans de las películas de éste género, una fotografía y paletas de colores llamativas.
El libro es un ejercicio más contemplativo, donde las situaciones individuales están por encima de la historia en general. No todas las historias del libro están relacionadas de forma directa, siendo más algo situaciones que el fin de las líneas argumentativas. Una lectura sencilla, libre de pretensiones escrita para relajarse entre lecturas más ominosas.