El paciente se encuentra en la mesa de operación. Fulanito de Tal, quien presenta el virus del VIH, requiere ser operado para mejorar su calidad de vida en sus últimos años, que pueden ser muchos o pocos, no se sabe. El cirujano, el doctor Schrettino (nombre inventado que se pronuncia Es-cretino) llama a la operación para que lo asistan un Residente de Cirugía de tercer año, uno de segundo, uno de primero, un interno de pregrado, además de tener a la enfermera que ha sido su instrumentista desde hace años, un gran anestesista y una enfermera en prácticas, que hará de circulante.
La operación transcurre según lo planeado. Hay bromas entre el equipo, enseñanza y todos aprenden. Fulanito de Tal está en buenas manos.
De pronto, un mal movimiento (una traición de los nervios, un descuido, una distracción, una mirada de la enfermera en prácticas puso nervioso al doctor Schrettino, lo que sea) y una arteria comienza a sangrar.
"¡Al diablo!", dice Schrettino, se quita los guantes y se va del quirófano ante la mirada incrédula de todos los presentes
Al día siguiente, el doctor es acusado por la muerte de Fulanito de Tal.
Pero una parte del público lo defiende: "¡Hizo lo correcto!, ¡se pudo haber infectado de VIH y primero tiene que velar por su salud!"
La pregunta del título de éste post es meramente retórica. Nadie le está pidiendo a ningún capitán que se hunda con el buque, habiendo botes salvavidas disponibles.
La frase mencionada corresponde a un viejo adagio de origen marinero, y se remonta a la época donde el honor se encontraba por encima del "instinto de supervivencia" tan cacareado e incluso la vida misma. Como antecedente, señalo lo que la mayoría vio en la película "Titanic" y la minoría leímos en algún tratado de desastres del Reader´s Digest: el Capitán Smith, comandante de barco de la White Star, se quedó, ante el horror de lo que sus acciones irresponsables habían ocasionado, hasta el final abordo del buque.
¿Fue culpa del Capitán Smith lo que le sucedió al Titanic?
Si. Sus acciones (ignorando las advertencias de la situación de los icebergs, no despejando las líneas telegráficas, no contando con vigías y equipos adecuados, etc), ocasionaron la muerte de 1517 personas.
Es más, el arquitecto que construyó el barco, Thomas Andrews, también decidió quedarse abordo y morir, ya que él fue el entusiasta que declaró que el barco era "imposible de hundir".
Ahora, vayamos al Costa Concordia. El barco realiza maniobras peligrosas, encalla, se ladea y comienza a hundirse. El "Capitán" Schettino es de los primeros en salir, dejando de un lado la supervisión del abordaje a los botes salvavidas.
Algunos dicen que el capitán tiene el derecho de salvar su vida, que hizo lo correcto y que en ésas situaciones es un "sálvese quien pueda", además, no hay ninguna ley que establezca que el capitán debe hundirse con el barco (lo cual es cierto).
Pero también es muy cierto que, en un barco, el capitán tiene la (intrasferible) máxima autoridad. Ésto significa que tiene la máxima responsabilidad de lo que le sucede al barco, tripulación y pasajeros. Es una cuestión ética que tiene repercusiones morales profundas.
El capitán de un barco es el depositario de la fe de todos los que se encuentran abordo. Es una combinación de policía, sacerdote, científico, presidente y piloto, sin importar la cantidad de oficiales que tenga a su mando. Tiene que conocer al barco como se conoce a sí mismo, y de la misma forma tiene que conocer a su tripulación.
La responsabilidad de un capitán, además, de acuerdo a las leyes internacionales, es realizar simulacros (conocidos como "zafarranchos") cada determinado tiempo para que cada oficial y miembro de la tripulación sepa que hacer para garantizar la seguridad de los pasajeros en diferentes situaciones. No sólo eso, sino que tiene que coordinar personalmente la evacuación, aún por encima [hasta cierto punto] de su propia seguridad, ya que está entrenado para hacerlo.
Imagínense a un miembro del ejército o policía que se niegue a realizar su trabajo argumentando su propia seguridad. No tendríamos ni Ejército ni Policía. De igual forma, no habría Servicio Social de Medicina. No habría doctores en los hospitales, ya que se puede argumentar que en cualquier momento se pueden enfermar.
El doctor Schrettino, del texto inventado al inicio del post, tendría la razón.
Pero no la tiene. Tanto el doctor Schrettino como el capitán Schettino firmaron un contrato. Cuando un Cirujano acepta operar a alguien con VIH lo hace sabiendo los riesgos. Aquí entra la ética profesional y eso que se llama honor. Cuando un Capitán acepta el mando de un barco, lo hace sabiendo los riesgos. Ambos son responsables de lo que le suceda a la gente que tiene a su cuidado. Ambos pueden ser acusados de asesinato. Y cuando se demuestre que sus acciones (o falta de las mismas) causaron de forma directa o indirecta la muerte de personas, deben serlo.
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Que bueno entonces que no eres el capitán de tu barco. Podrás salir inmediatamente ante una eventualidad.
No es claro que si el capitán se hubiera quedado arriba mas tiempo habría resultado en menos muertes, pero al menos su honra habría sido menos vapuleada publicamente. De igual manera habría sido investigado, juzgado u quizá sentenciado por haber encallado el barco.
Espero que tu capitán no sea como él.
El Feco
25 de enero de 2012, 8:36
Así es, imposible saber si la presencia de Schettino abordo hubiera prevenido alguna muerte, pero caray, imagino el coraje no sólo de los pasajeros, sino también el de la tripulación, Capitanía de Puerto y de otros marineros alrededor del mundo cuando se enteraron.
Y no, los dos capitanes con los que interactúo en mi guardia (aparentemente) están hechos a la usanza antigua y siempre están pendientes de los zafarranchos que se realizan.
Humbert C. Christopher
25 de enero de 2012, 9:14