194.1 Celebrar Día de Acción de Gracias.

Ayer, jueves 24 de noviembre, a vista de muchos se cometió una de las más grandes traiciones que pueden existir a La Mexicaneidad: la celebración del Thanksgiving, Día de Acción de Gracias o Día del Pavo, que al igual que ocurre con el Día de San Patricio o el Halloween, aquel prietito que se atreva a celebrarlo es tachado iracundamente de "vendepatrias" y "traidor" por los sin duda alguna próceres de nuestra Patria.

Defender La Mexicaneidad es cosa de todo los días, al parecer: consumir lo que México produce, aunque no nos guste. Consumir lo Hecho en México, aunque sean medallas Panamericanas defectuosas. Impulsar al nuevo fenómeno mexicano de la música (aunque haya otras bandas de niños más talentosas) sólo porque son mexicanos. Defender a México, chingao. Celebrar el Día de Muertos, no el Halloween. La Batalla de Puebla y no el Día de San Patricio. La Revolución (¡oh, grito proletario!) y no el Día de Acción de Gracias.

Lamentablemente, la historia nos muestra unas lecciones bien cabronas que los DefiendePatrias no terminan de entender, siendo la primera que el Patrioterismo es una falacia que raya en la paranoia.
La segunda se refiere al sincretismo. Un ejemplo: nuestro Día de Muertos es una combinación de dos doctrinas diferentes. Por un lado la celebración azteca que se daba en el mes de agosto con su carga de adoración a la muerte y ofrendas a los difuntos y por el otro las celebraciones católicas del Día de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, siendo ésta última para rezar por las almas condenadas al Purgatorio. Con la Conquista, y para predicar en los nativos, se hicieron coincidir las fechas y ¡voilá!, la "mexicana" celebración del Día de Muertos.
La Navidad es otra tradición que surgió a partir de un sincretismo bien cabrón que introduce elementos astronómicos como el Sol Invictus con la creencia en Mesías Iluminados, desde Mithra hasta Jesús, para luego convertirse (mediante sincretismo, en ésta ocasión con la Coca-Cola) en la fiesta de Santa Claus y el capitalismo que conocemos hoy en día.
Ejemplos hay miles, pero al punto que voy es: las fiestas de dos pueblos distintos pueden coincidir, mezclarse, combinarse y hacer surgir una celebración que toma elementos de ambos lados y que se presenta como algo nuevo en cualquier momento, lo que me lleva a la tercera lección.
Las celebraciones cambian de significado en cualquier momento: Incluso las más Mexicana por griterío popular, como la Independencia y la Revolución. En la Independencia celebramos el inicio, llamamos "Padre de la Patria" a un sacerdote que pretendía entregarle la Nueva España a la Corona Española y repudiamos al que finalizó con la guerra, tildándolo de traidor porque cometió la puntada de erigirse Emperador (fundando, de hecho, un país independiente, es decir, completando la Independencia). A su vez, en la Revolución, damos "vivas" y arrojamos sombreros al aire por cinco o seis individuos que, tras una lectura más o menos cuidadosa de los libros de historia, apenas se podían soportar el uno al otra y para colmo resultaba que cada quien tenía una idea diferente de los que significaba una Revolución. Es decir, celebramos las "dos fechas más importantes para México" desde un estado de ignorancia ya que festejamos ideales inexistentes en ambas.
De igual forma, el 5 de noviembre ("remember, remember") no festejamos la Noche de Guy Fawkes que celebran los ingleses (la cual es otra fiesta cuyo significado se ha perdido y ahora celebra lo contrario a lo que solía celebrar) sino el Día deV de Vendetta: las máscaras que se utilizan éste día si, son de Guy Fawkes, pero se usan por V y su deseo de eliminar al estado totalitario del Londres ficticio de Alan Moore.
San Valentín es una fiesta que hablaba de orgías sexuales, y no de tiernos y melosos mensajes de amor eterno.
Y un larguísimo etcétera. Recuerden: los significados de las celebraciones cambian, se modifican, evolucionan.
Cuarta lección: bienvenidos a la aldea global. En un mundo donde la tendencia y el ideal es la integración plena de todos los habitantes de la tierra (con lo que se lograría, en teoría y principio, la erradicación de algunos problemas de marginación e injusticia) defender las fronteras de lo tradicional y lo "bien propio" va contracorriente. No digo que de inmediato nos vamos a unir como el único planeta con seres humanos y viviremos en una mezcla digna de novela de ciencia ficción, pero si nos movemos en ésa dirección y deben creerme, es inevitable. Algún día va a pasar, aunque no nos guste y nuestro chocolate termine...no sé, en algún país europeo donde diseñen buenos relojes y sean muy neutrales y ahí le den un nuevo significado al chocolate. Digo, esas cosas podrían pasar. Y lo harán.

El Día de Acción de Gracias (que no es sólo gringo, también es canadiense) no es por la integración del hombre blanco y los indios norteamericanos a modo de bienvenida ni nada por el estilo. Ya se celebraba desde un poco antes, y como su nombre lo indica, es para estar en familia con una buena comida y dar las gracias por las bendiciones recibidas (en su caso viajes intercontinentales seguros, buenas cosechas y pocas bajas por escorbuto).

Si algún mexicano quiere comer pavo éste día, ver el fútbol americano y dar las gracias por tener pavo y televisión, ¿cuál es el problema?, ¿qué es una tradición extranjera, como lo es la Navidad, San Valentín, el Día de la Madre, el Día del Niño, el Día de los Inocentes o Halloween?, ¿qué está dando la espalda a "Nuestra Mexicanidad" (mientras celebramos la Independencia y Revolución como si estas fueran de a deveras)?, ¿qué es un poser que se siente norteamericano, cuando el acto de dar las gracias a cualquier entidad real o imaginaria forma parte del colectivo humano desde tiempo inmemoriales y sólo trata de conjuntarlo con alguna celebración que enmarque ésa idea, como lo es, de hecho, el Día de Acción de Gracias?

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