Nunca he ocultado que Stephen King es uno de mis escritores predilectos. Tengo casi todas sus obras y hasta libros con su biografía. Conozco su historia desde que su padre dijo que iba a comprar cigarros y nunca volvió hasta la publicación de Carrie, la cual le dio una cantidad inusitada de dinero para una primera novela (250,000 dólares, de ganancia neta después de la comisión del editor y agente...SK le compró a su esposa Tabitha una plancha cuando supo la cantidad), sus años productivos en los que tenía que escribir con taponamiento de papel en la nariz porque la sangre no dejaba de salir y el accidente en el que se vio envuelto, cuyo dolor se ve tan bien reflejado en "Dreamcatcher".

Escribo esto porque ayer me pude comprar "Blaze", la que originalmente sería la segunda novela de King, la cual es mencionada un par de veces en algún epílogo (me parece que en "Different Seasons") como la historia de un tipo algo "lento" que secuestra a un niño y luego no sabe qué hacer con él. "Blaze" quedó relegada en un baúl debido a que su editor le solicitó otra novela de terror, después del éxito de Carrie; la que SK entregó fue una que tenía por título "Second Coming", la cual hablaba de vampiros y luego fue conocido como "Salem´s Lot".

King es uno de los escritores más conocidos y leídos en México. El lector mexicano promedio tiene un acervo de inicio integrado por algunos escritores bien conocidos: King es uno de ellos, Asimov otro, García Márquez, Conan Doyle, Oscar Wilde, Agatha Christie, Carlos Fuentes, Edgar Allan Por, Anne Rice y Lovecraft, con alguno que otro espontáneo. Algunos incluso tienen a Coehlo y Cuautémoc Sánchez, pero eso sería para otro post.
La ventaja que tiene King es que muchas de sus historias han sido llevadas al cine, algunas para bien y la mayoría para mal, sin embargo, cuando se habla de ésas películas nunca falta el "Ésa está basada en la novela de Stephen King", lo cual tiende a espolear la curiosidad de la gente y terminan comprando aunque sea un libro de King.


Un ligero porcentaje se vuelve fan de SK como yo, el resto lo tendrá como un escritor mas o menos en el rango de escritores "buenos" a secas. Otro ligero porcentaje se volverá detractor de la obra, aunque estos últimos, por regla general (y con honrosas excepciones) se dejan llevar más por las películas que por los libros en sí. He entrado a varias páginas con críticas a películas basadas en obras de SK y me encuentro con comentarios del tipo "King ha dejado de escribir buenas cosas hace varios años", "Stephen King escribe por dinero, ya no se nota la imaginación de sus primeros escritos" y similares. Sin embargo, la película en cuestión suele estar basado en un libro escrito hace diez años o más, cuando mismos críticos alaban este período como el de "mayor creatividad".


Si bien algunas ideas de King se han visto repetidas con los años (el caso del hotel embrujado, por ejemplo, el Overlook de "The Shining" y el Dolphin de "1408") la ejecución de ésas ideas contínua siendo innovadora. Con el mismo ejemplo: El Overlook es un hotel embrujado por los fantasmas originados en la violenta historia del hotel; la habitación 1408 del Dolphin es el fantasma por sí misma. Bueno, por lo menos en los libros, las películas siempre serán otra cosa.

Por este motivo "Blaze" fue lanzado como si hubiera sido escrito por el otro yo de King.
Richard Bachman fue el autor de algunas novelas "no-tan-King", como Rabia (que parece colocarse junto al Catcher in the Rye de Salinger como la novela preferida por sociópatas que disparan a sus compañeros en las escuelas y actualmente descatalogada, así que si ven un ejemplar, no duden en comprarlo, porque son de colección), Carretera Maldita, el Fugitivo (muy poco que ver con la película protagonizada por Arnold Muchasletras), Maleficio y la Larga Marcha (un Humbertcricio de Oro total) hasta su desafortunado deceso, ocurrido por la rarísima enfermedad conocida como "cáncer de seudónimo". Así que éste titulo aparenta ser una vuelta a áquella época de King donde escribir era motivo de preocupaciones monetarias y muchos deseos de plasmar una historia que no esté relacionada con el terror como lo fueron las novelas de Bachman. Blaze es una oportunidad perfecta de volver a leer a Stephen King en sus inicios.

Ya por último: la etiqueta que dice que "Stephen King es un autor de terror, terror y más terror". Cierto y falso a la vez.

Dentro de sus relatos de terror contiene elementos de ciencia ficción (prima hermana del terror), pero también momentos de gran ternura y hasta cursis. Quien haya leído "It" no deja de maravillarse con el sentimiento de amistad que "El Club de los Perdedores" acarrean consigo mismos. "Dolores Claiborne" y "Rose Madder" hablan más de la lucha diaria de las mujeres que de terror. Los cuentos de "Different Seasons" (cuatro cuentos basados en las cuatro estaciones) son atípicos de King, entre ellos The Shawshank Redemption (con la inolvidable película donde actúan Tim Robbins y Morgan Freeman) y The Body (que se convirtió en "Cuenta conmigo", donde actuan Kiefer Sutherland y el malogrado River Phoenix). La primera la travesía de Andy Dufresne en la cárcel y su posterior redención y la segunda una historia de la niñez, basada parcialmente en la misma vida de King y cuyo único elemento de terror es la búsqueda de un cadáver en el bosque, pero visto a través de los ojos de cuatro niños, lo que lo vuelve una aventura divertida y entrañable. Incluso The Green Mile ("Milagros inesperados") cuesta catalogarla como novela (y película) de terror, ya que aunque cuenta con elementos sobrenaturales y el entorno es una cárcel bastante cruel, la ternura de los personajes (John Coffe, Delacroix y Mr Jingles inclusive) la sitúan al nivel de drama.

En fin, son sólo algunas consideraciones de mi particular punto de vista sobre uno de mis autores favoritos. Cualquier comentario a favor o en contra es bien recibido y gracias, Oh Lectores Constantes, si llegaron a éste punto.

26-marzo-08
22:30 hrs

En Tapalapan, por segunda ocasión. Sólo que ahora, además de Pedro, Karla, Diego y Chivis se unieron Lucy y Elisa.

Lo mejor del día (de muchos días) fue la acampada en el río. Cargamos el...err..."biológico" y decidimos cruzar el río para sentarnos un rato en el otro lado, aquél que se veía bueno para acampar y pasar un poco de tiempo juntos.
La piedras se me incrustaban mientras cruzábamos, provocándome un dolor medio anestesiado por el agua fría.

Del otro lado fueron caminar unos metros entre arena, excremento de caballo y piedras.

Al fin, en la orilla, paramos y pudimos platicar del pasado, presente y futuro de los servicios de Salud, por lo menos en el estado. Recuerdos de la Facultad, Internado y Servicio.

Cuando cayó la noche y los insectos arremetieron emprendimos el camino de vuelta. Aquí fue donde todo tomó un giro inesperado: mis pies no encontraron más que los bordes lisos de las piedras, además de la corriente del río y el desequilibrio de ir cargando cosas provocaron mi caída, pero en cámara lenta: primero una pierna, luego la otra, luego un brazo, el otro y al fin terminé metido en el río, nadando contra la corriente.

La pérdida más sensible fue la de mi celular, que ahora se comporta como si le hubiera dado un EVC. Supongo tendré que comprarme otro...

Ahora, me duelen los pies y no tengo fuerza en el brazo izquierdo, pero me divertí como pocas veces.

Espero haya más momentos así.

25-marzo-2009
15:00 hrs

La gallina de árbol sabe a pollo, un poco más duro de masticar pero a pollo a final de cuentas.

La surada sopla desde ayer. El polvo y las hojas son traídas de aquí para allá a través de calles y patios. Don Israel me comenta que las suradas cansan a la gente, mañana lo descubriré.

La reunión zonal de marzo es mañana, así que ahora estoy cerrando información.

Estoy aburrido.

Gallina de árbol = iguana

A Alfie le hicieron de chivo los tamales. No sólo no es el padre de la niña, sino que al parecer la tal Chantelle (de 14 años) tiene bastante camino recorrido.

El mazapán Fiel ya llegó a Hazme el Chingado Favor!.

Y las declaraciones de Nery, ignorante, prepotente y fanfarrón, todo un ídolo del panbol mexicano:

En su visita a Camerún (país africano donde el despunte de conversiones al catolicismo ha sido mayor), Ratzinger declara que "el SIDA es una tragedia, una enfermedad que los preservativos no pueden superar y que éstos sólo agravan la situación".

En África, tan sólo han muerto 17 millones de personas por ésta enfermedad.

Dentro de la misma gira, Ratzinger afirma que el SIDA se puede contener con una renovación espiritual y humana de la sexualidad y con un comportamiento moral y correcto. Sólo en estos puntos le doy parcialmente la razón: esta renovación debe venir de la mano con la correcta información del uso del condón, para empezar.

El preservativo ha probado ser un método efectivo de planificación familiar, además, de usarse correctamente, protege contra muchísimas enfermedades de transmisión sexual, no sólo el VIH, sino también gonorrea, sífilis, herpes, clamidia, tricomoniasis y hepatitis. Que su uso sea condenado por la ICAR demuestra la amplia ignorancia de ésta y el reforzamiento de los viejos dogmas católicos. Los comentarios de Ratzinger fueron de inmediato descalificados por la UNESCO y varios funcionarios de distintos países.

La ICAR espera que la gente se comporte moralmente de acuerdo a los lineamientos de la misma iglesia, algo que no está cerca de suceder, si bien es una idea bastante esperanzadora. Estaría bien que no hicieran falta preservativos nunca, que no existieran las ETS, los embarazos no deseados ni la promiscuidad. Lamentablemente existen, al igual que la intolerancia, la desinformación y la irresponsabilidad.

Alientar a no usar el condón sin otorgar una opción viable y lógica es una de la cosas por las cuales no me cae bien la ICAR.

Visto por primera vez en Razón Atea.

Si hubo un grupo que marcara de forma definitiva mi paso por la secundaria, sin duda alguna fueron los Hombres G. Si, ya lo sé, qué ñoño se escucha eso, pero es la verdad.

De algo tan simple como viajar en la combi colectiva que nos llevaba a la escuela (donde escuchábamos una y otra vez el disco de Singles) hasta momentos tan importantes como mi primer beso, la música de los Hombres G sonaba como el soundtrack de mi vida.

¿Me pueden culpar?, que aviente la primera piedra quien no haya cantado alguna vez "Devuelveme a mi chica", también conocida como "Sufre Mamón" o quien no haya dedicado alguna vez "Te quiero" o "Si no te tengo a ti".

Hay algo que he encontrado perturbador en mi vida como médico, tanto intrahospitalario como en la comunidad: el mexicano tiene cierto sentido de ser necio a la de a huevo.

El paciente siempre sabe más que el médico. En cierto sentido es cierto, porque sólo el paciente sabe el grado de dolor y puede decir qué síntomas tiene; el problema es cuando el paciente cree saber más que el médico en cuanto al tratamiento o los estudios de laboratorio. "No doctor, no me terminé las pastillas porque fíjese que ya me siento bien" o "Uy, no doctor, no me hice el exámen ése porque mi compadre me dijo que uno así se vuelve maricón". El mexicano no confía en sus médicos, ¿tendrá razón?, ¿nos habremos vuelto tan ávaros, tan maliciosos que ni nuestros pacientes nos tienen confianza?

En la UMR me di cuenta de un patrón que me está provocando gastritis (en serio): el pastilleo.

Paciente:"Doctor, vengo por una pastilla para el dolor de panza".

Dr. Humbert: "De acuerdo, pero me gustaría interrogarlo, explorarlo y hacerle un estudio para determinar porqué le duele la panza".

Paciente: "No, doctor, sólo vengo por la pastillita, ya sé que la pastillita me quita el dolor".

DRH: "Sí, pero me gustaría saber porqué le duele la panza"

Paciente: "Pues porque no me he tomado la pastillita"

DRH: "ARRGGHHH!!!"

La gente de rancho es de la que mejor come en el país (aunque parezca paradójico) en lo que se refiere a aportes nutrimentales: si bien tienden a exagerar en irritantes y grasas de origen animal, comen pocos alimentos procesados, comen frutas y verduras al por mayor (todas del mismo día, sin conservadores), toman aguas naturales y sus alimentos son frescos al más no poder. Además, trabajan todo el día, no fuman, no beben alcohol en exceso, duermen a sus horas y respiran aire fresco.

Claro que la forma de preparar sus alimentos dejan mucho que desear higiénicamente hablando. Esto es importante por otro problema común de las comunidades rurales.

Paciente: "Doctor, fíjese que vengo por unas vitaminas"

Dr Humbert: "¿Y para qué las quiere?, ¡usted come mejor y más sano que yo!"

Paciente: "Pues sí, pero fíjese que me siento cansado todo el día, tengo fiebre y me duele el cerebro (así le dicen al dolor de nuca)"

Dr. Humbert: "Mire, esta región es conocida por su tifoidea, para mí que eso tiene y me gustaría comprobarlo con un estudio de sangre"

Paciente: "No, doctor, sólo vine por mis vitaminas, fíjese que me las daba el otro doctor y con eso me componía"

DRH: "Si, lo sé, pero si no determinamos si tiene o no tofoidea, cada vez que se acabe las vitaminas va a volver a sentirse mal"

Paciente: "Pues vuelvo a regresar (por más vitaminas)"

DRH: "Pero ése no es el caso, las vitaminas se obtienen de los alimentos frescos, y lo que necesitamos es vencer la tifoidea y darle antibiótico".

Pasa el tiempo, y una semana después, en otra consulta, mismo paciente:

DRH: "¿Se tomó el exámen de sangre que le pedí?"

Paciente: "No doctor, fui con un médico particular y me recetó unas vitaminas" (En éste punto sé que no fue con un médico particular, sino que fue a la farmacia y pidió vitaminas), "fíjese que ya me siento mejor, sólo vine porque tengo un poco de diarrea"

DRH: "AAARRGGGHHHH!!!!!!" (dolor de cabeza + fiebre + cansancio + diarrea + comunidad con alto índice de tifoidea = pb. tifoidea)

El mexicano cree que por que le descuentan impuestos para el Seguro Social (ciudad) o un servicio de primer nivel le sale gratis (comunidades + IMSS Oportunidades) se encuentra en su derecho de exigir cosas aún fuera del alcance del médico. Como ayer, que murió don Inocencio y me fueron a pedir dos cosas: el nombre de un líquido para embalsamar y que yo embalsamara el cadáver porque una funeraria les cobraba 2,000 pesos, (es decir, como yo soy el médico pasante, yo debo saber embalsamar y no cobrar por ello, porque según ellos, y aunque se les expliqué dos o tres veces, eso forma parte de mi trabajo). Y aún así creo quedaron resentidos porque "no hice mi trabajo".

Uno de mis recuerdos del internado es la gente (cosa rara, casi siempre señoras, no sé porqué) que se quejaban amargamente de "que sus impuestos me daban de comer" y no se les atendía de forma adecuada. Cabe señalar que aparentemente ésa "forma adecuada" consistía en un médico pegadas a ellas las 24 hrs con enfermeras especializadas al pendiente nada más de ella, sin contar los otros 40 pacientes en piso. Por más que se les explicara que yo, como interno, no recibía mi beca de los impuestos de los pacientes, que los 450 pesos a la quincena que recibía no me daban de comer, que además a mi también se me descontaba para el seguro médico (un pago casi simbólico, pero aparecía desglosado en mi cheque) y que además tenía otras 39 almas que atender y revisar, parecía que no entendían ni pico de lo que yo decía. Ganaba más el deseo de seguir neceando respecto a lo que significa estar en un hospital de gobierno.

Es decir, las explicaciones del médico quedan a un lado, pero cuando algo grave sucede, el que queda mal es el médico "porque no le explicó a tiempo las consecuencias de sus actos" a las personas. O el médico "se portó de forma grosera". O el médico "no cumplió con el trabajo por el cual se le pagan esos chequesotes con tantos ceros".

Anteriomente me he quejado de la gente que no sabe cual es su lugar como paciente, de los familiares que piensan que llegan a un hotel y no a un hospital y de la gente que piensa que molestando al director de un hospital recibirá mejor tratamiento (¿verdad, madre?): actos cotidianos en un hospital que demuestran la necedad del mexicano respecto a su servicio de salud.

Próximamente: cruzaré la línea marcada por el Juramento Hipocrático hablando de las actitudes médicas que perjudican tanto la imagen del galeno en nuestro medio. 

13-marzo-09

8:10 hrs

Mi triunfo del día de ayer (haber enviado una apéndicitis de adulto mayor a tiempo al quirófano) se vio opacada hace media hora, cuando me enteré que la muerte había visitado esta mañana El Zapotal.

Ayer en la mañana había a ido a vera don Inocencio. Hipertenso de varios años, enceguecido por razón desconocida, me refirió sólo un dolor en el pie "por la reuma". Hoy, a las siete de la mañana, lo vi de la misma forma que suele acompañar a la vieja amiga del médico: el talante desencajado, la piel pálida y fría, las uñas amoratadas. El estetoscopia y la lámpara para checar reflejos sólo fueron de protocolo.

"Ya no hay nada que hacer por él" le dije a sus familiares.

Y es aquí donde se nota la diferencia entre gente humilde y gente corriente: no hubo gritos, no hubo reclamaciones, no hubo enojo en contra de ninguna figura de autoridad. No hubo el "le estuvimos tocando la puerta y usted no se despertó o no quiso abrir". En algún momento la hija me mencionó que habían tocado la puerta más temprano, pero no la ventana de mi cuarto. No pude escuchar los toques en la puerta de la clínica. Para cuando lo llevaban a Morillo, se dieron cuenta que ya estaba más allá de cualquier posibilidad.

Escribí la nota hace diez minutos.

Ahora están voceando por el pueblo que se requiere ayuda para sepultar al difunto...

¡Ah, qué don Flavio, que se pone a anunciar que los chicharrones ya están listos después de que se anunció el fallecimiento de don Inocencio!

Bueno, tengo consulta...

10:00 hrs

He aquí la razón de ejercer el Arte: chica de 16 años con dolor abdominal, está en sus días desde hace 2 días, dolor incapacitante en parte baja del abdomen, región lateral izquierda y región lumbar. Febrícula. A la exploración encuentro masa pulsátil en hipogastrio. La mando de urgencias por probable aneurisma aórtico abdominal. 

14:00 hrs 

Ahora el pleito es porque quieren que yo embalsame a don Inocencio. ¿Qué parte de "yo trabajo con los vivos, no los muertos" no entiende ésta gente?

16:00 hrs

Doña Chabela (AKA "la vieja chismosa y mala leche del pueblo") me pidió unas jeringas. Al parecer ella tuvo la idea del embalsamamiento y ahora la pusieron a ella a aplicar la sustancia. Y eso que les dije que si querían hacerlo tendrían que comprar jeringas de 20 cms. Solo tengo de 3 cms, así que tendrán que conformarse.

Además, les dije que en clima seco y cálido el cuerpo se mantiene de 24 a 48 horas, lo suficiente para el entierro mañana, y que en vez de formol lo podrían poner con bolsas de hielo para que se conserve un poco mejor...pero bueno, allá ellos si sienten remordimientos.

Me enteré que Inocencio se había enojado porque a su hijo le robaron una yegua nuevecita y que después de escuchar la noticia se puso malo. El ladrón resultó ser el yerno de doña Chabela. Otro tanto para ésa señora.

(Tomado de las notas del Dr. Humbert C. Christopher, MPSS, asignado a la UMR 287 en El Zapotal, Santiago Tuxtla, Veracruz)


No deja de asombrarme la cantidad de estrellas en el cielo. No puedo creer que aún se puedan ver tantas sin salir del planeta.
"Eso no es nada" me asegura Chivo, "por allá por diciembre el cielo está tan claro que hasta se ven de qué color es cada una".

Ya tengo un motivo para quedarme hasta diciembre.


La rutina se vuelve reconfortante, el saber que ejercer el Arte ayuda un poco a hacer sentir mejor a las personas.

"Doctorcito" me dice don Flavio, "fíjese que con las pastillitas que me dio se me ha quitado la picazón del brazo"

"Ya estoy durmiendo mejor con las medecinas que me dio, doctor" rumia don Marcos, un abuelito de más de cien años, cuyos pies se han deformado porque no han conocido zapatos en años, a tal punto que sus dedos pequeños apuntan en la dirección contraria a los dedos gordos, y éstos se encuentran perpendiculares al resto del pie.


Sin duda alguna, la parte más dificil es la de no escuchar la voz de Zab durante días enteros.

Hoy traté de encontrar señal de celular en el tramo entre Zapotal y Morillo, pero ya estaba oscureciendo y tuve que regresar antes de que la noche me cayera encima.

Seguiré tratando, hasta que encuentre el sitio exacto donde pueda hablar con ella.

"The accumulated filth of all their sex and murder will foam up about their waists and all the whores and politicians will look up and shout "Save us!"... and I'll look down and whisper "No."

Rorschach - Walter Kovacs

Advertencia, contiene SPOILERS importantes, leer después de ver la película o leer la novela gráfica de Alan "God on Earth" Moore (cuyo nombre no leí en los créditos, por cierto).

Aunque leí la novela gráfica hace aún tiempo, no dejo de admirar la fidelidad con la cual Snyder logró plasmar los puntos más importantes de la obra de Alan Moore en la pantalla: desde el resumen del surgimiento de los Minuteman en los créditos de inicio hasta la siempre cambiante máscara de Rorschach, un festín para aquellos que somos fans y una nueva forma de ver a los superhéroes para aquellos que no lo leyeron.

Algunas personas pueden salir decepcionadas: "Watchmen" no es X-Men ni Justice League; no esperen ver a un grupo de superhéroes cuasi-perfectos peleando contra un enemigo en común tratando de salvar a la Tierra y al final se imponen sobre el mal. Aquí la línea divisoria entre héroes y villanos no existen, y cada personaje tiene su propia opinión respecto a la historia que se desenvuelve ante sus miradas.

La música es sublime, y ensalza tanto la trama como el sentimiento general de estar en los ochentas de un mundo alterno, donde Nixon llegó 5 veces al poder, EU gana la guerra de Vietnam y la Guerra Fría se encuentra al punto de volverse Guerra Nuclear. En éste ambiente se desenvuelve la historia de Watchmen, una historia de un grupo de policías que se pusieron máscaras para combatir el crimen y aquellos que tomaron la estafeta en la siguiente generación, hasta que fueron cesados por el Acta Keane, que prohibió sus actividades. Para disfrutar la película no es necesario haber leído la novela gráfica, pero si tener conocimientos generales de la época y un poco de cultura general. Para muestra, pongo dos puntos de interés que me parecieron geniales:

-La famosa fotografía de un marinero besando a una enfermera acabando la Segunda Guerra Mundial se ve cambiada por la fotografía de Silohuette besando a la misma enfermera, mientras el marino se desvía por otro lado (esto se ve en los créditos de inicio).

-En la escena donde Veidt está viendo sus monitores, aparecen tanto escenas del comercial de Macintosh de "1984" como de la película "300 Spartans", una película real previa a la versión realizada por el mismo Snyder.

La actuación de Jackie Earle Haley es de lo mejor de la cinta, su Rorschach no deja nada que desear: ni las expresiones frías de Kovacs ni el moralismo absoluto y sádico de su contraparte. La escena de cuando es atacado en prisión y fríe a su atacante, seguido del grito "¡Yo no soy el que está atrapado con ustedes, son ustedes los que están atrapados conmigo!" es para nominarlo a cuanto premio exista.

El final es agridulce: se detiene la Guerra, si, pero, ¿a qué costo? Si ellos son los buenos, y realizan planes de tal magnitud con tanta impunidad, ¿qué podemos esperar de los villanos? Lo peor es que se demuestra que los únicos villanos somos nosotros, como responde The Comedian ante la pregunta de Nite Owl "¿de quién los defendemos?""obvio, de ellos mismos".
Está en la naturaleza del humano buscar su destrucción, es la hipótesis que se maneja, y Watchmen nos confirma que ellos están aquí para vigilarnos, pero ¿quién los vigila a ellos?

Resulta edificante encontrar un escritor nuevo, no tener ninguna expectativa respecto a su trabajo y encontrarte con un libro como "Fantasmas", del norteamericano Joe Hill.

Joe Hill ya había sido publicado en nuestro país desde su primera novela, "El traje del muerto" si bien y en lo particular no escuché ninguna crítica, buena o mala, de su obra. Cuando encontré "Fantasmas" en el VIP´S de Plaza Américas, lo que más me llamó la atención fue la breve descripción de algunos de los protagonistas de las historias: una chica fantasma y cinéfila, un chico hinchable, un niño que se convierte en insecto y una posible victima de un asesino en serie que recibe llamadas de los muertos.

Abrí el libro y me di cuenta que, a pesar de ser un talento nuevo, Joe Hill ha recibido múltiples premios por sus relatos.

Hasta ahora sólo he leído 3 y medio, pero ya puedo decir que se ha convertido en uno de mis favoritos de forma inmediata:

"El mejor cuento de terror" es un relato perturbador dentro de otro relato perturbador dentro de la mente del lector. El final es sorpresivo y a la vez es común, un déja vu dentro de otro déja vu donde tu eres el responsable.

"Un fantasma del siglo XX" es el relato del fantasma de una chica a la que le gustan las películas, pero no es de terror, sino un relato tierno, sensible y hasta romántico, se puede decir.

"La ley de gravedad" trata sobre la amistad, los pecados de la juventud y de cómo las personas inflables pueden tocar tu corazón siempre y cuando sepas "dejarlos ir".

"El canto de la langosta" lo llevo hasta la mitad, pero me parece que es el ejercicio de "La Metamorfosis" de Kafka en clave de cuento corto de terror.

El estilo de Joe Hill es directo, ágil. No se anda con rodeos para describir las escenas impactantes y te deja ver del relato lo que él quiere que veas la primera vez. Si "El traje del muerto" tiene la misma calidad, entonces Joe Hill está a punto de recibir la antorcha de la nueva generación es escritores de terror, y tal vez reciba la antorcha de manos de [guiño, guiño] Stephen King.

No cabe duda que Hill está sumergido en el terror desde la infancia, y sus descripciones y tramas tienen una carga de nostalgia por el terror clásico que las vuelven lectura obligada. "Fantasmas" es, a pesar de que no lo he terminado aún, un libro excelente, ampliamente recomendable y una bofetada con guante blanco para los que decían que el género de terror no tiene nada nuevo que ofrecer.

Cuando acabe el libro daré la reseña post-lectura en mi Librero.

Pero por lo pronto, aquí y ahora le daré un Humbertcricio de adamantium, el Humbertcricio más duro del universo.

Aquí, la reseña y crítica de Jaime Valero.